logo pulso
PSL Logo

Trámite de pasaporte en la ínsula Burocracia

Por Jorge Chessal Palau

Febrero 05, 2024 03:00 a.m.

A

De las manchegas llanuras de la España de Cervantes llegaron, por la magia de la imaginación, Don Quijote y Sancho Panza a las tierras del Potosí. 

Andando por los rumbos del poniente, de pronto a Sancho inquieta una aglomeración de personas en una esquinera finca, en la que se forman, sientan o deambulan variopintos personajes, todos con la mirada, de cuando en cuando fugaz y las más muy detenida, en una pequeña puerta en la que, al parecer, hay esperanza de entrar en algún punto del día.

--¿Sabe algo, señor, de lo que va esta gente?—preguntó el escudero Panza a Don Quijote.

--Hasta donde el entendimiento me da, son personas que quieren salir del terruño y para tal, requieren un salvoconducto, que acá llaman pasaporte y ahí es donde los señores de gobernanza dan su autorización.

--¿Y porqué tantos de agolpan en torno al despacho del documento?

--Porque en las potosinas tierras, como en muchas de la América y allende de los océanos, es decir, en todas partes, las artes de la hechicera Burocracia se dejan sentir. Con sus sortilegios y encantamientos hace difícil lo fácil, complejo lo simple y enredado lo de una hebra.

--No entiendo lo que usted me dice.

--Mira Sancho, es muy sencillo: para dar curso al salvoconducto estas personas deben traer a sus vez varios documentos que se estiman necesarios por quienes, bajo el hechizo de Burocracia, para dar curso a lo que llaman “trámite”. Esos papeles pedidos son para acreditar identidad, procedencia y asentamiento. Así, les piden que ante el despacho exhiban actas que den cuenta de su nacimiento, la fecha, el lugar y los padres; alguna identificación formal y, por supuesto, un estipendio en favor del señorío, que para los gastos públicos.

--¿Identificación formal, mi señor?

--Sí Sancho, una pequeña pieza de algo que llaman plástico y que tiene una imagen de la persona portadora, INE le llana algunos; otra forma de hacer es con el salvoconducto vencido, porque solo te los otorgan por plazo fijo y preciso.

--¿Y si traigo el pasado permiso, me piden de nuevo todo? ¿Qué acaso no lo conservan en sus archivos, como lo hacen las parroquias y notarías?

--Se dice por los sabedores que de todo tienen guarda, pues incluso las partidas de nacimiento y las fichas esas de INE se almacenan en algo que tiene que ver con las nubes y algunos le llaman por lo bajo “internet”, palabra al parecer cabalística y de altos contenidos en estos días del presente. Y todo bajo el control de quienes dan el salvoconducto.

--Me pierdo un poco, no entiendo este galimatías.

--Es sencillo Sancho, todos los documentos que te piden obran en nubes, dicen, del propio gobierno, de donde puedes obtenerlos y con novedosas técnicas a la manera de aquel Gutenberg pasarlos a folios blancos para luego presentarlos. Una vez que das el impreso, aquí los llevan de nuevo a las nubes, cerrando así el ciclo del sortilegio de Burocracia.

--¿Pero si están en las nubes, para que de ahí bajarlos para luego subirlos?

--De eso se trata el hechizo, Sancho, de complicar lo sencillo. Y a eso debes agregar que tan aparente simpleza debe durar en tiempo toda una largueza.

--¿Pero acaso sería posible simplificar este entuerto?

--Hay puntos de estas tierras mexicanas en donde todo el trámite tarda no más de cuarenta minutos y salen rostros felices con salvoconducto en mano. En cambio hay otros donde roban horas de vida, pues tres o más horas no son suficientes para lograr el cometido. Tan solo fíjate, Sancho, que en todo este tiempo hablando, aquellas buenas personas ni media vara avanzaron. Hemos estado aquí de sexta a nona y todo sigue como antes.

Son interrumpidos nuestros amigos por el grito destemplado de un heraldo de adentro que llama por nombre a varios para ingresar al recinto. Afuera quedan rostros entristecidos, pues los hados no favorecieron que se les mentara en suerte; ya habrá mejor hado para media hora más tarde en que otro grupo se acerque un poco más al destino.

Así pasa la vida.

@jchessal