Dos casas dañadas por falla geológica en San Lorenzo
Una de ellas que presenta más daños, la habita un adulto mayor
La falla geológica que atraviesa las avenidas San Lorenzo y camino San José del Barro ha afectado directamente a viviendas localizadas en esa zona; dos de ellas se encuentran habitadas.
El caso de una de las viviendas que presenta más daños, y según vecinos del sector, la habita un adulto mayor, es el domicilio ubicado en la calle San José del Barro número 1016. El inmueble se muestra invadido de grietas, ladeado, con la puerta sostenida por una cadena al muro, además de pedazos de telas, bolsas y alambre.
Aún con la condición de la vivienda, una vecina mencionó que un señor la habita y regularmente regresa a la casa después de las diez de la noche. A un costado, otra vivienda también presenta cuarteaduras, aunque con mucho menor riesgo que la anterior.
Cabe señalar que hace unos días el director de Protección Civil Municipal de Soledad Martin Bravo Galicia aseguró que las viviendas que presentaban cuarteaduras y se encontraban en riesgo estaban deshabitadas, sin embargo, vive gente allí.
Mientras que en la calle Murguía, en el fraccionamiento Vizcaya, una casa se observa muy ladeada y, pese al estado estructural que presenta, cuenta con un anuncio de venta.
Al igual que otras viviendas ubicadas en la calle Markina, éstas tres están deshabitadas en espera de un comprador.
Los residentes, cuyas casas no presentan mayor daño de agrietamiento más que en los patios, señalan que temen que, con el paso del tiempo, tengan que desalojar las viviendas, ya que aseguraron que desde hace dos años comenzaron a notar que la falla se ha extendido, lo que se comprueba con la casa de la calle Murguía número 110, que prácticamente está deshabitada.
En esta calle, la banqueta se ha levantado cada vez más, consideró Martha Díaz, quien dijo que, pese a la condición de la calle, en meses anteriores, mientras se estaba arreglando la avenida principal, camiones del transporte público circulaban por esta calle y la trasera.
“Yo vivo en esta casa, que tiene fisuras en el patio. Se la cuido a mi hermano porque los cuartos no tienen grietas; si no, ya me hubiera ido. Pero la calle sí nos da miedo que se abra porque cada vez se pone más fea. Y cuando estaban arreglando la avenida principal, pasaban camiones y carros por aquí y vibraba mucho; por eso tapamos para que ya no pasaran”, expresó.
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