Crimen político Rapidez priista
La muerte violenta de un funcionario público, electo en comicios a través de un partido, tiene forzosamente ingredientes políticos. Y si el asesinato involucra una emboscada que requiere preparación, por supuesto que delata la presencia del crimen organizado.
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El que el gobernador Ricardo Gallardo Cardona intente demeritar la gravedad de la muerte del alcalde de Tancanhuitz, Eduardo Franco, rebajando un atentado a una “riña entre particulares”, denota cuán rápido quiere el mandatario eludir las consecuencias que el crimen puede traer al estado.
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Sin embargo, se topa con la realidad de la situación cuando el primer detenido relacionado con el crimen es un exalcalde y exdiputado local panista y un segundo sospechoso es regidor del cabildo encabezado por el fallecido.
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El gobernador Gallardo Cardona está equivocado incluso en la elección del crimen al que atribuye la muerte violenta de 4 personas, la “riña entre particulares”.
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El Código Penal potosino, en su artículo 132, define a la riña como “la contienda de obra entre dos o más personas con intención de causarse daño”. Por lo que se ve en la escena del crimen, las cuatro personas que iban en el auto fueron emboscadas y no se les concedió la oportunidad de defenderse. No hubo tal contienda.
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Y en el lance, el Ejecutivo vuelve a exhibir a la FGE, que de nuevo fue rebasada como instancia responsable de la investigación. Inicialmente, la dependencia actuó con reserva, sin adelantar juicios, pero no bien el gobernador empezó a deslindar el evento de la violencia política y del crimen organizado, la dependencia tomó ese camino.
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De nueva cuenta, una instancia supuestamente autónoma, bailó al ritmo que tocó el Ejecutivo.
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El que en el caso esté involucrado un regidor que es sobrino del exdiputado detenido es un gran foco rojo sobre los motivos del crimen y obliga a poner el foco en las acciones de ese gobierno, especialmente en el manejo de los recursos a través de los contratos de obra.
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Fue asombrosa la velocidad como los comités nacional y estatal del PRI concretaron la maniobra que le permitió a Sara Rocha entronizarse por segundo periodo consecutivo en la dirigencia estatal.
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En menos de dos horas, se desechó la candidatura de Margarita Hernández Fiscal y Gerardo Aldaco Ortega, se realizó la sesión del Consejo Político Estatal y un delegado del CEN ya estaba en la sede tricolor para tomarle la protesta a la “ganadora”.
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Tremenda la eficiencia tricolor, cuando se trata de echar a un lado a los opositores.
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¡HASTA MAÑANA!