La esencia del chamanismo azteca llega a Roma con el mexicano Álvarez Solís
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ROMA, Italia (EFE).- El mundo onírico del chamanismo azteca llega a Italia en una exposición del artista mexicano Luis Alberto Álvarez Solís, que plasma en sus pinturas contemporáneas la "esencialidad" de los viajes místicos que conectan el presente con la tradición ancestral de los pueblos indígenas.
"El chamán tras las huellas de Quetzalcóatl" se inaugura hoy en la galería La Gal Effe, en pleno centro de Roma, donde se pueden ver 14 obras que evocan seres mitológicos junto a universos cósmicos paganos y alucinógenos como la flor del peyote.
Álvarez (Ciudad de México, 1980) se muestra como un artista complejo y ecléctico que lleva a sus pinturas la larga historia mexicana a través de unas profundas influencias geométricas futuristas que se inspiran en artistas como Diego Rivera, Saturnino Herrán y Antoni Gaudí.
"Como decía Gaudí, la originalidad apunta al origen y no lo nuevo. Por eso mi arte es una investigación arqueológica, antropológica y psicoanalítica en la que he encontrado que, en el camino hacia la esencialidad, lo que más se acerca a la verdad es la geometría", detalló a EFE Álvarez.
Entre la colección de pinturas se encuentran obras de gran formato como "Vibraciones", "Santísima Trinidad Cósmica", "Pasado Futuro" y "San Jorge y el Dragón", que viajan desde el arte más figurativo a una conceptualización de los fundamentos artísticos geométricos y musicales donde el círculo cobra todo el protagonismo.
"Dentro de las esferas de Luis Álvarez vemos unos ojos que nos miran, investigan y siguen. Son el cráter de un volcán, el ojo del cenote, la pirámide maya o la flor del peyote", explicó a EFE el comisario de la exposición, Giuseppe Ussani.
En su "trance" creativo, el artista encuentra en la música un aliado fundamental que, a través de los sonidos de civilizaciones de todo el mundo, inspira a Álvarez para llevar a lo visual aquello que sólo captan los oídos.
"La música me ayuda a conectar con la esencialidad. Por ejemplo, en mi colección de cuadros 'Vibración', utilicé campanas tibetanas que, con su sonido y frecuencia acústica, me llevan a sentir unas vibraciones que me acercan a un vacío donde encuentro a mi ser", reconoció el artista mexicano.
En obras como “San Jorge y el Dragón”, "Luis establece una conexión entre la dimensión cristiana y la pagana que se encuentran, gracias al esfuerzo de pacificación entre culturas, en una especie de diálogo que nos debe llevar nosotros mismos a una dimensión de riqueza y bienestar pacífica", expuso el comisario.
De hecho, el mito de la batalla del santo con el dragón se transforma en una escena de armonía en la que San Jorge abraza desde el cielo a un dragón que, según reconoce Álvarez, es en realidad la famosa serpiente emplumada precolombina Quetzalcóatl, el dios de la vida, la luz, la fertilidad, la civilización y el conocimiento.
"Los mexicanos nos sentimos muy orgullosos de nuestra herencia histórica y cultural. Somos herederos de civilizaciones que datan de hasta tres mil años, muchas de ellas de gran sabiduría" y "este orgullo por lo nuestro, retocado con brotes de modernidad, es lo que caracteriza la obra de Luis Alberto", explicó a EFE el embajador mexicano en Italia, Carlos García de Alba.
El diplomático calificó al artista como "un gran exponente del arte y la cultura de México" y mostró una "satisfacción profunda" por "presentar su obra al mundo" en una muestra que cuenta con el patrocinio de la Embajada de México y que permanecerá abierta gratuitamente al público hasta el próximo 15 de julio.