“NO TE VAYAS SIN DECIR ADIÓS” SE PRESENTÓ CON ÉXITO EN SLP

Bajo la dramaturgia de Óscar Ortiz de Pinedo y la dirección de Enrique Singer, un elenco de primer nivel dio vida a la obra de teatro “No te vayas sin decir adiós” en San Luis Potosí, una historia estremecedora interpretada por Juan Ferrara, Andrea Torre, José Manuel Lechuga, Michelle Jurado, Adrián Rubio y Renata Chacón.

La puesta en escena, que se presentó en el Teatro de la Paz con dos funciones sold out, marca la despedida de los escenarios de Ferrara, actor reconocido por su trabajo en los melodramas mexicanos como “Corazón Salvaje” (1993), “Los Éxitosos Pérez» (2009-2010) y “La fuerza del destino” (2011).

La historia comienza con la armonía aparente de una reunión familiar, un instante de alegría que pronto se transforma en una tormenta de recriminaciones, resentimientos y palabras hirientes.

Un secreto largamente sepultado, una verdad inconfesable, está a punto de emerger, amenazando con reducir a escombros los lazos que un día parecieron inquebrantables. Entre bromas mordaces y risas forzadas, afloran rencores y envidias que habían permanecido ocultos, latentes, como brasas bajo la ceniza. ¿Quién no ha sentido la presión de un pasado que pesa más de lo que debería? ¿Quién no ha sospechado que, tras la sonrisa amable de un familiar, se esconde una sombra de dolor?

En el centro de este torrente se encuentra Fausto interpretado por Juan Ferrara, un hombre vencido por la vida y por su propio cuerpo. La enfermedad pulmonar obstructiva crónica lo consume lentamente, recordándole a cada respiro el precio de los años trabajados en una plataforma petrolera. 

Su hogar, un departamento de tonos ocres, se convierte en un campo de batalla emocional. La entrada, la sala con sus dos sillones gastados, el comedor donde apenas caben seis personas, cada rincón es testigo del desplome de una familia que, entre el amor y el resentimiento, deberá enfrentar verdades.

Ferrara fue ovacionado de pie al final de las dos presentaciones en las que hondo en el corazón del público, el personaje de Michelle Jurado fue otro con el que las y los espectadores también conectaron, siendo Daphne un respiro cómico ante la tensión que se vivía en el escenario. Rubio interpreto a Marco, el hijo menor que cumplía con el estereotipo de machista contemporáneo, que con su actuación introdujo a las y los asistentes en la disputa familiar sintiéndose impotentes ante las situaciones presentadas. 

La vida familiar retratada refleja varias de las dinámicas familiares mexicanas, hace una crítica ante las condiciones laborales de los obreros, toca temas como la salud mental en la adolescencia y la importancia de ser tratados, así como, comprendidos por padres de familia, la historia muestra todo el tiempo la delgada línea entre la vida y la muerte, dejando una última pregunta en el aire: ¿es posible reconstruir lo roto?