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Sano equilibrio

Por Alfonso Lastras Martínez

Octubre 17, 2021 03:00 a.m.

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Como sabemos, el planeta Tierra está experimentando un calentamiento global como resultado del incremento sostenido en la concentración de gases de invernadero en la atmósfera. Con respecto a su nivel previo a la revolución industrial de hace dos siglos, la temperatura del planeta se ha elevado en 1.1 grados centígrados y los expertos pronostican que alcanzará valores catastróficamente más altos si no se toman medidas correctivas. Los expertos también pronostican que el incremento en la temperatura de la Tierra provocará eventos climáticos extremos, que serán más frecuentes y más intensos en cuanto más alta sea la temperatura global. Y el presente año, con su cauda de ondas de calor, sequías, huracanes y lluvias torrenciales, les ha dado la razón.    

En la convención climática de Paris de 2015 se establecieron medidas para reducir la emisión de gases de invernadero a la atmósfera y limitar el incremento en la temperatura global a menos de 2 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales, al mismo tiempo que se buscaría que dicho incremento no sobrepasara 1.5 grados centígrados. En seguimiento a la convención de París, y con el objeto de acelerar acciones para alcanzar las metas convenidas, el próximo mes de noviembre se llevará a cabo en Glasgow, Escocia, la Conferencia sobre Cambio Climático de la Organización de la Naciones Unidas (COP26).  

Como todos los años, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) -fundada en 1974 a raíz de la crisis del petróleo y de la cual México es miembro desde 2018 - publicó su “World Energy Outlook 2021”, en la que plasma sus perspectivas para el desarrollo del sector energético a nivel global para lo que resta del siglo. En esta ocasión, la AIE adelantó un mes su publicación anual como una contribución a la reunión COP26. Tal como escribe el director ejecutivo de la AIE en el prólogo del documento de referencia: “La edición de este año del “World Energy Outlook” ha sido diseñada, excepcionalmente, como una guía para la COP26. Explica claramente lo que está en juego: lo que significan para el sector energético y el clima las promesas de reducción de emisiones hechas por los gobiernos hasta ahora. Y deja en claro hasta donde deben extenderse estos compromisos anunciados para que tengamos buenas posibilidades de limitar el calentamiento global a 1.5 ° C y evitar los peores efectos del cambio climático”. Así, no considera la AIE que los países en su conjunto hayan hecho los compromisos suficientes para atajar al calentamiento global y que mayores compromisos y acciones son necesarias para este propósito. 

En su “World Energy Outlook”, la AIE considera tres posibilidades o escenarios para el desarrollo del sector de la energía y su impacto en el clima global en lo que resta del siglo. Un primer escenario asume que las políticas energéticas de los países del mundo se mantendrán en su estado actual, lo que llevaría a un incremento de temperatura de 2 grados centígrados en 2050 y de 2.6 grados centígrados en 2100. En un segundo escenario, dichas políticas se modificarán con acuerdo a los compromisos que han asumido los países, y con esto los incrementos de temperatura en 2050 y 2100 serán de 1.8 grados centígrados y de 2.1 grados centígrados, respectivamente. Finalmente, en un tercer escenario las emisiones de gases de invernadero se reducirán paulatinamente hasta alcanzar un equilibrio entre los gases de invernadero emitidos y removidos de la atmósfera en el año 2050. En este último escenario, el incremento en la temperatura global alcanzaría un valor máximo de 1.5 grados centígrados en 2030, mismo que se mantendría aproximadamente constante por el resto del siglo.

De este modo, ni aún con los compromisos actuales de reducción de gases de invernadero se limitaría el incremento en la temperatura global de 1.5 grados centígrados con respecto al nivel preindustrial -además, por supuesto, de que dichos compromisos no son vinculatorios y al respecto habría que recordar que los Estados Unidos se retiraron de los acuerdos de París a iniciativa de la anterior administración estadounidense-. De este modo, según el “World Energy Outlook 2021” para mantener el incremento de temperatura a un máximo de 1.5 grados centígrados con respecto a su valor preindustrial, habría que fijar una meta de cero emisiones netas de gases de invernadero en el año 2050.

    Y para lograr cero emisiones netas, puesto que eliminar por completo a los combustibles fósiles no es posible, será necesario desarrollar medios para remover gases de invernadero de la atmósfera y así equilibrar aquellos que será inevitable emitir.