No dejes tu vida para después

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No dejes tu vida para después

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Pbro. Lic. Salvador 

González Vásquez

No desperdicies el tiempo, dejando tu vida para otro momento. No te preocupes por algo que no tiene importancia, y te olvides de vivir.

Lo esencial, no se debe posponer. Y nada es tan importante como la vida misma. Porque cuando no hay vida, lo demás ya no importa.

Aunque siempre perdemos el tiempo, en lo que nos quita vida; y por atender los asuntos que tienen que ver con la vida, nos olvidamos de la vida misma.

Cuando se refiere al hombre, Kierkegaard dice: “Pero, con el pretexto de ser objetivo, se desinteresa de su existencia y llega a comprenderlo todo excepto a sí mismo”.

RAZONES DEL CORAZÓN

Por estar centrados en temas irrelevantes, no atendemos los dictados del corazón. Y éste, nos está pidiendo vida, pero nosotros, por las preocupaciones, ignoramos lo que el corazón nos pide.

Y como dijo Pascal: el corazón, también tiene sus razones. Así, que es necesario, escuchar las razones del corazón. 

El hombre, que se inspira en Dios, va a decir con el salmista: “El corazón me dice que te busque, y buscándote estoy”. (Salm.26).

Nuestro corazón, siempre está sediento de paz y de amor; y es por eso, que tiene sed de Dios.   

Hay algo más, que también dice el salmo: “Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua”. (Salm.62).

No dejes que la vida se te escape. Hay que darle al corazón lo que éste ansía; porque lo esencial, no se debe dejar para después.  

INVENTIR EN LO VALIOSO

Hay que entender, que todo lo que hacemos, y todo lo que ganamos, es para mejorar la vida. Pero, no hay que olvidar la vida misma. 

De nada sirve ganar mucho, si por ganar lo secundario, se pierde lo indispensable. 

Hoy, nos dice el Señor: “Pues, ¿De qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? O ¿qué puede dar el hombre para recuperar su vida?”. (Mt.16,26).

Cada día que se va, es un tiempo que se pierde; sobre todo, cuando no se invierte en lo que más vale. 

AMOR

Tal vez puedas comprarlo todo, pero no se puede comprar la vida. Ésta, ya la tienes, pero tienes que cuidarla, para que no la pierdas; ya que una vez pérdida, es imposible recuperarla.

Y por eso mismo, es necesario preguntarnos: ¿Qué tanto amamos la vida? Porque parece que la tenemos olvidada; y por estar ocupados en ganar mucho, no nos damos cuenta lo que estamos perdiendo.

Por eso, es importante pedir la luz de Dios, para no descuidar lo más maravilloso: nuestra vida.