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Crónica de una masacre anunciada

Por Francisco Salazar Soni

Marzo 25, 2021 03:00 a.m.

A

-Gabriel García Márquez, se molestaba cuando le cuestionaban la violencia en Colombia y les refutaba-: “Déjenos vivir en paz en nuestra Edad Media”.  

Territorio estratégico para lo que se quiera, subir droga o bajar dinero y armas. Una extensión de tierra insospechadamente inmensa, desde las costas del Estado de Guerrero hasta el mero centro de la capital del Estado de México. Vecinos al fin y al cabo, Guerrero y el Estado de México comparten el mismo destino criminal, al igual que Morelos.

Una región en “control” de la Familia Michoacana. El martes 16 de marzo llegó el “pitazo” a la mesa estatal de seguridad y paz que en teoría “representan un cambio radical en la estrategia de seguridad”, de una casa de seguridad y base de operaciones de halconeo en el municipio de Zacualpan.

Más rápido por ganar un “golpe mediático” que sentido común, se involucró el equipo interinstitucional con 173 efectivos (120 policías estatales del Estado de México, 20 soldados, 28 marinos y 5 policías de investigadores).

Llegaron a Zacualpan y en la comunidad Gama de la Paz se “enfrentaron” con una célula delictiva, mismos que huyeron, únicamente se logró el incautación de tres vehículos con reporte de robo y un cuaderno con supuestos nombres y ubicaciones de miembros de la Familia Michoacana.

¿Quién ordenó el operativo? ¿No eran necesarios más informes de inteligencia y una operación quirúrgica de ocupación-detención y no un arribo tipo desfile a medio día de patrullas?

Sí dominan y operan en municipios de la talla de Valle de  Bravo, Ixtapan de la Sal, Tenango del Valle y Zacazonapan, pues más al sur del Estado –la zona caliente-, la presencia de grupos criminales es más poderosa y con mayor capital social a su favor. 

Como respuesta anunciada, el jueves 18 de marzo 48 horas después de la pésima incursión en Zacualpan, en el municipio de Coatepec Harinas, que junto con Ixtapan de la Sal y Almoloya de Alquisiras integran el triángulo de influencia de la Familia Michoacana; emboscan y asesinan a ocho policías estatales y cinco agentes investigadores. 

Avivaron estúpidamente Zacualpan con su imperfecta intervención. Saben los delincuentes que los militares y marinos se marchan y que se quedan los estatales. A los municipales como en muchas partes de la república ya no los invitan a operativos, pues saben de antemano que están infiltrados. 

A la postre de los hechos, autoridades mexiquenses han detenido a 25 supuestos criminales y ofrecen recompensa por tres cabecillas más, ¿Por qué no los capturaron en Zacualpan?

TAPANCO: Los cabecillas de la Familia Michoacana dieron la instrucción a Los Rojos (Escisión de los Beltrán Leyva), ¡cácenlos! ¿A quiénes? al eslabón más débil, los Estatales, los que están ahí, los que día a día patrullan los caminos y las calles de los municipios que “duermen el sueño de los justos y conviven con los injustos”.

“Es una afrenta al Estado mexicano”, dijeron los políticos mexiquenses, ¿En serio? ¿Sabrán que existen cuatro dimensiones y diecisiete categorías críticas respecto a la eficacia policial, mas allá de “operativos híbridos” militares-policiales?

Francisco.soni@uaslp.mx 

twitter: @franciscosoni