Chilpancingo intenta regresar a la normalidad
CHILPANCINGO, Gro. - La capital guerrerense intenta recuperar su cotidianidad, pero no le es posible tras el brutal asesinato del alcalde, el perredista Alejandro Arcos Catalán.
En las calles todo aparenta ser normal: los estudiantes volvieron a las clases, el transporte público está dando el servicio de manera regular, el comercio operando casi al 100 por ciento. El bullicio invadió el centro, el mercado y todas las calles. Sin embargo, la conversación sigue siendo el asesinato de Arcos Catalán.
Los chilpancingueños no superan el asombro de saber que su alcalde fue decapitado. Fuera del ayuntamiento de Chilpancingo, hay un altar improvisado montado por los pobladores en honor del alcalde asesinato. En el piso hay decenas de veladoras, coronas de flores, mensajes y una fotografía de Arcos Catalán.
Ese altar, además de ser un recordatorio, este lunes fue visitado por decenas de personas que se paraban a leer los mensajes o a dejar una veladora. La mayoría se queda unos instantes que no dura más de unos minutos, pero todos lo hacen con solemnidad, con respeto.
Dentro del ayuntamiento, no todo es normal, el movimiento no recupera su cotidianidad. Muchas oficinas lucen semi vacías, pocos pobladores llegaron a realizar trámites. No se vio a regidores ni tampoco a los funcionarios que nombró Arcos Catalán.
De hecho, este martes no hubo ninguna actividad oficial, lo único que se supo, a través de un comunicado, que el cabildo declaró tres días de luto por el asesinato del alcalde.
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