Telar de cintura
El telar de cintura es un instrumento que data desde la época prehispánica y que, hasta la fecha, ha sido apoyo de muchas mujeres en la elaboración de la indumentaria, permitiendo, además, desarrollar la creatividad e ingenio de muchas niñas y mujeres, que hoy en día continúan con este legado cultural en varias partes de San Luis Potosí.
A través de diversas variantes y con la paciencia y entrega de las mujeres que dedican horas a esta actividad, se producen una variedad de productos como: cintas, fajas, huipiles, servilletas, morrales, zarapes, bufandas, gabanes, cotones y rebozos entre otros artículos, que, al añadir hilos de distinta textura, grosor y color, se obtienen resultados con mayor efecto y un sinfín de diseños que resultan atractivos a la vista del creador y consumidor.
Catalina Bautista Félix, una artesana oriunda de San Martín Chalchicuautla en la Huasteca Potosina, nos compartió que comenzó a formarse y trabajar en esta tradición cultural desde hace 14 años, cuando veía a su suegra realizar diversa mercadería como rebozos, servilletas y cintas, productos que utilizaba para uso personal, pero también para la venta en la región.
Respecto al tiempo que tarda en realizar las prendas, agregó que varía, dependiendo del tamaño y grosor del hilo, trabajo que puede durar desde un día hasta dos, e incluso meses de dedicación en caso de ser necesario, por lo que es también una actividad que requiere mucha paciencia.
“Es un trabajo laborioso que necesita mucha paciencia; primero, para empezar a acomodar los hilos en las cuatro estaquitas donde se ponen, al final le ponemos los machetes (todos los palos que lleva) y es cuando ya lo ponemos en la cintura, pero todo va a depender del tamaño de lo que estemos haciendo y también del diseño que queramos”.
Catalina expresó que seguirá trabajando en este instrumento que es también su sustento, por lo que invita a todas las personas de San Luis y extranjeros a consumir estos productos llenos de cultura y tradición, pues además contribuyen a la economía de muchas familias potosinas.
Finalmente, Catalina busca preservar esta tradición que lleva décadas entre las pobladoras huastecas y es parte de las costumbres y el legado cultural de los pueblos originarios, por lo que día a día, muchas niñas y mujeres luchan para que trascienda a futuras generaciones y no quede en el olvido.