Senado, el último reducto
Luego de los atípicos resultados que se presentaron en la elección más grande de la historia, donde Claudia Sheimbaun Pardo es en este momento Presidenta Electa de la República, resulta importante efectuar algunas consideraciones a propósito del respaldo electoral recibido, pues si bien es cierto su triunfo era algo medianamente predecible entre los sectores menos entusiastas del lado opositor, no menos cierto es que la obtención de la votación para la conformación del nuevo Congreso coloca a la otrora autodenominada cuarta transformación, al borde de la mayoría calificada, lo cual era un escenario no calculado practicamente por ningún análisis que se jactara de serio antes de la elección.
Por lo tanto, dado los resultados preliminares y a reserva de la proclamación de los datos validados por el Tribunal Federal Electoral, el oficialismo tendrá, a partir del primer día de septiembre la mayoría calificada en la Cámara de Diputados, esto le permitirá pasar sin problema alguno los cambios que considere en la legislación general federal, lo cual fue un ejercicio cotidiano durante esta legislatura, recordando aquella frase poco democrática de no cambiar ni una coma a las iniciativas enviadas por el hijo predilecto de Macuspana.
Sin embargo, en la también denominada Cámara Alta, su conformación para los próximos seis años, merece especial atención, y es que muy probablemente el Senado de la República se convierta en ese último reducto de resistencia democrática, desde donde se defienda la prevalencia de la razón ante la intentona de cambios constitucionales que modifiquen el Estado de Derecho, pues queda claro que en el Senado la cuarta transformación no obtuvo ni tendrá mayoría calificada, lo cual, da un levísimo aliento de esperanza para que las y los senadores, distintos al oficialismo conformen un bloque y se conviertan en verdaderos héroes que resistan primero el último mes del lopezobradorismo y luego, los siguientes seis años, lo que venga.
Recuerde Usted amable lector que por el Senado de la República deberán pasar nombramientos de la mayor transcendencia para el país por ejemplo de: Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, las y los Comisionados faltantes del Instituto Nacional de Acceso a la Información, pero sobre todo y lo más importante es que, la cámara de senadores puede frenar las reformas constitucionales que pretendan alterar la vida democrática del país; sin embargo, existe una realidad que no debemos dejar pasar, que ese dique que impide la mayoría calificada estará conformado por tan sólo tres o cuando mucho cuatro senadores, y la experiencia vivida en esta legislatura implica que en ocasiones algunos senadores “opositores” fueron coptados por el oficialismo, de modo que, en buena medida las y los mexicanos dependemos del buen juicio y de un alto sentido ético de quienes hoy representan a la oposición en México, quienes deberán ser fuertes y sobre todo no claudicar.
En el senado estarán figuras de gran trayectoria política como Beltrones, Colosio o Anaya, quienes seguramente encabezarán fuertes liderazgos, protagonizarán épicos debates y, desde sus bancadas de oposición podrán convertirse en auténticos héroes y heroínas en un espacio, herencia del romanismo milenario, que bien podría convertirse en el último reducto de la democracia mexicana como hasta hoy la conocemos. Al tiempo. Alea jacta est.
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