Altares y nichos
Además de altares (chiquitos y grandotes) y desfiles y canciones de Coco, en días previos al de Muertos suele hacerse un recuento de cercanos o famosos que deben estar en el altar. Cada año la lista crece y crece. Y uno a medida que envejece siente que son más los que se han ido que los que están de este lado.
Uno reciente es Fernando “el Toro” Valenzuela, el pitcher mexicano que emocionó a todo el país en la década de 1980 con sus tirabuzones para los Dodgers, y fue parte de una “santísima trinidad” deportiva, junto al futbolista Hugo Sánchez y al boxeador Julio César Chávez. Ganó dos Series Mundiales y fue seleccionado en seis ocasiones para el All-Star Game de las Grandes Ligas. ¿A quién le van a dedicar su altar?
Vivamos y recordemos mientras podamos. Bien dice Santiago Kovadloff: “Morir bien es morir a tiempo. No hay peor infierno que el de asistir a las exequias del propio deseo. Al funeral de nuestras pasiones. No hay castigo mayor que el de verse integrando su cortejo fúnebre. La muerte no es, por eso y para mí, lo que sigue a la vida. Sino lo que a diario nos acecha […] imploremos: que la muerte nos sorprenda sedientos todavía, ejerciendo la alegría de crear. Que nos apague cuando aún estamos encendidos”.
Les invito a la conferencia y exposición “Calaveras Literarias: Una expresión popular y tradición periodística”, que se llevará a cabo el martes 29 de octubre a las 18:00 h en la Sala Flavio F Carlos del Teatro de la Paz, a cargo de Filiberto Juárez Córdoba, humoroso epigramista y gran amigo, mío y de mi papá, Brígido Roque, que lo acompañó con sus monos muchos años; hoy con la complicidad del también gran amigo Rafael de Loera Silva (Erre), estupendo monero. La exposición se abrirá, acto seguido, en la Sala Germán Gedovius, ahí abajito, y estará abierta al público hasta el 9 de noviembre.
Comparto algo de la obra funeraria, que no fúnebre, que escritores y escritoras han enviado para compartir en diversos formatos. Según la extensión, van completos o algún fragmento. La versión completa estará en el blog “Muerte y arte en San Luis Potosí (y por supuesto, más allá)” https://muerteenlaliteraturapotosina.blogspot.com/ a partir
del 31 de octubre.
Muerte de Marcelo Pérez Pérez
Alejandro Preciado
Marcelo: el indígena tzotzil, sacerdote católico y activista,
siempre luchó por los pueblos originarios.
La parca llegó a San Cristóbal disfrazada de sicario.
Quisieron callarlo, su voz ahora es estridente;
la intención era matarlo, lo inmortalizaron.
Bendita Muerte, cómplice de los grandes hombres.
Abuelita Chelito
Tutis, Alebrije Infinito
Mi abuelita ve la televisión
en la gran cocina tan atenta
que a los guisos no presta atención
ni porque la observa doña Osamenta.
La muerte se acerca,
quiere poner manos a la obra
le dicen: “siéntate aquí
y ve la telenovela”.
Acróstico
Eva Govea Flores
Durante toda la vida
Inunda nuestro ser.
A cada instante le tememos.
Día a día pensamos en ella,
Es ineludible su arribo.
Muerte, huesuda, calaca le llamamos.
Única, irreversible…
Existe de distintas formas en todo ser.
Realidad permanente del fin de la existencia.
Transformación del cuerpo
O trascendencia del alma como esencia,
Será un viaje sin regreso.
Calaverita
Eva Ortega Jiménez
Andaba la muerte rondando
por el Centro de la Artes
cuando de pronto
se le apareció a Juan...
La Casa del Poeta
Xavier Eduardo López
La muerte aburrida estaba en el limbo,
de poesía y lectura quería conocer;
su cabeza aventaba como descachimbo,
un poeta potosino quería poseer.
Primero llegó a museos y palacios
en dónde un poeta se podría esconder,
por suerte no busco en cantinas y patios
pero a López Velarde logró conocer...
A que no me atrapas
Lou Zárate
No imaginé que estaría ahí, acechándome en la esquina, pero últimamente es así. El otro día me hizo parar frente a una casa con la reja baja, no mucho más alta que yo. La valla eléctrica que la coronaba provocaba tocarla. Asirme a ella, a ver si esto traía consecuencias. Esa vez logró confundirme: creí que el impulso nacía de mi interior, pero si hago memoria aún puedo escucharla musitando en mi oído: “Tócalo, tócalo. Será rápido”. Quién sabe cuántas otras trampas me ha tendido, quién sabe si tan solo he corrido con suerte hasta ahora y si puede agotárseme en cualquier momento...
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Twitter: @corazontodito
Posdata 1: Gracias a Suk Barrios, Oly Rojas, Reuel Zúñiga y otros colegas por brindarnos espacios para platicar de nuestras letras y del cómo nos apasiona la lectura.
Posdata 2: ¡Feliz cumpleaños a mi niña, Andrea M. Roque!