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Industria salmonera se sostiene sobre la base del abuso, denuncia Greenpeace

Por EFE

Septiembre 27, 2022 09:27 a.m.

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Santiago de Chile (EFE).- “Por mucho que se mejore la normativa, no existe ningún punto de equilibrio en el que la salmonicultura sea sostenible”, dice en entrevista a Efe el director de Greenpeace Chile, Matías Asún. 

La ONG medioambiental estrena este martes el documental “Por aquí no” que busca proteger los mares de la Patagonia del cultivo de salmónidos.  

Se trata de la primera producción audiovisual de Greenpeace, en alianza con History Channel, que desmenuza el impacto que esta industria, potenciada durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), mantiene sobre los ecosistemas y comunidades del sur de Chile. 

¿Por qué de todos los conflictos medioambientales que hay en el país, Greenpeace apuesta por hacer un documental sobre la industria salmonera? 

Empezamos a trabajar en torno a los conflictos de la salmonicultura a propósito de un gran desastre que ocurrió en 2016. Ese año la saturación de la industria salmonera llevó a una mortandad masiva en múltiples centros de la Región de Los Lagos, en la Isla Chiloé, y Puerto Montt. Toneladas de salmones muertos pudrieron el fondo marino y reventaron la economía y las condiciones sociales del lugar.  

¿Cómo se produce esa contaminación? 

Es una industria que genera toneladas de residuos debajo de cada uno de los centros [de cultivo de salmones]. Son edificios submarinos con aglomeraciones de salmones que reciben antibióticos, líquidos antiparasitarios y tratamientos especiales que contaminan el fondo marino, y eso se suma a las fecas de los salmones.Todo ello genera condiciones de colapso ecosistémico.  

En Chile se permiten hasta 500 veces más antibióticos que los que se utilizan en Europa, y hemos tenido escapes de cientos de miles de salmones que depredan los animales de su alrededor. Esto ocurre en uno de los lugares más puros y limpios que tenemos a nivel planetario como son los fiordos patagónicos.  

¿Por qué la industria salmonera busca instalarse en lugares prístinos? 

La expansión a estos lugares abarata costos. Al ser más limpios surgen menos problemas porque son sitios que están más sanos, sin embargo, son mucho más frágiles y funcionan como hogar de especies icónicas de nuestro país como las ballenas jorobadas o los delfines chilenos.  

La línea de costa de la región de Magallanes está repleta de fiordos y entradas de mar cuya condición ecosistémica es tan rica que recibe las visitas de más del 50% de las especies cetáceas a nivel mundial y de buena parte de las especies migrantes del mundo. Si estos lugares desaparecen, también desaparecen parte de los ecosistemas que permiten mantener los parámetros climáticos y ecológicos, y el planeta entero se degrada. 

¿Qué impacto tiene la industria en las comunidades locales como la kawésqar, que aparece en el documental? 

Los pueblos originarios de la región como los kawésqar, yaganes y otros, han defendido la protección marítima de ciertos territorios de valor ancestral para lograr una convivencia armónica con cualquier proceso productivo. También se reciben el impacto las comunidades de pescadores artesanales porque los químicos que se administran a los salmones afectan a moluscos, mariscos y algas, y degradan la capacidad de estas comunidades para capturar alimentos en su propia costa.  

La industria se defiende diciendo que ofrecen empleo en zonas empobrecidas del país. ¿Qué resultado da la ecuación del costo-beneficio de la instalación de estas empresas en los territorios? 

 Lo que es empleo hoy es hambre para mañana. Bajo una lógica de largo plazo, una industria que por definición es insostenible, no debiese operar en un lugar que tiene estos potenciales económicos, esta riqueza. ¿No sería mucho mejor generar procesos para permitir una convivencia entre las industrias que desarrollan capital en el territorio, como el turismo o las alternativas de conservación, sin la necesidad de destruir una de las zonas más limpias del mundo?  

Es una industria con niveles de accidentalidad laboral muy altos (muertes de buzos, amputaciones, enfermedades musculares invalidantes), ¿falta visibilidad de las condiciones de los trabajadores del sector? 

Sí, es muy desconocida la realidad laboral de la gran mayoría de las industrias extractivas en Chile. En este caso, es una de las artistas más complejas y que mayor desencanto produce. Es una industria que se sostiene sobre la base del abuso porque si se aplicara la ley, la industria no sería sustentable, lo han dicho los propios gerentes. 

¿Ha habido recorrido de las leyes en el Congreso para poder regularla? 

Sí, pero las leyes que están no se aplican con el énfasis y la potencia necesarias. La industria del salmón en Chile existe fundamentalmente gracias al nulo respeto a la ley ambiental. Tiene un récord de denuncias, de sanciones por no cumplir con la normativa medioambiental, de accidentes y conflictos laborales, y es una de las peores industrias desde el punto de vista de los ránkings de cumplimiento ambiental.  

Es un sector que ha hecho lo posible por no aprender las lecciones de desastres del pasado y eso se debe a la complicidad que han tenido las autoridades. Por mucho que se mejore la normativa, no existe ningún punto de equilibrio en el que la salmonicultura sea sostenible con la protección y conservación de lugares que hoy están puros y que resultan clave para los equilibrios ecosistémicos, climáticos y de desarrollo humano. 

¿Hay diálogo entre comunidades, organizaciones ambientales y representantes de la industria? 

Hay conversaciones pero estas no pueden pasar por encima de las condiciones democráticas para hacer valer el Estado de derecho. No estamos pidiendo que la industria desaparezca. Pedimos que no se amplíe la cantidad de salmoneras, que no se instalen en los fiordos patagónicos del sur y que se aplique la normativa ambiental para sancionar aquellos proyectos que están destruyendo el medio ambiente.