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La Silla Rota cumple 25 años convertida en símbolo de Ginebra y del desarme

Por EFE

Septiembre 25, 2022 01:26 p.m.

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La Silla Rota, un gigantesco asiento de 12 metros situado ante la entrada de la ONU en Ginebra, ha cumplido 25 años convertida en uno de los monumentos más fotografiados de la ciudad e intentando no perder su objetivo inicial, el de denunciar las miles de víctimas que cada año causan las armas explosivas.

La ONG Handicap International, que la erigió en 1997 como parte de la campaña para prohibir las minas antipersona, celebra esta semana actividades para celebrar ese cuarto de siglo en la Plaza de las Naciones de Ginebra, donde la silla sigue en pie pese a que le falta una de sus cuatro patas, a modo de víctima simbólica de las guerras.

"Es un monumento más de la ciudad, como el 'Jet d'Eau' o el Muro de los Reformadores, y quizá muchos han olvidado su relación con Handicap International, por lo que queremos sensibilizar a la población ginebrina de que es un 'portavoz' de las víctimas", relató a Efe la responsable de comunicación de la ONG, Marie Bro.

La silla de 5,5 de toneladas de madera de pino, ideada por el artista local Daniel Berset pero hecha realidad por el carpintero Louis Genève, se instaló en la plaza el 18 de septiembre de 1997, cuando se negociaba el tratado de Ottawa para la prohibición de las minas antipersona.

La idea inicial era retirarla cuando el tratado se firmara, algo que sucedió en diciembre de ese año, pero para entonces ya era tan popular entre los ciudadanos de Ginebra que se decidió mantenerla, a modo de versión modesta de la Torre Eiffel parisina, otro monumento inicialmente pensado para ser efímero que acabó quedándose.

"Mientras haya riesgo de armas explosivas en el mundo, la silla se quedará aquí", vaticinó Bro, quien recuerda que aún hay numerosas minas antipersona en países como Colombia o Afganistán, y se teme que con la actual guerra Ucrania se convierta en el país más minado del planeta (Rusia, como China y EEUU, no firmó el Tratado de Ottawa).

En 25 años, el monumento, conocido incluso en la Ginebra francoparlante con el nombre inglés de "Broken Chair", ha ido ampliando su simbolismo: en 2008 Handicap Internacional añadió entre las víctimas que homenajea las de las bombas de racimo, y en 2017 a todas las de armamento explosivo en ataques contra civiles.

Según la organización, unas 70 personas siguen muriendo cada día, o más de 25.000 al año, por este tipo de armas explosivas.

La Silla Rota, con su aparentemente frágil equilibrio, muestra ante esta realidad que "incluso los mutilados mantienen su dignidad, fuertes en su debilidad", según destaca Handicap International en este aniversario.

Aunque se celebren sus 25 años, lo cierto es que la Silla Rota estuvo un tiempo retirada de su emplazamiento, entre 2005 y 2007, durante las obras de reacondicionamiento de la Plaza de las Naciones, cuando se debatió la posibilidad de trasladarla al recinto de la ONU, a pocos metros de allí, algo que fue finalmente desestimado.

En 2017, el jugador brasileño Neymar fue subido a lo alto del monumento para desde allí, asegurado por arneses, dar unos toques de balón, un acto para marcar el inicio de su etapa como embajador de Handicap International.

Desde hace años, la Silla ROta es la convidada de piedra en cientos de protestas de todo tipo, ya que la Plaza de las Naciones es el lugar tradicional para manifestarse frente a la ONU para cualquier causa, y los manifestantes tienden a colocarse a su lado o bajo ella.

Mañana domingo, por ejemplo, lo hará la comunidad rusa en Ginebra, para protestar por la movilización parcial decretada por su presidente Vladímir Putin con el fin de prolongar la invasión de Ucrania. 

"Es bueno que todo el mundo se la apropie y la utilice para sus valores, aunque para Handicap International siempre representará las víctimas del armamento explosivo", subrayó la portavoz de la organización, nacida en 1982 por iniciativa de médicos franceses que trataban víctimas de minas en la frontera entre Camboya y Tailandia.

En 1990, junto a otras organizaciones de objetivo similar, Handicap International creó la Campaña Internacional para la Eliminación de las Minas Antipersona, que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1997, también ahora hace 25 años.