Una flor en la puerta de Palacio
La mañana del 12 de junio de 2023, cuando llegó Xóchitl Gálvez a tocar la puerta de Palacio Nacional a reclamar su legítimo derecho de réplica y la encontró cerrada, quizá ni ella misma imaginaba el potente mensaje que cimbró las conciencias de millones de mexicanas y mexicanos, ella simboliza desde ese día, a las mujeres que tocan desesperadas las puertas del poder, que al igual que Xóchitl quieren ser escuchadas, las madres de niños con cancer cuyos hijos mueren esperando sus medicamentos, las jefas de familia que les desaparecieron las instancias infantiles y ni que decir de las madres buscadoras quienes pasarán un sexenio más en espera de justicia.
Es tan fuerte por genuina la imagen de Xóchitl tocando la puerta desde afuera, mientras dentro habla en un monólogo interminable un hombre que cada vez luce más solo, que responde preguntas a modo, que en cada discurso describe un país que no es real, que sí lo ha transformado pero no precismente en un mejor lugar para vivir, ni cerca estamos de la prometida Dinamarca, porque fallaron los abrazos y se multiplicaron los balazos y con ello también los muertos, -en eso sí ha superado a los gobiernos que tanto denosta-, pues hoy en cifras oficiales, en sus “otros datos” hay más muertos por homicidios dolosos que en los por el llamados gobiernos neoliberales.
Por eso la figura de Xóchitl destaca en la escena pública, primero porque ante la calumnia en la mañanera, acude ante la Justicia Federal a reclamar su derecho, como todos los mexicanos deberíamos estarlo haciendo, porque en un Estado Constitucional y Democrático de Derecho, el Amparo es el instrumento más eficaz frente al uso faccioso del poder, y segundo, porque con resolución en mano acude por derecho propio a hacerla válida y toca una puerta que simplemente no se le abre a una mexicana, aunque esa misma puerta, sí se le abrió y con honores a dictadores como Nicolás Maduro y eso ningún mexicano deberíamos olvidarlo.
En lengua náhuatl, Xóchitl significa flor, y simboliza la belleza del alma indígena; Antonio Velazco Piña en su magnifica obra Regina, que se refiere a los acontecimientos de 1968, trajo a la vida a Regina, personaje principal de su simbolismo, representada en una mujer de noble corazón y valiente empeño, quizá Xóchitl sea la Regina del siglo XXI, lo sabremos en los próximos meses, de lo que si estoy seguro es que esa imagen capturada en fotografía es digna de un Premio Pulitzer, porque esa imagen estará en los libros de historia de México del futuro, la mujer que intentó lo más básico para que su voz se escuchara, tocar la puerta.
Es dificil saber si será ella quien enarbole un proyecto distinto del oficialismo guinda, lo que nadie puede negar es que su carisma, autenticidad y sencillez, contrasta con el político acartonado tradicional, es una mujer altamente preparada verdadera hija de la cultura del esfuerzo (de al deveras) y me atrevó a decir también absolutamente libre.
Su reto inmediato, será precisamente desde su libertad, lograr cohesionar a todas aquellas expresiones que hoy en México se dicen opositoras, si esto ocurre, entonces en 2024 habrá una elección sin precedentes, donde por primera vez exista la alta posibilidad de que la contienda presidencial se geste entre dos mujeres y por primera vez este país, tenga una mujer en el Presidencia.
Al tiempo. Por lo pronto quedó sembrada una flor en la puerta de palacio.
Nota. Murió ayer Don Porfirio Muñoz Ledo, notable político y esclarecido pensador mexicano, se va con él toda una generación, la que consolidó el sistema político mexicano, su partida física coincide con el desquebrajamiento ideológico que vive el sistema de partidos, pero como en todo final, como lo decía el propio Muñoz Ledo, quizá estemos frente a un principio.
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