El intento de detener a un separatista sij desata protestas fuera de la India

Una operación para detener a un líder separatista de la religión sij en el norte de la India, lanzada hace más de una semana y que por el momento no ha dado resultados, ha desatado una serie de manifestaciones ante embajadas indias en el extranjero y de quejas diplomáticas de Nueva Delhi, la última frente a Canadá este domingo.

"El embajador de Canadá fue convocado ayer para comunicarle nuestra fuerte preocupación sobre las acciones de elementos separatistas y extremistas contra nuestras misiones diplomáticas y consulados en Canadá esta semana", dijo hoy el Ministerio de Asuntos Exteriores indio.

Las autoridades indias llamaron a denunciar a los manifestantes involucrados, pertenecientes a la diáspora india y de religión sij, que rompieron el perímetro de seguridad de la embajada india en Canadá.

La de hoy es la última de una serie de quejas oficiales de Nueva Delhi, tras manifestaciones similares frente a embajadas indias y consulados en Londres y en la ciudad estadounidense de San Francisco, entre otras.

Las protestas en el extranjero comenzaron después de que las fuerzas de seguridad lanzasen el sábado de la semana pasada una operación para detener a Amritpal Singh, líder de la organización "Waris Punjab De" (Los herederos de Punjab) que aboga por la independencia de Khalistán, la patria sij independiente, en el estado norteño de Punjab. 

A Singh se le acusa de esconder grandes cantidades de armas y dirigir un centro para adoctrinar a jóvenes de esta religión, minoritaria en el conjunto de la India pero predominante en Punjab, a cometer ataques y protestas violentas.  

Aunque la operación ha desencadenado una oleada de arrestos contra los seguidores del líder separatista, Amritpal ha evadido hasta ahora a las autoridades.

La India lleva años denunciando el supuesto apoyo que los movimientos secesionistas pro Khalistan reciben de la diáspora de esta minoría en Canadá.

Punjab fue escenario de un violento levantamiento armado que causó 25.000 muertos entre los años 1981 y 1995, siguiendo la demanda de los radicales sijs para crear el Khalistan.

La crisis en el Punjab vivió su momento álgido en junio de 1984, con la entrada a sangre y fuego del Ejército indio en el sagrado Templo Dorado donde se habían atrincherado cientos de independentistas armados, y que acabó con más de 500 muertos.

Aquella operación, a su tiempo, motivó el asesinato de la ex primera ministra Indira Gandhi por dos de sus guardaespaldas sijs en 1984, lo que desató una ola de violencia contra los practicantes de la religión minoritaria en Nueva Delhi en la que murieron aproximadamente 2.800 personas.