¿Tú hijo necesita más amor?
Quieres a tu hijo más que a nada en el mundo, lo das todo por él, le guías en su camino y estás a su lado cada día y, aún, así hay veces que él no percibe de la manera adecuada el amor que necesita para crecer feliz.
¿Cuáles son las señales que indican que tu hijo necesita más amor? .
Y es que por mucho amor y cariño que los padres demos a diario a nuestros hijos puede que ellos no Una cosa es lo que los padres damos y otra cómo lo reciben los niños.
Si la percepción no es la correcta, puede haber una serie de carencias que se crean en la infancia y se arrastran hasta la vida adulta.
Analicemos una por una las señales que indican que nuestro hijo puede tener falta de cariño por parte de los padres.
BERRINCHES
Berrinches, rabietas y pataletas, que se dan en especial cuando estamos con otras personas y que son llamadas de atención en estado puro.
Inseguridad, temores y miedo al abandono.
Falta de relación con otros niños, es decir, hay un aislamiento que viene seguido de la tristeza, pues no tiene seguridad emocional.
Lenguaje negativo.
Baja autoestima.
Auto-exigencia. Los peques con carencias afectivas se vuelven muy perfeccionistas.
NIVEL ESCOLAR
Unas carencias que se arrastran en casa y también en la escuela.
A nivel escolar estos sentimientos pueden repercutir en los estudios, y es que si no se sienten queridos en casa no van a estar motivados en la escuela.
ESTAR PRESENTES
El amor es infinito y, además, como padres, incondicional, sin embargo, es en la primera etapa de la vida de nuestros hijos que tenemos que estar siempre con y para ellos.
Entonces, ante una falta de cariño hacia los hijos ¿cómo podemos los padres cambiar esta situación?.
Debemos estar pendientes de las señales que acabamos de ver y que nos indican una posible falta de amor.
ATENCIÓN PLENA
Tener una atención plena con ellos. Dedicarles tiempo de calidad y no tiempo vacío en el que estamos a su lado más pendientes del móvil que de otra cosa.
ACOMPAÑAMIENTO
Acompañarles en su camino y estar a su lado sin ser demasiado exigentes.
La clave no está en exigir sino en guiarles en su aprendizaje de forma amorosa y respetuosa
DEJARLOS SER
Dejar a los niños ser niños, y no solo eso, sino que deben ser ellos mismos no una fotocopia de los padres.
Darles confianza, seguridad y respetar su espacio de intimidad.
Tener muestras de cariño a diario para que se puedan sentir bien.
Saber en cada momento en qué proceso nos encontramos como padres.
Ya sea que necesitan ayuda para aprender a montar en bici, para hacer los deberes o para conocerse a sí mismos.
Ojo, estar a su lado no quiere decir interponerse en su camino.
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