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Consejos para conducir con lluvia

Por Agencias

Agosto 30, 2021 12:58 p.m.

Conducir con lluvia requiere buen estado del auto y prudencia (Imagen de SEAT, Mediacenter).

Conducir con lluvia requiere buen estado del auto y prudencia (Imagen de SEAT, Mediacenter).

Conducir con lluvia, en unas conducciones climatológicas adversas, requiere poner especial cuidado en una serie de elementos de nuestro coche para permitirnos circular con seguridad.

Los neumáticos
, en buen estado siempre, pero especialmente cuando llueve
Son el punto de contacto de nuestro coche con el asfalto, de ahí la importancia de este factor. Los neumáticos deben tener los canales del dibujo con la profundidad adecuada para rodar con efectividad el agua sobre el que pisan. Por debajo de 3mm de profundidad se compromete la evacuación efectiva de agua por los canales. Y también es importante que mantengamos los neumáticos hinchados a la presión adecuada. Si la presión está por debajo, el dibujo de la banda de rodadura se deformará más de lo conveniente, reduciendo la efectividad a la hora de evacuar el agua por los canales de drenaje, además de que los flancos laterales pierden consistencia en los apoyos en curva.

Para conducir con lluvia, cuanto mayor sea la profundidad del neumático respecto a su origen, mayor será la capacidad para evacuar el agua y reducir un posible aquaplaning (cuando la rueda pierde contacto con el suelo y patina sobre el agua) además de mantener una mejor dirección y tacto de volante.

Los amortiguadores. Su estado resulta siempre esencial para conducir con seguridad nuestro vehículo, pero aún más lo es en conducción con lluvia.  En buen estado permiten controlar los movimientos de la carrocería y el óptimo tacto de dirección que nos permita mantener el eje delantero y el trasero sin pérdidas de adherencia. Unos amortiguadores en mal estado no sujetarán con la firmeza necesaria la carrocería para evitar los movimientos verticales y laterales que pueden modificar la trazada, ni permitirán una reacción adecuada ante un movimiento, aún con la ayuda del control de estabilidad (ESP) obligatorio en todos los coches que se venden actualmente.

Los frenos. Con el pavimento mojado, la efectividad de los frenos disminuye y las frenadas se alargan notablemente. Es importante tener los frenos en buen estado para que nos permitan mantener un tacto adecuado del pedal para no bloquear las ruedas y obligar a actuar constantemente el ABS. Pastillas, discos y la presión del circuito de frenado deben estar en las condiciones adecuadas para que la seguridad no se vea alterada en cualquier circunstancia y más cuando la calzada está deslizante con la lluvia.

Procure ver y ser visto. En conducción con lluvia la visibilidad se reduce, con unas condiciones de luz más precarias y las gotas arreciando contra el parabrisas, situación ésta delicada cuando las precipitaciones son elevadas. De ahí que los limpiaparabrisas deban siempre estar en buen estado de uso. A pesar de que tengan poco uso, la goma enseguida se reseca y pierde efectividad, reduciendo la capacidad de barrido y comprometiendo la visibilidad adecuada. Además el nivel del líquido del depósito del limpiaparabrisas debe ser el adecuado, incluyendo algún tipo de anticongelante.

Otro factor importante para ser visto son las luces. Los faros con luz diurna son cada vez más habituales en los coches nuevos pero, si no, cuando las precipitaciones son elevadas conviene poner las luces de cruce para ser vistos. No así los faros de niebla, que con el agua dispersan su luz creando reflejos desagradables al resto de conductores con su potencia luminosa.

Que no se empañen los vidrios. El sistema de climatización debe funcionar en condiciones, con los difusores de aire para los cristales limpios, que permitan ser efectivos a la hora de eliminar el vaho. Lo mejor para evitar el empañado de los cristales es abrir un poco la ventana y activar el aire acondicionado y, si tenemos la posibilidad de fijar la temperatura, hacerlo a 20º – 21ºC.

Reducir la velocidad adecuándola al estado del pavimento, mojado o anegado, y aumentar la distancia de seguridad con respecto de otros vehículos para evitar el “efecto spray”, el agua pulverizada que sale de las ruedas del coche que nos precede al evacuar el agua, o de aquellos que nos rodean, reduce la visibilidad, por lo que veremos más tarde cualquier maniobra extraña que se produce a nuestro alrededor o del coche que va delante.

Frenar con suavidad. Con los frenos mojados, la distancia de frenado aumenta. Y también lo hace la posibilidad de bloquear las ruedas, a pesar del ABS, lo que nos obliga a tratar el pedal de freno con más suavidad. Cuando nos acerquemos a un viraje o a una curva, deberemos anticipar la frenada y realizarla con la dirección lo más recta posible para evitar las inercias laterales que comprometan la direccionalidad de las ruedas. conducción con lluvia lo primordial es adaptar nuestra conducción a las circunstancias aplicando los consejos que aquí explicamos.