Crónica | Sheinbaum en Villa Hidalgo: protestas, abucheos y discursos de poder
El gobernador Ricardo Gallardo fue abucheado por los asistentes al evento

San Luis Potosí fue sede de vallas metálicas y expectativas. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, llegó al municipio de Villa Hidalgo, el cual se convirtió en el escenario donde el discurso del poder se encontró de frente con las voces de la oposición.
En su gira para hablar de proyectos prioritarios del Gobierno Federal, fue el campo quien tomó la palabra primero.
Aunque sus simpatizantes y organizadores calificaron la visita como un éxito, el ambiente fue mucho más complejo: consignas, pancartas y reclamos ciudadanos rompieron con la algarabía del protocolo.
Antes de que iniciara el evento, se escucharon las primeras voces de protesta. Habitantes del ejido de Corcovada alzaron sus pancartas para denunciar la explotación de materiales de construcción y minerales por parte del Grupo Salinas Pliego. "Tierra y libertad para Corcovada", "No a la contaminación de nuestro ejido", se leía entre carteles que ondeaban con firmeza por un lado del presidium. Ellos no fueron a aplaudir. Fueron a exigir.
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Pero no fueron los únicos inconformes. Un grupo de maestros también se hizo presente con mensajes dirigidos directamente a la mandataria: "Claudia, mentiste, con la Ley del ISSSTE", "Maestros, luchando, contra la injusticia y por nuestros derechos". Durante los cerca de 50 minutos que duró el evento, las consignas no cesaron.
El gobernador Ricardo Gallardo Cardona, acostumbrado a la ovación, no encontró el recibimiento habitual. Cuando fue nombrado, los abucheos lo recibieron de frente. Más tarde, un grupo que lo llamaba "Padrino" intentó levantar su nombre entre el bullicio, pero él mismo, con una seña de la mano,
pidió silencio.
Frente a la tensión, Sheinbaum buscó relajar el momento. De forma informal, pidió una votación para decidir si debía continuar el mitin en medio de los señalamientos: "¿Quién está de acuerdo en que nos oigamos entre todos? Las libertades también son responsabilidades, y tenemos que tener respeto entre todos". Al obtener el respaldo, optó por seguir con su discurso, no sin antes señalar que también había que respetar las voces contrarias: "Vamos a respetarlos, pero ya escucharon lo que piensa toda la asamblea".
Durante su intervención, la presidenta insistió en que "es tiempo de mujeres" y celebró ser la primera mujer en encabezar el Ejecutivo federal: "Gracias al pueblo de México, llegamos todas. Todas las mujeres somos presidentas en este sexenio de la primera mujer presidenta", dijo, buscando tejer una narrativa de inclusión.
El ambiente no dejó de ser tenso. En medio del discurso, un asistente lanzó un grito incómodo: "¡El gobernador solo hace campaña para su vieja!". Sheinbaum no dejó pasar el comentario y respondió de inmediato: "Discúlpeme, pero aquí se respeta a todas y todos. Puede uno estar de acuerdo o no".
El evento concluyó con un llamado a preservar los valores de la Cuarta Transformación, lo que Sheinbaum definió como "humanismo mexicano", anclado en la historia patria y en los pueblos originarios.
El acto terminó, pero las consignas se mantuvieron. Porque en Villa Hidalgo, la visita presidencial dejó claro que, a veces, la voz del pueblo no se acomoda fácilmente al guion oficial. Y ahora, desde Corcovada hacia el país entero, queda claro que, aun con la tierra agrietada y su gente de pie, no dejarán de alzar la voz.
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