“Ya nadie nos volverá a callar”
Miles de mexicanas salieron a las calles a demandar seguridad y exigir un país más justo
Ciudad de México.- La rabia movilizó a miles de mujeres que advirtieron que “ya nadie las volverá a callar”. En una Ciudad amurallada para hacer oídos sordos a su sufrimiento, ellas se impusieron y salieron para demandar justicia por sus muertas y desaparecidas, a denunciar a sus agresores y exigir un país más justo e igualitario para todas.
La Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México informó que más de 180 mil mujeres acudieron a la marcha por el Día Internacional de la Mujer.
Vestidas de tonalidades púrpura parecidas a las flores de jacaranda y con glitter verde en el cuerpo, miles de mujeres marcharon bajo la consigna: “¡Esto ya no es un país, es una fosa común donde ayer enterré a mi hermana y mañana puede ser la tuya!” por las calles de la capital del país.
Llegaron a un Zócalo en el que la autoridad no colocó de nueva cuenta la Bandera monumental que por ley debe izar todos los días. No importó, ellas desplegaron su propia bandera y en la base colocaron un tendedero con la imagen de sus agresores.
Más allá de que las paredes metálicas de tres metros que el gobierno federal instaló para proteger el mobiliario capitalino fueran un obstáculo para su lucha, cientos de mujeres las usaron como tendederos o lienzos donde plasmaron sus peticiones por una vida libre de violencias, en la que salir a la calle a solas no sea una amenaza de muerte y en la que nunca haya que volver a quemar, gritar o pelear por otra víctima de feminicidio.
Al grito de: “¡No están solas!”, “¡Si el Estado las abandona, nosotros las cobijamos!” y “¡Fuimos todas!”, miles de mujeres se arroparon entre sí, tras compartir a gritos a punto del llanto sus historias de dolor, consecuencia de la violencia machista.
Hubo bailes, música de banda, de violín, cantos y demostraciones culturales para pedir de todas las formas posibles al gobierno de México aumentar penas a agresores, castigar a feminicidas y violentadores, y educar a los niños y niñas para erradicar de raíz la violencia machista arraigada en la cultura mexicana.
A diferencia de otros años, las pintas, la iconoclasia y la violencia no fueron el foco del movimiento.
Las manifestaciones se replicaron en ciudades como Guadalajara, Zacatecas, Ciudad Juárez, Monterrey, Hidalgo, San Luis Potosí y otros más.
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