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De Miuras y Poodles

El desencanto con los partidos tiene motivos claros. Militar transforma, no siempre para bien. Pero las formaciones políticas y los candidatos se lanzan una vez más a los ruedos electorales. En la capital, la guerra está servida.

Por Adriana Ochoa

Febrero 18, 2024 03:00 a.m.

A

        Torear es engañar al toro, no al público”, acuñó el diestro sevillano Morante de la Puebla, un artista del toreo que cobró celebridad política porque igual abrazó apasionadamente su respaldo a un partido ultra en su país, Vox, ultraconservador y ultranacionalista.

Su bandera original, el reclamo por el abandono al campo en su país lo fue llevando hasta ahí. Y si bien el maestro no ha sido candidato a nada, su frase se convirtió en una metáfora potente para muchos desencantados de los partidos tradicionales. A manera de chicuelina morantista, la política debiera ser el arte de engañar al adversario, del peso y cornadura que venga, no al votante. 

Empieza por fin la temporada grande para nuestros políticos y muchos ya tienen capote y ruedo. De todas las cataduras, sin importar siquiera si queremos verles o no, o peor todavía, si ya nos resultan predecibles sus amaños, nos aburren o no son capaces de enfrentar con el capote a un poodle. Habrá también uno que otro Miura en el encierro, que Dios guarde la suerte de quien le toque. 

El cartel lo confeccionan los partidos y si bien existen las candidaturas independientes, los partidos han logrado establecer tantas trabas que lograr el registro es una aurora boreal en el Trópico de Cáncer. Ni se diga conseguir recurso para participar en igualdad de circunstancias. Los habrá que toreen, bien o mal, pero serán más los que traten de engañar al público. 

No todo es atribuible a los candidatos como personas. El problema es que toda militancia suele amoldar a quien la abraza en conductas y prácticas cada vez más deleznables en nuestras formaciones políticas y nuestros gobiernos, de todos los niveles. 

Conforme se va definiendo el menú de personajes y colores que los registran, se proyecta lo que cabe esperar. La ex panista Sonia Mendoza Díaz se llevó la pasarela del Verde para la candidatura a la alcaldía capitalina y será también la candidata de los aliados PT y Morena. 

Ex candidata del PAN a la gubernatura del Estado en 2015, se atribuye su derrota por escaso margen (28 mil votos) a uno de esos acuerdos mugrosos de control focalizado entre el candidato del PRI, Juan Manuel Carreras López, y el candidato del PRD a la alcaldía capitalina, Ricardo Gallardo Juárez, padre éste del hoy gobernador verde Ricardo Gallardo Cardona. 

La versión del “arreglo” se ha mantenido viva con el soporte de un curioso resultado electoral que desfondó los votos para el PRI en la elección municipal capitalina y los del PRD en la elección para gobernador en el conurbado municipio de Soledad y otros dominios gallardistas.

Por otra parte, Morena y el Verde son en San Luis dos agrupaciones políticas condenadas a entenderse, así se aborrezcan, para no dejar alternativa a otras. La alianza viene desde el presidente, AMLO, en el más rastacuero de los utilitarismos. Cualquier otro precandidato, de Morena o el Verde, tendría mucho menos expectativas de llevar con éxito la candidatura de los tres en San Luis Potosí que Sonia.

Astuta, hábil en política de distancias cortas, Sonia puede ampliar los caladeros electorales del Verde entre los damnificados del azuarismo en el PAN, de donde salió. Su paso por el blanquiazul y su oficio le dieron una suerte de GPS del panismo y las vulnerabilidades que le han dejado entre sus militantes años de control faccioso por el grupo del diputado federal Xavier Azuara. Puede que Sonia encabece en la capital una alianza hecha de aluvión, con sedimentos de distinta procedencia, pero si los convence de que ganar es lo que importa, se convertirá en una competidora muy muy incómoda para el alcalde que busca su elección consecutiva por PRI-PAN.PRD-. 

Viento de cola ya trae doña Sonia, le queda demostrar cómo aprovecharlo. Y encapsular toda polémica respecto del carácter unipersonal, autoritario, tosco y poco transparente del liderazgo que la llevó ahí, el gobernador Ricardo Gallardo Cardona. El voto duro verde la apoya, pero no es suficiente. 

De arranque, Sonia tiene una gran ventana de oportunidad en los titubeos de la candidatura a la alcaldía del priista Enrique Galindo Ceballos. Por increíble que parezca, buscar la elección consecutiva no se le dio fácil al presidente municipal capitalino, en buena parte por los propios partidos que lo postulan, en particular el que más se ha beneficiado en espacios y consideraciones, el PAN. 

Y cuando por fin se alinearon PRI y PAN con Galindo, le aplican a su acompañamiento competitivo la misma historia que a la candidata presidencial Xóchitl Gálvez: candidatos a los legislativos local y federales que muy poco le van a aportar a la búsqueda de votos, es más, a algunos ya es visto que serán un fardo a cargar.

Como alcalde, Galindo enfrenta una crisis de desabasto de agua por sequía en el municipio capitalino, situación para la que el gobierno estatal sólo ha aportado críticas al organismo operador y buscapiés, pero ni un peso para infraestructura. Las campañas se moverán en este escenario de carencia y sabido es que la primera condición para llegar al poder es dar a los ciudadanos la seguridad de que su respuesta política a los mismos hechos será distinta de la actual.

Un tercer jugador participa con el registro, aunque no la militancia, de Movimiento Ciudadano, un partido de logros más bien periféricos en las votaciones. Un creyente del civilismo navista, Sebastián Pérez García, ex secretario del Ayuntamiento en la pasada administración, es el abanderado naranja. Álvarez Máynez, el candidato presidencial, es un desconocido en San Luis, pero los candidatos no pueden gastar mucho tiempo en desencantos por la falta de una figura con más conocimiento y aceptación. 

La gran batalla electoral se dará en la capital. Y el gobernador y jefe político del Verde la ha tenido más fácil para someter a sus aliados locales morenistas que repudiaban la alianza ordenada desde el Centro con el Verde. Es un aliado apreciado y hasta defendido en Palacio Nacional, desde donde le pararon los pies a Santiago Nieto con las auditorías que su Unidad de Inteligencia Financiera realizaba a las incursiones de los Gallardo, padre e hijo, en las administraciones municipales de San Luis y Soledad. 

Una vez que Morena definió fórmula al Senado y tres diputaciones federales, Ricardo Gallardo Cardona decide en vertical, y sin opiniones ajenas, candidaturas al Senado y a diputados federales. 

Son de esperarse los giros de guion, más en una formación política que se mueve al criterio de una sola persona. El gobernador anhela estar en la boleta a su estilo, con soflamas y ninguneos a los adversarios, hombre dado a exponer sin temor sus convicciones más firmes basadas en hechos falsos y pretextar las cosas más absurdas con tal de no rendir cuentas. Populista de manual, avienta sobre la agenda cualquier oferta chulesca y chabacana, desde traer a Metallica a un concierto gratuito a comprar autos deportivos de alta gama para la policía. Guste o no, tiene seguidores mientras PRI y PAN se pierden en revitalizar laureles ya marchitos. 

La guerra está servida.

LATIRA DE LAS NETAS

UN VACÍO OCUPADO A REBOSAR

Aquí los que han ganado la batalla son los narcotraficantes, precisamente por las actitudes del gobierno… han dejado ese vacío de poder, ese vacío social, ese vacío en las comunidades”. 

Salvador Rangel Mendoza. Obispo Emérito de Chilpancingo-Chilapa, sobre el dominio político del crimen organizado en Guerrero, con el cual los obispos de la Iglesia Católica han buscado dialogar para pacificar la región. Latinus (8/II)

LA BORRACHERA SE PASA, LA BURRICIE NO…

No se puede gobernar o hacer política desde una borrachera de poder o alcohol. Siempre ha dado malos resultados. Eso lo sabe Dante Delgado”.

Manlio Fabio Beltrones

Ex gobernador de Sonora, ex presidente del CEN del PRI, del Senado y de la Cámara de diputados, hoy aspirante al Senado por Fuerza y Corazón por México, en respuesta a la puya en estado etílico del candidato presidencial de MC, Jorge Álvarez Máynez, en compañía del también etilizado gobernador neoleonés, Samuel García. (8/II).