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El pasado colonial de Países Bajos y su reflejo en el mundo contemporáneo

Por EFE

Junio 23, 2022 12:21 p.m.

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El vestido fue elaborado con mapas de las antiguas coloniales neerlandesas / Foto: EFE

El vestido fue elaborado con mapas de las antiguas coloniales neerlandesas / Foto: EFE

Ámsterdam, Países Bajos (EFE).- Una exposición permanente en Ámsterdam analizará a partir del viernes, a través de 500 objetos, la historia y la presencia colonial de Países Bajos en países como Indonesia, Surinam, Curazao, en un intento de subrayar que el colonialismo dio forma al mundo contemporáneo y no es solo una página oscura del pasado. 

La pinacoteca antropológica Tropenmuseum busca dar respuesta al debate social actual sobre el colonialismo, la esclavitud y el racismo con una exposición que ocupa toda la primera planta, con medio millar de piezas repartidas con su respectiva historia en 1,200 metros cuadrados. La muestra se divide en diez temáticas, entre ellas música, lenguas y religión.

Una de las piezas que abre la exposición es un vestido escultórico de capas comisionado a la artista británica Susan Stockwell (1962). Elaborado con mapas de las antiguas colonias neerlandesas, con carreteras rojas goteando como sangre por las mangas, es una obra de arte que aborda también la posición de la mujer en la época colonial.

Los mapas del vestido definen los límites y la propiedad, pero el cuerpo de una mujer era muchas veces posesión de otra persona, utilizado para el trabajo, el estatus, el sexo o la reproducción, señala el comisario Pim Westerkamp, durante un recorrido por la exposición.

Países Bajos prohibió la esclavitud en el siglo XIX, pero eso no supuso la igualdad: persistieron los estereotipos racistas, sentando las bases de muchos problemas actuales. Eso se refleja aún en fotos o anuncios, pero también en la exclusión, la desigualdad, los prejuicios en la educación, el mercado de la vivienda, el trabajo o la política.

Además, recuerda, en la época colonial se obligaba a los esclavos a trabajar sin sueldo, y hoy que la esclavitud está prohibida, millones de personas aún trabajan en condiciones de trabajo forzoso. 

Como ejemplo, señala los niños explotados en minas de cobalto o plantaciones de cacao; los trabajadores que construyen el estadio de fútbol para el Mundial de Catar; y las víctimas de la trata y la prostitución forzada en Europa. 

“No todas estas formas de trabajo forzoso son un legado del colonialismo, pero nos recuerdan a la relación deshumanizadora y explotadora del colonialismo con el trabajo y la vida humana considerados inferiores y prescindibles”, lamenta la pinacoteca, en textos en sus pasillos. 

La idea detrás de la exposición es que el colonialismo ha dado forma a estructuras actuales de nuestra vida cotidiana, lo que se refleja también en la cultura, cocina compartida, idioma y música.

La muestra, "Our Colonial Inheritance" (nuestra herencia cultural), destaca la resiliencia frente a las fuerzas coloniales y cuenta cómo funcionaron diferentes estructuras coloniales a través de fotos, obras de arte, instrumentos musicales, pinturas y objetos de la vida cotidiana. 

Uno de ellos son las cucharas de calabaza, "kaabasi supun", que se decoraban raspando áreas de la superficie. La calabaza se cortaba en pedazos, y la piel fina era fuerte y resistente al calor. 

También se habla de materias primas de las regiones colonizadas, como las especias, el café, el té, el azúcar, el tabaco, el aceite de palma, o incluso el opio, del que hay una muestra.

La administración colonial había regulado su venta y, desde finales del siglo XIX, el opio se procesaba en grandes fábricas gubernamentales, lo que aseguró que la producción y oferta pudieran ser reguladas, aumentando los ingresos, a pesar de las evidencias de los peligros de la adicción. 

La artista neerlandesa Gladys Paulus expone una obra hecha de lanas diferentes, para hablar de esa lucha interna y las dudas que aún persisten entre muchas familias europeas con ancestros indígenas.“Te das cuenta cuando eres pequeño, pero no lo entiendes, por eso esta obra también fue un desafío para mí misma”, señala, mientras realiza los últimos ajustes a su pieza artística.

Por otro lado, uno de los legados más duraderos del colonialismo es el racismo, señala el museo, ya que la explotación física en esa época se sustentaba en todo un sistema de creencias, prejuicios y estereotipos construidos en torno a la idea de la superioridad de los blancos sobre los negros, y muchas de estas creencias persisten.

Se entiende que la raza no es un hecho 'biológico' o 'natural', sino una construcción social, y como es un sistema de prejuicios y poder que se ha construido, también se puede desmontar.

“Los europeos concibieron la idea de ‘raza’ en el siglo XVII. Los científicos del siglo XIX catalogaron la apariencia de personas de todo el mundo y las clasificaron, vinculando la apariencia con aspectos del carácter, la inteligencia y la moralidad (…) La raza es una construcción sociopolítica y legal”, señala el museo.