Derecho a la Verdad

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“Esta es la verdad histórica 

de los hechos” 

Murillo Karam

El pasado 26 de septiembre en un acto desde Palacio Nacional el presidente López Obrador, a nombre del Estado mexicano, frente a los padres de los normalistas del caso Ayotzinapa, ofrecía una disculpa por la “enorme injusticia”, señalando el deber de su administración para aclarar lo sucedido en la noche del mismo día, pero de 2014.

Desde luego, cualquier persona estará de acuerdo en calificativo usado por el mandatario, empero, bien valdría la pena clarificarlo, esto es, la “enorme injusticia” del Estado mexicano exactamente qué implica.

Me parece que, al igual que muchos casos en México, las víctimas de la violencia sufren por doble, es decir, i)- por el propio hecho delictivo, y, desgraciadamente, por lo que define en las llamadas Reglas de Brasilia (2008) como ii)- “revictimización”, la cual implica la frustración de la víctima al tener contacto con los órganos encargados de lograr la justicia.

Y es en este sentido, que entiendo han ido los esfuerzos de la administración nacional, ósea, hacia la corrección estadual de la revictimización oficial a la que estaban siendo sometidas las víctimas por parte de las instituciones públicas (ii).

Prueba de lo anterior, han sido las ordenes de detención a policía federales, locales, militares, y claro, la más célebre de todas es al exdirector de la Agencia de Investigación Criminal (actualmente prófugo), quien fuera hace unos meses exhibido torturando a personas detenidas (hoy liberadas) con motivo de las investigaciones del caso Ayotzinapa. 

Precisamente, un Tribunal Colegiado asentado en Reynosa Tamaulipas, ordenó hace unos años en este asunto, la creación de una “Comisión de la Verdad”, lo que implicaba, el reconocimiento de la afectación total de la investigación de la otrora PGR (precisamente por los actos de tortura a los detenidos y otras violaciones), y en ello, la dificultad de poder procesar por la justicia criminal este emblemático caso.

Sin embargo, el aporte está precisamente en que el derecho judicial mexicano acepta que amén de las torpezas en la investigación de los delitos, este costo no puede ser traslapado a las víctimas del mismo, pues sería alevoso pasarles ese doble sufrimiento, y, es precisamente esta es la “enorme injusticia” que reconoce el presidente López Obrador.

El saber qué fue lo que sucedió, el esclarecimiento de los hechos, más allá de su encuadre en la justicia penal (que sería lo idóneo), es precisamente lo que nutre al llamado derecho a la verdad, el cual, encuentra ya una larga raigambre en la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero no así en la mexicana, que incluso, ha opuesto resistencia en sus tribunales, un poco, porque su raíz es de fuente internacional, y, más en aquellos jueces de visión limitada que creen que el código lo es todo.

Al mismo tiempo, con el caso Ayotzinapa, se reconoce que la verdad posee una autonomía propia en su ejercicio, por lo mismo, no se encuentra necesariamente condicionada al desdoble de la maquinaria judicial y procesal, empero, eso no quiere decir que no siga siendo deber del Estado mexicano su procuración, todo lo contrario, siempre será su obligación internacional el esclarecimiento de los hechos con apariencia de delito,

Pero vale un argumento más para las voces más reticentes del ¿porqué la verdad es una obligación estatal que su no consecución amerita una disculpa por el máximo mandatario? La respuesta es como diría el maestro mexicano Sergio García Ramírez (ex juez de la Corte Interamericana) “porque se trata del juicio ante los ojos del pueblo a título de garantía democrática de la buena marcha de la justicia” (caso Gutiérrez Soler vs Colombia, 2005).

Con Murillo Karam terminará no lo sólo la PGR sino una etapa de investigación y justiciabilidad criminal burocratizada, perezosa y poca diligente, que buscaría más la verdad jurídica dentro del expediente judicial, que la verdad real de los hechos, esa que hoy siguen reclamando millones de mexicanas y mexicanas sobre aquella noche en Iguala Guerrero, es el adiós de la llamada verdad histórica.

Las y los espero con el gusto de siempre el próximo viernes.

carloshernandezyabogados@hotmail.com