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Entre 2014 y 2018, las cuatro empresas involucradas en el hallazgo de medicamentos contra el cáncer adulterados en el Hospital Central Ignacio Morones Prieto se beneficiaron con ingresos globales por 38.5 millones de pesos en contratos con esa institución sanitaria.
De acuerdo a documentos de la propia institución, publicados en la Plataforma Estatal de Transparencia, en todos los casos, las adquisiciones se hicieron por la vía de la adjudicación directa.
De los cuatro proveedores involucrados, dos están ubicados en Nuevo León, uno en Quintana Roo y el restante, en esta capital. La Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris), ordenó ya no realizar ninguna operación con ellos.
Sin embargo, entre 2014 y 2018, las empresas consiguieron 61 adjudicaciones directas por la compra de medicamento oncológico, que les significaron 38 millones 581 mil 996 pesos de ingresos.
El proveedor más beneficiado es Comercializadora y Proveedora Alston, que tiene su domicilio en Monterrey, Nuevo León. En 2015 y 2016 sumó 13 adjudicaciones, que le significaron ventas por 21.2 millones de pesos. En una sola compra, el Hospital Central le pagó 19.2 millones de pesos.
Le sigue el particular Abraham Raymundo Abrego Torres, también asentado en Nuevo León. Tuvo más contratos, 28, porque su relación comercial con el Central va de 2014 a 2016, pero recibió 9 millones de pesos.
Proveedora y Distribuidora GAAT es la única firma potosina, aunque su representante legal es Gabriel Alejandro Abrego Torres, es decir, comparte los apellidos con el proveedor anterior.
GAAT recibió pagos por 5.1 millones, merced 16 contratos otorgados entre 2015 y 2018.
El proveedor con menos contrato y menores ingresos es Comercializadora y Edificaciones Nare, que en 2017 surtió en tres ocasiones al hospital, recibiendo pagos por 3.1 millones de pesos.
Los 4 proveedores están involucrados en dos denuncias presentadas por la Coepris a la Fiscalía General de la República por el hallazgo en los almacenes del Hospital Central de 35 piezas de dos medicamentos contra el cáncer, Cardioxane y MabThera, adulterados en su contenido y con violaciones en sus empaques.
Ninguna fue reconocida por los fabricantes de los fármacos como distribuidores autorizados.