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¿Comunista?

Por Sergio Sarmiento / PULSO

Septiembre 21, 2021 03:00 a.m.

“El pueblo de Cuba sabe que 

el gobierno revolucionario 

no es comunista”. 

Fidel Castro, 1959

No pienso que el presidente López Obrador sea comunista. No es un Fidel Castro, quien en su guerra revolucionaria prometió reestablecer la democracia tras derrocar al dictador Fulgencio Batista y que todavía el 19 de abril de 1959 afirmaba en Washington que “nuestra revolución es tan cubana como nuestras palmas. Y toda esta campaña de ‘comunista’, campaña falsa, campaña canallesca, que ni nos preocupa, ni nos asusta”. Castro cambió pronto de posición. El 22 de diciembre de 1961 declaró en la plaza de la Revolución: “Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo, ¡eso es socialismo!... ¡Seremos siempre socialistas!, ¡por eso somos marxista-leninistas!, ¡y por eso seremos siempre marxista-leninistas!”. 

Hugo Chávez nunca se presentó públicamente como comunista. Prometió construir un “socialismo del siglo XXI”, pero no prohibió las actividades económicas privadas, como Fidel en Cuba. Más bien sus decisiones eran arbitrarias y discrecionales. Confiscó RCTV porque era crítica, pero dejó que Venevisión siguiera siendo privada. Expropió algunos supermercados, pero permitió que otros continuaran operando. Destruyó la economía venezolana, pero sin reemplazarla realmente con algo nuevo. Nicolás Maduro, su sucesor, ha estado más interesado en promover la cleptocracia de sus seguidores que en construir una economía comunista. 

López Obrador, pese a las acusaciones de la extrema derecha, no parece interesado en construir una economía comunista. Su ideología es más bien cercana al nacionalismo revolucionario del viejo PRI, con una economía de mercado con tutoría estatal, excepto en algunos campos como la energía, y acuerdos cupulares con los grandes empresarios. Ni siquiera en electricidad o en petróleo, sin embargo, pretende regresar al control absoluto del Estado. Él mismo ha dicho que quiere enmendar la Constitución para dar a la Comisión Federal de Electricidad control de 54 por ciento de la generación. ¿Por qué exactamente 54 por ciento? No parece haber razón lógica o técnica; es una simple ocurrencia, pero que deja un espacio para los privados. En petróleo, el gobierno ha dejado de otorgar nuevas concesiones a empresas privadas, pero no ha cancelado las que ya existían. 

El acercamiento con Cuba y con Venezuela es otro retorno a los tiempos del viejo PRI. El presidente Adolfo López Mateos y sus sucesores se negaron a romper relaciones con la Cuba de Castro, pese a las presiones de Estados Unidos y de la OEA, pero no se acercaron ni política ni económicamente al gobierno cubano. Ninguno invitó a Castro a dar un discurso en los festejos patrios de nuestro país, ninguno consideró al gobierno cubano como un ejemplo para la humanidad. 

Entiendo que en una reunión cumbre como la de la CELAC haya que invitar a todos los gobiernos de la organización. Comprendo también el deseo de arrebatarle a Washington el liderazgo político en el continente americano. Sin embargo, aunque México no se está dirigiendo al comunismo, preocupa que su acercamiento a dos de las dictaduras más relevantes de la región, Cuba y Venezuela, pueda debilitar la relación con Estados Unidos. 

La Unión Americana es por mucho el mayor socio comercial de México, el principal inversionista extranjero y el lugar del que recibimos la mayor parte de las remesas. Si por razones ideológicas esta relación se deteriora, las consecuencias económicas serían enormes. y muy negativas para nuestro país. 

Manipulados

Una vez más AMLO acusó a las farmacéuticas nacionales de estar manipulando a los padres de niños con cáncer para revertir su decisión de comprar medicamentos en el extranjero. La verdad, sin embargo, es que los padres siguen protestando porque no hay medicinas, ni nacionales ni extranjeras.  

Twitter: @SergioSarmiento