Irak gana la Copa del Golfo como anfitrión, una victoria más allá del futbol
BAGDAD, Irak (EFE).- La selección iraquí venció este jueves por 3-2 a la de Omán en la prórroga y levantó la Copa del Golfo como anfitriona, en una competición que el país no acogía desde hace 40 años por los conflictos que han azotado Irak durante décadas y que ha simbolizado, más allá del fútbol, el regreso de la paz y la estabilidad.
La final de la 25ª edición de la Copa del Golfo, celebrada en la ciudad sureña de Basora, presentó un partido eléctrico, muy sufrido, que se resolvió en el minuto 122 de la prórroga con un cabezazo del iraquí Manaf Younis que hizo temblar a todo Irak de alegría.
Tras la histórica victoria, decenas de miles de aficionados salieron a las calles del país y corearon consignas alabando a la selección nacional, que este jueves alzó su cuarta Copa del Golfo.
Las fuerzas de seguridad de Bagdad tuvieron que cerrar algunas de las calles principales para controlar a la gran cantidad de personas que salieron a celebrar el triunfo, muchas de ellas conduciendo sus automóviles y lanzando fuegos artificiales.
Las autoridades reforzaron la seguridad durante el campeonato, sobre todo después de que este jueves al menos una persona muriera y otras 60 resultaran heridas en una estampida en Basora, donde se concentraron millones de iraquíes para presenciar la final.
"El fútbol agrupa a los iraquíes y les une. Estamos muy contentos con esta gran victoria", dijo a EFE Sausan Abdelhadi, una iraquí que salió a festejar el triunfo de su selección en Bagdad.
Además de fútbol, este campeonato ha estado cargado de un gran simbolismo, puesto que es el primer torneo de este tipo que se celebra en Irak en más de 40 años, después de décadas de conflicto e inestabilidad.
Asimismo, tiene implicaciones políticas, puesto que allana el camino para restablecer unas buenas relaciones con los países árabes del golfo Pérsico, que se tensaron desde la invasión de Kuwait.
En este sentido, la Copa del Golfo fortaleció la cohesión entre los iraquíes y sus vecinos árabes, que se desplazaron a Basora para presenciar los partidos, un indicador también de que el turismo del Golfo está regresando a Irak.
El campeonato comenzó el pasado 6 de enero y en él participaron ocho selecciones árabes del golfo Pérsico: Irak, Omán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Baréin, Catar y Yemen.