Peregrinación al Panalillo, tradición familiar de años

Desde 1928, cada año, decenas de personas recorren los caminos de San Luis Potosí en una peregrinación que ha pasado de generación en generación.
Todo comenzó con la devoción de María Eulalia Sánchez, una mujer ciega cuya fe y promesa estableció un legado que perdura hasta hoy.
María Eulalia fue llevada por su sobrina a conocer la imagen de la Virgen de San Juan del Panalillo, ubicada en un pequeño templo en el Panalillo, perteneciente a Villa de Pozos.
A pesar de no poder ver, quedó profundamente conmovida por la gracia de la Virgen y prometió llevarle una peregrinación cada año. Inició con apenas cinco o seis personas, pero la tradición se fue consolidando y creciendo con el tiempo.
A su muerte, la promesa fue tomada por su amiga cercana, Lupita Rincón, quien continuó organizando la peregrinación hasta su fallecimiento en 1999. Después, Asunción Rincón, hermana de Lupita, asumió la responsabilidad junto con sus hijas, quienes siguen con la tradición, y que actualmente encabeza Teresa Delgado Rincón.
Quien detalló que ayer la peregrinación partió de la Parroquia de Cristo Rey, en San Luis Potosí, a las 7:30 de la mañana. Durante la travesía, se realizaron paradas en Los Gómez y La Florida, donde se ofreció comida a los peregrinos.
Al llegar a Panalillo, se prepara a la Virgen con flores naturales para la misa central que se celebra a las 8:00 de la noche. “Es una peregrinación de casi 98 años”, relata Teresa Delgado Rincón, quien ha estado al frente de la organización junto con su mamá desde 1999.
El fervor hacia la Virgen de San Juan del Panalillo, según narra Teresa, se debe a los favores que los fieles sienten haber recibido a lo largo de los años. “Mi esposo estuvo muy grave, con cuatro infartos en una semana. Nos encomendamos a la Virgen y él salió adelante. Es por eso que seguimos cumpliendo con la promesa cada año”.
Aunque Panalillo pertenece al municipio de Villa de Pozos, la devoción ha alcanzado a muchas otras localidades, reuniendo cada año a cientos de personas en un recorrido que mezcla fe, tradición y esperanza, cuya fiesta patronal se celebra cada 5 de abril.
“La virgencita se apareció en un ranchito, en una milpa que se llama Milpa de Librado, y hay mucha fe en la imagen”, concluyó.
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