Apuntes para otras historias

Ejercitar la memoria, crear la historia “real” de una sociedad implica muchas áreas, más allá de las hazañas de héroes y lugares. Ramas de la historia como la económica o la ambiental son más conocidas, pero la historia cultural abarca aspectos más allá del arte, también necesarios para apreciar cómo una sociedad ha ido cambiando hasta ser como es.  

Ayer sábado, tras la Marcha del Orgullo LGBTIQ+, apenas la décima de su tipo que se realiza en San Luis Potosí, en la explanada de los Fundadores se entregaron reconocimientos a otros fundadores, a los precursores del respeto a las diferencias en una ciudad tan parecida al Guanajuato que describe Carlos Fuentes en Las buenas conciencias.

Por promover espacios, por ir tomando las calles y los espacios de la vida nocturna potosina, se entregaron entre otros reconocimientos los de Mara Maru, La Plata, transexual potosina, quizá la primera o al menos la más famosa por su estilo, algunos escándalos y detenciones a mediados de la década de 1980, y a Goyito Cruz, quien con su mariachi ha amenizado numerosas tertulias en los más diversos  centros nocturnos. De El Barón Rojo, fundado por Vicente Betancourt, a El Sheik pasaron muchos años, y los espacios “de ambiente” fueron cambiando, abriéndose. Lugares como Doña Petra “la de la mano sabrosa” o el B-Lounge en el club La Lonja, personajes como el Tule, el Venadito, José Rivera… muchos nombres se hicieron visibles ante la invisibilización imperante en una sociedad donde mucho se calla y hay que disimular. 

En política o en puestos “de poder”, ni se diga. Aunque en las recientes elecciones hubo una candidata transexual, Irasamy Portillo, son pocos quienes han salido del armario, pues todavía se estila lo de estar casado por las tres leyes y que la pareja oficial tenga presencia pública. En marzo de 2005 el entonces gobernador se opuso a una campaña radiofónica contra la homofobia, elaborada por la Secretaría de Salud: “Tener una pareja del mismo sexo va contra la naturaleza, (sobre todo) para quienes nos hemos manejado dentro de ciertos valores”. 

Le comentaba a Andrés Costilla, promotor de la 10ª. marcha del orgullo, que también está pendiente un reconocimiento (escrito, en video) a Álvaro Muñoz de la Peña, quien junto con Jesús Amador condujo el primer programa de contenido erótico y de diversidad sexual en San Luis Potosí. En los tiempos en que la mayoría de la población no podía acceder a la televisión de paga, los viernes en la noche, a la hora en que todo era infomerciales, “Nectaries” se quedaba con toda la audiencia en el hoy en pausa Canal 13. Travestis y bailarinas de tubo, urólogos, sexólogos, maquillistas, masajistas y anuncios de pociones para aumentar la potencia sexual desfilaron en la pantalla chica gracias a este cronista no oficial.    

La vez que fui a Nectaries, a promover mi libro Tlaxcalilla, sus primeros sueños, Alvarito me dijo que yo debería escribir la historia del San Luis nocturno, esa que no aparece en los libros oficiales. Le respondí que él escribiera algo y podrímos convocar a colaboraciones varias. Su muerte (2005) dejó en suspenso el proyecto pero nunca es tarde para escribir memorias colectivas.

Otro espacio que nos debemos (no quiero llamarlos museos, quizá casas, lugares de encuentros) es un lugar para preservar la historia del periodismo en San Luis Potosí. Lo platiqué hace unos días con el Señor Mora, memorioso y jovial, y lo reafirmé mentalmente tras la inesperada muerte del caricaturista y artista visual (o monero, como gusten llamarlo) Antonio Helguera, hace un par de días, por un infarto a sus apenas 55 años. Helguera fue descendiente de Francisco Eppens Helguera (artista potosino que rediseñó el Escudo Nacional) y entusiasta promotor de aquel diario cooperativo llamado El Ciudadano Potosino (1994-1995), en el mismo espíritu de La Jornada. Su legado debe ser inmenso, en originales y diseños, como el de otros talentos que hay en esta labor de informar. 

Que se conozca la historia de alguien, de un colectivo o de un gremio, que se documente para que no se olvide, es el mejor homenaje. Necesitamos sociología, antropología, historia cultural, historia sentimental, todas corales.

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Posdata: El próximo fin de semana (1 y 2 de julio) tendré el gusto de estar en Xilitla, como parte de mis actividades en apoyo al proyecto Segundos al alba, instantes para una memoria compartida, que coordina Tomás Calvillo para El Colegio de San Luis, y para presentar La bruja guachichil, palabras para otra magia (Secult/ Colsan, 2021). Los datos precisos se darán en las redes del Colsan.