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Videovigilancia

Por Carlos A. Hernández Rivera / PULSO

Septiembre 18, 2021 03:00 a.m.

¿Puede una persona 

escuchar esta música, 

escucharla de verdad, 

y ser una mala persona?

La vida de los otros.

En la presente semana esta casa editorial Pulso dio a conocer la compra gubernamental por 375.4 millones de peso, de parte de la administración pública saliente, la causa era la instalación del sistema estatal de videovigilancia; esto, se había realizado, a través, de una adjudicación directa, es decir, sin mediar licitación pública.

Asimismo, el medio de comunicación señalaba que la adjudicataria era la empresa SYM Servicios Integrales SA, quien presuntamente estaba ligada en la operación de un “software” espía de producción israelí. Como suele ocurrir cuando está inmersa la seguridad pública, el monto real de lo erogado era desconocido -dado que los contratos de adjudicación fueron declarados en secrecía-. 

La empresa adjudicataria, revelaba Pulso, estaba señalada por redes defensoras de derechos humanos, y, por medios de comunicación de haber provisto el “sistema galileo (que se había utilizado en el espionaje de teléfonos celulares)”, ya que, sería filial de un conglomerado internacional especializado. A pesar, de ser varias las dependencias en cuestionamiento, es quizá el caso de Jalisco el de más reciente memoria.

Hace poco, el propio gobierno de la República hizo del conocimiento que, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) había reconocido que anteriormente (bajo el gobierno de Peña Nieto) había realizado esta práctica de espiar a periodistas, defensores de derechos humanos y opositores -de la cual pocos se escaparon, incluyendo el propio AMLO- a los que incluso denominó como “los maléficos”.

El gobernador saliente, Juan Manuel Carreras, aducía que la compra del sistema de videovigilancia había sido 15 o 20 veces menor que lo denunciado por las notas periodísticas, asimismo, que desconocía si incluía algún “software espía”. Dando a conocer que sería toda la Secretaría de Seguridad Pública, y no únicamente el Centro de Coordinación, Control, Comunicaciones, Cómputo, Información e Inteligencia (C5i2) donde se pudieran estar operando. Además, señalaba Carreras López, la compra habría sido con recursos del FASP, Fondo de Aportaciones para la Seguridad Pública (como suele ocurrir con estos casos en el país).

Al margen del caso particular en comento, del cual, sólo se sabrá sí hubo un uso arbitrario e invasivo en la vida privada de las personas, con la entrega-recepción, y, de lo que pueda precisar el nuevo gobierno entrante.

Mi intención es -en esta colaboración periodística y las subsecuentes- abordar los puntos de tensión, del sistema videovigilancia con la vigencia plena de los derechos humanos (que desde luego las hay). A partir, de estudios de la criminología crítica, y, desde un enfoque crítico de los derechos humanos.

Pero antes de entrar en materia, viene la pena recordar una breve sinopsis de la multi laureada película alemana “La vida de los otros (Das Leben der Anderen)”, fiel reflejo sobre el Berlín del Este en el año 1984, donde, la Stasi (la policía política de la República Democrática Alemana), con 100 000 agentes y 200 000 informantes, vigila cada día la vida de sus compatriotas, esta bochornosa verdad saldrá al descubierto con la caída del “muro” en 1989.

De momento se terminan las líneas de este mi espacio editorial. Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes.

carloshernandezyabogados@hotmail.com