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El emperador Akihito de Japón volvió a cancelar ayer sus actos públicos como consecuencia de una disfunción cerebrovascular que sufrió el lunes y de la que todavía padece algunos síntomas, confirmó a Efe la Agencia de la Casa Imperial nipona.
“El emperador sigue sufriendo algunos efectos de la anemia cerebral, como son mareos ligeros, además de dolor de vientre, por lo que se le ha recomendado que mantenga hoy también reposo”, detalló un portavoz de dicha agencia.
Akihito, de 84 años, sufrió durante la madrugada del lunes mareos, vómitos y otras dolencias que fueron diagnosticadas como consecuencia de un riego sanguíneo insuficiente al cerebro, también conocido como anemia cerebral.
El emperador tenía prevista para ayer una comida con varios ministros, que ha sido pospuesta para otro día, sin embargo, se espera que retome sus actividades a partir de este día, si se confirma una mejora en su estado de salud.
No recibe a su nieta Ayako
Durante la jornada del lunes, Akihito tenía previsto recibir a la princesa Ayako de Takamado antes de que esta presentara de forma pública a su prometido y anunciara que su boda se celebrará el próximo 29 de octubre.
El emperador se ha visto aquejado de una frágil salud durante los últimos años, lo que le llevó en agosto de 2016 a anunciar su deseo de ceder el trono a su hijo, el príncipe heredero Naruhito.
Abdicación
Sin embargo, las particularidades de la Constitución nipona y la necesidad de aprobar una legislación específica para la sucesión en vida de Akihito -que supondrá la primera de un emperador nipón en dos siglos- han retrasado hasta mayo de 2019 la fecha prevista para la abdicación.
Operaciones
En 2012 el emperador japonés se sometió a una operación de “bypass” y en 2003 sufrió un cáncer de próstata tras el que padeció osteoporosis debido al tratamiento que se le
recetó entonces.