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¡Cuida tu piel!

Por Agencias

Agosto 19, 2021 03:00 a.m.

A

a piel es el órgano más grande del cuerpo y está expuesto a toda clase de estímulos, ya sean externos, como el clima, la temperatura, la humedad, e internos, como nuestro estado de ánimo, las hormonas, incluso la alimentación. Muchos no saben que la dieta puede afectar de manera directa a la calidad de la piel.

     De hecho, existen algunos alimentos que tomamos a diario que podrían estar alterándola.

     La alimentación es esencial para el funcionamiento diario del cuerpo humano.

     La dieta no solo se traduce en introducir “combustible” al cuerpo para que funcione y podamos realizar nuestra actividad diaria.

    Se ha observado que la calidad de la dieta está estrechamente relacionada con el mantenimiento de la salud en general.

      Además, si nuestras digestiones son poco sanas o desequilibradas, se liberan toxinas en nuestro torrente sanguíneo que pueden causar inflamaciones en el organismo.

AFECCIONES DERMATOLÓGICAS

Las alteraciones en la flora intestinal, y la consiguiente inflamación, pueden causar hinchazón en la piel, sobre todo en aquellas personas con tendencia a sufrir acné, eczema, psoriasis, rosácea o con dermatitis seborreica o atópica. 

     Estas afecciones dermatológicas cursan todas con inflamación, impidiendo un funcionamiento correcto del sistema inmune.

     En resumen, las células inflamadas, al no poder producir colágeno y ácido hialurónico, colapsan generando esos brotes.

     Después de tener claro todo esto, hemos consultado a varios expertos para que respondan a la gran pregunta: ¿qué alimentos dañan más nuestra piel?

LECHE

Los lácteos contienen proteínas (como las caseínas tipo 1 y las betacaseínas de tipo 1) que pueden alterar la respuesta inmunológica, aumentando los episodios de enfermedades dermatológicas autoinmunes como son algunos tipos de dermatitis o psoriasis.

     También se ha relacionado la ingesta de leche con un aumento de una hormona, la IGF-1, que está relacionada con una mayor producción de sebo y, por tanto, relacionada también con el acné.

SAL

Cuando se consumen más de 5 gramos de sal al día, el cuerpo va almacenando el sobrante en órganos y tejidos.

     Esto es lo que causa la retención de líquidos en el cuerpo y lo que conocemos como edemas, que lo único que son es sal y agua almacenada que no pudieron eliminar ni el riñón ni la piel.

     Puede provocar: caída de cabello, ya que deshidrata el cuero cabelludo; sequedad de piel y ojos, por lo que tendríamos más propensión a arrugas faciales y alteración de las mucosas, ojeras y, por otro lado, también puede dar edema facial con aumento de bolsas.

AZÚCAR Y CAFÉ

El azúcar igualmente es nuestro enemigo si queremos tener una piel bonita, y es que, al igual que la sal, también puede subir la tensión arterial. Su característica 

más importante es que acelera el envejecimiento celular al potenciar las reacciones de oxidación.

      En su opinión, también debemos reducir el consumo de café, ya que también aumenta la tensión arterial y fomenta 

la deshidratación. 

ALCOHOL

Tras un consumo agudo de alcohol la oxigenación de la piel disminuye, por lo que se aprecia un aspecto cetrino.

     También merma la producción de colágeno, por lo que se pierde brillo, elasticidad y firmeza en la piel y, además, evita la liberación de toxinas, lo que puede provocar un brote de acné.

     A largo plazo el consumo de alcohol disminuye la vitamina A, dando sequedad y descamación de la piel, es decir, un envejecimiento prematuro del rostro.

     Otra evidencia del abuso constante del alcohol es la rosácea facial y la aparición de telangiectasias o “vasitos dilatados” 

en la cara. 

     Por último, no podemos olvidarnos de que provoca inflamación que puede traducirse en poros dilatados, manchas y falta de luminosidad. 

GRASAS TRANS

Sobre este tipo de grasas que encontramos en la famosa comida rápida o comida basura, te decimos que obstruyen las arterias y los capilares epiteliales son muy finos, por lo que empeorará la oxigenación de la piel, aumentará la retención de líquidos y fomentará la pérdida de elasticidad 

y luminosidad. Estos alimentos son los que se deberían restringirse al 100% en una dieta, ya que no generan ningún bien al organismo.

CARBOHIDRATOS NO INTEGRALES

El pan blanco y la pasta contienen un alto índice glicémico, lo que fomenta la inflamación cutánea al romper el colágeno que mantiene la piel fuerte junto con la elastina, que le otorga esa flexibilidad.

    Tampoco debemos consumir de manera frecuente alimentos fritos porque, causan daños a la estructura de las células de la piel, y esto lleva consigo la aparición de un tono amarillento, envejecimiento 

e incluso acné.

CARNE ROJA

El exceso de carne roja puede provocar aumento de las proteínas totales en sangre y, por lo tanto, edema facial, deshidratación celular con síntomas de piel apagada, arrugas más marcadas y falta de elasticidad. Tampoco se recomienda comer embutidos en exceso ya que puede acarrear los mismos síntomas del exceso de grasas y de proteínas.