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IRMA HERMOSO “LUNA”

CREA TALLERES QUE COMBINAN LAS ARTES Y CIENCIAS SOCIALES

Por Redacción PULSO

Octubre 07, 2024 03:00 a.m.

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Galeria

Irma Hermoso “Luna” es licenciada en actuación y cursa la maestría en Derechos humanos en el posgrado en Derecho de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, es fundadora de “RECURRENTE: Arte, memoria y acción AC”, donde actualmente trabaja el cruce entre Arte, Documental y Derechos Humanos, con perspectiva de género. 

En su vida profesional aborda procesos de acción política que afectan a las causas sociales que ella defiende, su activismo nace de la creación de talleres que combinaban las artes y ciencias sociales, este proyecto comenzó a desarrollarse con infancias y adolescencias. Así, conforme avanzaba el taller descubrió la importancia que tenía que cada individuo participante expresara su sentir y construyera su propia voz, no sólo generando la interpretación de textos hechos por autores ajenos. 

Los talleres comenzaron a ser espacios donde las niñas especialmente platicaran sus experiencias de vida que ayudaban a seguir investigaciones con enfoque de perspectiva de género.   

Dentro de sus intereses mantiene una fuerte presencia en la investigación social, específicamente con enfoque en la defensa de las mujeres, combinándolo con sus conocimientos artísticos se encarga de crear espacios amigables que promuevan el dialogo político. 

La interdisciplinariedad es una cualidad muy marcada en ella que le permite expandirse en calidad de artista e investigadora, proponiendo espacios de investigación con impacto social y teniendo en cuenta la perspectiva de género que menciona, es de suma importancia ponerse en conversación e implementarse para eliminar la falta de oportunidades y violencia que afecta en su mayoría a las mujeres. 

UNA LUCHA SOCIAL

Irma, en su vida cotidiana y profesional comenzó a detectar en su entorno las consecuencias de los imaginarios influenciados por conductas patriarcales de los medios de comunicación, replicados en su ambiente laboral, y sintió la necesidad de generar cambios en las estructuras de poder que amenazan con el desarrollo de las mujeres en sus ámbitos, una característica que la marco y detectó fue el síndrome de la impostara, resultado de estas estructuras de poder dominadas por el patriarcado. 

Con esto en mente comienza a tener acercamientos con personas que al igual que ella, están dentro de las luchas sociales y del movimiento feminista, acercándose a este último por medio de la fotografía. 

La documentación no solo se quedó en las marchas feministas, se extendió a obras de otras mujeres que hablaban asuntos de género así la teoría se combinó con sus experiencias personales de la vida cotidiana y comenzó a explotar la interdisciplina, con la investigación social y su lado artístico. 

EL ARTE EN LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

El funcionamiento interdisciplinar tiene sentido para Irma, siendo el arte parte esencial de su persona; para ella la participación de esta disciplina en los movimientos sociales tiene gran importancia, menciona que “las artes conectan a esa enorme capacidad del ser humano que tiene de autopercepción, pero también de percepción de la realidad”, así se pueden compartir las visiones que cada individuo tiene acerca de los problemas cotidianos y la realidad de cada persona que permite a los externos no quedar atrapados en un algoritmo de realidades, promoviendo la empatía y reflexionando como se puede extender a la sociedad el mensaje y que en derechos humanos le llaman el buen vivir, mismo que no se tiene por lo que ella identifica tiene raíz en el orden patriarcal. 

LA EXPERIENCIA TEATRAL 

CON LA VIDA REAL

A partir de esto toma en cuenta la importancia de la autoobservación y la autoconciencia para lograr el bien común, cuestionando nuestras creencias y cómo estas se forman a partir de experiencias personales.

Luna compara la experiencia teatral con la vida real, sugiriendo que, al interpretar diferentes personajes, los actores absorben comportamientos que pueden afectar su psique. Esto es especialmente relevante para las actrices, que a menudo representan roles de sumisión, mientras que los hombres suelen ensayar dinámicas de poder. 

Planteó que el teatro, junto con la lucha por los derechos humanos, puede ser una herramienta poderosa para promover la sostenibilidad y el bienestar, ayudando a las personas a reconocer y transformar sus creencias limitantes en un contexto de empoderamiento y apoyo mutuo.

“PISO PEGAJOSO” 

Y “TECHO DE CRISTAL”

Agregó el término del “piso pegajoso”, descrito cómo las creencias sobre los roles de género limitaban a las mujeres en su acceso a puestos de liderazgo argumentando que, en un sistema capitalista, a menudo se priorizaba la productividad por encima de las responsabilidades familiares.

El “techo de cristal” fue otro tema de introspección, haciendo referencia a las barreras invisibles que impedían a las mujeres avanzar en sus carreras. A pesar de tener formación y experiencia, muchas se encontraban estancadas en puestos que no les permitían ascender.

Luna a través de su trabajo explora y busca redefinir los roles de género, donde los hombres eran vistos como proveedores y las mujeres como cuidadoras. La problemática de la falta perspectiva de género afecta tanto a hombres como a mujeres y Luna tiene mucha conciencia en esto, buscando la ruptura de las creencias patriarcales impuestas y crea espacios de dialogo e intervención como es disruptivo con la conciencia colectiva que limita el desarrollo creativo de las personas.