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HILORAMA, ESCRITORAS CONTEMPORÁNEAS

“POLIFONÍA”

Por Vanessa Cortés Colis

Marzo 26, 2025 03:00 a.m.

A

Hablemos de cómo la ¿ficción? ¿docu-ficción? ¿no ficción? ¡ya no sé, y arriba la desclasificación! Pero la literatura de mujeres mexicanas contemporáneas es – en términos generales- híbrida, autorreferencial, disruptiva, directa, a veces cruda. Así se mapea la literatura mexicana en la actualidad y parece que comienza a balancearse el discurso literario, ya que por siglos estuvo cojo, solo se tuvo acceso a una parcialidad, a la pluma de los hombres, como un cíclope, o un minion si les resulta más popular. Señoras y señores, lo siento, pero como en la historia del planeta y en otras tantas áreas, nos timaron, solo se recibió la mitad del conocimiento y quizá por eso se ansía el espacio, se exige, se grita. Ahora ellas arremeten con su originalidad y propuesta creativa, sin temor a hacerlo. Y en esta literatura de mujeres, quizá ya se dejó de hablar de aquellos pensamientos, deseos y reclamos por no tener acceso a los espacios públicos, al mundo que también nos pertenece y deseamos construir a cabalidad. Puede ser que se dejó el delirio introspectivo, lírico, sutil e individual, y ahora, se presenta un discurso genuino y con arrojo donde emerge una voz propia que abraza el género y va de lo particular a lo general.

Ahora bien, Imaginen un hilorama, o esas tablas con clavos e hilos donde se entrelazan y van formando figuras, con relieves, pero en esta ocasión, visualicen cada atadura que va de extremo a extremo, amplio, extenso, es decir, estas mujeres que toman decididamente la pluma, se afianzan como los clavos a la madera; trazan nuestra cultura o idiosincrasia de una manera múltiple y diversa, en ocasiones antitética como la propia naturaleza de la historia. Pasamos el hilo con una vuelta al clavo con voces que resuenan a nivel mundial como Cristina Rivera Garza, Valeria Luiselli, Guadalupe Nettel y vamos hacia otro extremo con el color de la poesía de Rocío Cerón, Julia Santibáñez, Sara Uribe o Diana del Ángel; después un hilo áspero pero necesario en la tabla recorre, quizá con furia, las denuncias y reflexiones sobre la violencia extrema y condiciones adversas de la mujer en el país con Dahlia de la Cerda, Gabriela Jáuregui o Clyo Mendoza. Surgen hilos sedosos, exquisitos y no menos críticos por su construcción narrativa como el de las Brendas: la Lozano, la Ríos, la Navarro; hacemos un buen amarre con la novela negra de Fernanda Melchor o Nuria Kaiser, y no puede faltar el hilo de la ciencia ficción que da brillo a la tabla con Andrea Chapela y Eve Gil. Quizá lo que se distingue de esa tabla tejida por escritoras actuales, muy estudiosas y premiadas sea la falta de respeto que imprimen a los géneros: juegan con ellos, los contraponen, los mezclan, borran limitantes, son disruptivas de la forma, incluyen otras manifestaciones del arte y hacen crecer el telar multicolor como sucede con Verónica Gerber, Daniela Bojórquez, Bárbara Jacobs, Olivia Teroba, Socorro Venegas, Aura García – Junco, Laura Baeza o Jazmina Barreda. Bueno, de que hay abanico de hilos, los hay, quizá lo que me falte es el espacio para distinguir otros nombres que nos regala la urdimbre de una compleja, rica y contrastada figura interminable, una luz referencial para comprender nuestra esencia. Por al fin, comienza aparecer la otra mitad de pensamiento, ideas y perspectivas que ambulaba sin encontrar su lugar. El mapa estaba incompleto. Ahora, pase usted a admirar y disfrutar de este collage.