Los domingos se come fuera de casa
Parte de la franca recuperación del sector restaurantero de la capital se puede apreciar los domingos cuando se vuelve difícil para las familias conseguir una mesa en alguno de los establecimientos más conocidos de la ciudad. Los restaurantes situados alrededor del jardín de Tequisquiapan son un ejemplo de ello.
Ayer fue posible ver a varios grupos familiares y también a parejas, que recorrían los negocios de alimentos y bebidas en calles cercanas al referido jardín, como Mariano Otero, Mariano Arista, la propia avenida Venustiano Carranza y Mariano Ávila.
Si bien hay una oferta variada de restaurantes en los alrededores, parece que, en domingo, el gusto de las familias es reunirse en sitios que ofertan comida mexicana tradicional como enchiladas, menudo, gorditas rellenas y platillos similares.
La concurrencia de decenas de personas al barrio de Tequisquiapan, ya sea para desayunar o comer, o bien para dar un paseo sobre la Vía Recreativa de Venustiano Carranza, no solamente provoca escasez de mesas disponibles sino también que existan pocos lugares de estacionamiento en las cercanías.
Algunas personas prefieren dejar el auto a varias cuadras de distancia del jardín aunque se deba caminar un poco, ya que, al final, esto proporciona dos ventajas: una caminata para “bajar” la comida recién consumida, y que se pueda abandonar la zona de Tequis con relativa facilidad, sin tener que meterse a los embrollos de tráfico que genera el cierre de Carranza.
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