PIEL JOVEN Y RADIANTE
Durante el último año cada vez son más las mujeres que han descubierto la importancia del cuidado de la piel.
Los meses en casa con la cara lavada relegaron a un segundo plano al maquillaje y elevaron los rituales de belleza casi a la categoría de terapéuticos, momentos de relajación en los que mimarse y dejar que los activos de tratamiento revelaran lo mejor de cada rostro.
La cuarentena también trajo consigo constancia, una virtud fundamental a la hora de conseguir resultados y con la que se evita el síndrome bautizado como impaciencia cosmética, que impide que los tratamientos funcionen al no dejarles tiempo a que demuestren sus capacidades.
Empezar demasiado tarde a utilizar cremas antiedad o exfoliarse a diario son algunos de los errores de los que avisan los expertos.
ELECCIÓN DE COSMÉTICOS
La elección de los cosméticos no depende de la edad, sino de las condiciones de la piel y de las necesidades y deseos de cada mujer.
El estilo de vida, que es responsable de hasta el 80% del envejecimiento, y la predisposición genética de cualquier mujer puede llevar a que una persona de 30 años presente tantos signos clínicos como
una de 40.
HIDRATACIÓN
La hidratación como el gesto indispensable que nunca debería faltar y, a partir de ahí, se personaliza cada paso a paso en función de otras preocupaciones: falta de firmeza, cutis apagado, arrugas, manchas.
No es desaconsejable empezar a utilizar productos anti-envejecimiento muy pronto si sientes la necesidad de hacerlo, por ejemplo, para suavizar las primeras arrugas de deshidratación que podrían ser permanentes.
FÓRMULAS
Eso sí, siempre es recomendable usar fórmulas que fortalezcan la resistencia de la piel frente al paso del tiempo en lugar de cosméticos anti edad durante los 20 y principios de los 30.
VITAMINA C
Otro complejo famoso por su capacidad para frenar este daño oxidativo que favorece el envejecimiento prematuro de los tejidos es la vitamina C, la protagonista de toda la gama dedicada a la luminosidad. Esta ilumina, refresca, revitaliza, reafirma e hidrata.
EXFOLIACIÓN
Existen dos tipos de exfoliación, la que elimina las células muertas de la piel a través de activos como los AHA, alfa hidroxiácidos, entre los que destacan el ácido glicolico, el láctico, el cítrico o el mandélico.
Un exfoliante mecánico excesivamente abrasivo y aplicado de forma repetida puede ser muy agresivo para la piel.
Una piel normal tolera bien utilizar un producto que contenga suaves partículas exfoliantes una o dos veces por semana.
Ayuda a eliminar las células muertas y a estimular la generación de células nuevas.
En cuanto a las más sensibles o reactivas, se recomiendan los de la primera categoría porque pueden evitar la irritación que provoca la fricción de una fórmula enzimática o química que disuelve los enlaces entre las células muertas.
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