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Signos vitales

Por Marta Ocaña

Febrero 10, 2021 03:00 a.m.

Escribo con “el Jesús en la boca”, con las manos entrelazadas en mi corazón y con las últimas cifras sobre contagios y defunciones y me digo que pronto, todo esto será un recuerdo. Tendremos memoria para escribir lo indecible pero no estoy segura, si el valor para decir la verdad.

Hoy, que ya pasamos el inicio de año y que las redes ya esperan el 14 de febrero, la cuaresma, la Pascua y la primavera yo quisiera escribir una página en blanco para que la llenemos de disculpas y oraciones por quienes no debían ni morir ni enfermar, ni padecer secuelas inexplicables de un invasor que vive a costillas de nuestra salud.

Si la pandemia inició en China en un murciélago o en la comida congelada proveniente de un país no tan exótico, será el tema del que se ocuparán los científicos a partir de ya hace unos días. Los hallazgos o descubrimientos beneficiarán de algún modo a la humanidad, pero sin duda no podrán dar marcha atrás a la historia que llevamos escribiendo ya hace más de un año sobre todo el orbe.

La tristeza y la falta de desesperanza, el hastío y desgano empiezan a ser sentimientos generales en la población. Las publicaciones y expresiones oficiales nos dejan nuevamente en el terreno del “quién sabe”. El cubre-bocas vuelve a ser desestimado mientras los semáforos emiten sus rojo brillantes y redondos. El camino es confuso nuevamente.

Quiero cerrar la puerta a este malestar que nos rodea y tirar el cerco que nos impide acercarnos y alejarnos a voluntad y dejar el miedo detrás de la puerta, para otro día y otra ocasión. Pero por ahora eso es imposible así que me mantengo lejos del riesgo en la medida de lo posible.

Quiero que en esa página en blanco escribamos nuevas estadísticas, nuevas cifras que hablen de la verdadera solidaridad de todos los habitantes del mundo o al menos, de los de la localidad. En esa página podemos estampar ideas que nos permitan mantener el equilibrio entre los signos de pesos y los signos vitales. 

Hoy que las calles se escuchan menos transitadas, que los comercios cierran temprano necesitamos empezar a escribir las posibles salidas a esta crisis pues como lo propuso hoy un grupo de intelectuales y científicos: “nuestro único objetivo debe ser salvar vidas”*. Disponer de los recursos del país en favor de la vida de los habitantes de México para que de esta manera podamos reconstruir lo que empieza a convertirse en ruinas y vestigios de un tiempo nada lejano.

En esa página dejarán de escribirse frases que polaricen, señalen, acusen y agravien a diferentes sectores de la comunidad. Es momento de dejar eso atrás y permitir que México vea en sus líderes, verdaderos hombres de estado quienes se comprometieron por el bien social.

*https://www.sinembargo.mx/08-02-2021/3935617