Salud

Compartir:

En México el 25 % de la población adulta padece hipertensión arterial, el 50 % desconoce que tiene esta enfermedad; 7 de cada 10 mexicanos adultos tienen sobrepeso u obesidad y en su mayoría no lo ven como un problema de salud; 10 % de la población adulta tiene diabetes, según la Organización Mundial de la Salud, México ocupa el sexto lugar a nivel mundial en número de personas con esta enfermedad; anualmente 14 de cada 100 mexicanos muere de cáncer; a pesar de ello la estructura de gasto en los hogares muestra que solo se destina 6.5 % en salud.

La salud en México es un problema público de grandes dimensiones, no hay recursos públicos ni privados que alcancen para cubrir los gastos de las enfermedades que la sociedad demanda; en el corto plazo estaremos en una verdadera crisis, la cual será por enfermedades no transmisibles; dentro de seis años uno de cada cuatro mexicanos adultos tendrá diabetes, hoy en día quienes tienen conocimiento de padecer esta enfermedad, solamente la mitad lleva cierto control; ¿Qué sistema de salud en el mundo podrá con ello?, ¿Cuántas familias podrán soportarlo?

El reto para la sociedad y el gobierno es muy difícil, son las enfermedades crónico degenerativas y no las infecciosas las que nos están matando, nos llevarán al caos en las finanzas personales y públicas, por lo que la transformación en la atención a los problemas de salud es urgente y de manera profunda: el estilo de vida de los mexicanos deberá cambiar en todos sus sentidos y el sistema de salud dejará de ser fragmentado, rígido y unilateral para pasar a uno coordinado, flexible y orientado en modificar comportamientos.  

En México se ha visto al tema de la salud como un problema gubernamental, se plantea como la ausencia de clínicas, médicos, enfermeras y medicamentos; se critica que su sistema es altamente fragmentado e ineficiente, sin embargo es necesario plantearlo como un problema público, donde los protagonistas principales son el gobierno y la sociedad, por lo que cada uno de ellos tienen que asumir la responsabilidad que le corresponde, a la sociedad dejar de consumir lo que le ocasiona la enfermedad y al gobierno atender a quienes ya están enfermos.   

En México la salud es un derecho humano, esta contemplado en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en su artículo cuarto, el instrumento de política pública es el ISSSTE para quienes trabajan en el gobierno, el IMSS para quienes trabajan en la empresa privada; para los mexicanos que no cuentan con ninguno de los anteriores el gobierno creó en 2003 el Seguro Popular, el cual por problemas de corrupción e ineficacia en su funcionamiento desapareció y surgió el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).

El IMSS atiende a 43.4 millones de personas; 6.9 millones el ISSSTE; 1.7 los sistemas de salud locales; 56 millones son atendidos por el INSABI; retomando estos datos, la demanda en los servicios de salud supera en mucho a la oferta, los problemas de financiamiento son muchos pero destacan dos: la corrupción gubernamental en las compras de insumos médicos y la simulación de los empresarios, quienes dan de alta en el seguro a  sus empleados con sueldos muy inferiores a lo que realmente les pagan. 

Con esta estructura es normal que las organizaciones que atienden la salud de los mexicanos funcionen de manera ineficaz, por lo que cada que acudamos a una de ellas tengamos que soportar al agresivo del vigilante, al déspota del administrativo, a la insensible enfermera, pero también a la buena atención del médico, quien por lo corto del tiempo no le explica de manera clara la enfermedad y el tratamiento al paciente; pero hay que resaltar un hecho, a sus conocidos los tratan de manera amable y les dedican más tiempo que al paciente normal. 

En salud, la mayor responsabilidad para atender este problema público es la sociedad, es necesario cambiar de estilo de vida, principalmente en los hábitos de alimentación, son estos los causantes de las enfermedades crónico degenerativas, lo cual va desde dejar de consumir azúcar, sal y carbohidratos hasta dejar el auto, consumir alimentos cinco veces al día, caminar mínimo 30 minutos al día, dejar de salir a comer tacos con refresco con los amigos o hacerlo con moderación, pero sobre todo hacer conciencia que la peor droga de la humanidad es el azúcar y no la mariguana.  

La transformación de estilo de vida es complicado y difícil de llevar a cabo, ya que implica disminuir el consumo de comida mexicana, que en las fiestas infantiles ya no haya dulces, refrescos y agua endulzada con azúcar; la mayor parte de los negocios de comida esta altamente condimentada; también implica el dejar de usar el auto, pero este es símbolo de status social, instrumento de discriminación social y pretexto para despreciar al transporte público; queremos que todos hagan algo por nuestra salud, menos nosotros, significa estar dispuestos a dejar de consumir lo que daña nuestra salud. 

La gran transformación involucra también a los medios de comunicación, quienes deben dejar de hacer publicidad a la comida chatarra, es verdad que al disminuir su consumo cerrarían miles de negocios, pero el costo social sería menor al que genera en la salud de los mexicanos; la mercadotecnia vive del engaño, de la mentira, por lo que hay que regularla, por eso es urgente y necesario un nuevo etiquetado en los productos procesados que se consumen, que el mexicano este informado de lo que está consumiendo. 

En síntesis: la crisis de salud en México ya esta presente, pero sus dimensiones serán mayores en el corto plazo, las familias entrarán en crisis financieras al igual que el gobierno, se requiere una política pública en donde, como en todas, las responsabilidades las asuma el gobierno, el mercado y la sociedad y no solo el gobierno; en su esencia, el objetivo de las políticas públicas es modificar comportamientos y eso es lo que requieren los problemas de salud. Próxima colaboración: 25 de marzo de 2020.

Twitter: @jszslp