logo pulso
PSL Logo

EL CEEPAC, A MEDIAS

Por Juan José Rodríguez / PULSO

Marzo 25, 2021 03:00 a.m.

.pdfobject-container { height: 30rem; border: 1.5rem solid rgba(0,0,0,.1); margin-bottom: 5px; }

El, por lo menos hasta hoy, intento fallido del Partido del Trabajo de darnos a los potosinos gato por liebre con su lista de candidatos a diputados locales de representación proporcional, entraña varias lecciones que debemos aprovechar si no queremos seguir siendo vistos como tierra de (fácil) conquista para aventureros de la política, y si deseamos evitarnos que se repita esa desagradable sensación de que hay quienes quieren vernos la cara de estúpidos.

La determinación del pleno del Consejo Estatal Electoral y de Participación Ciudadana adoptada durante su sesión del domingo por la noche, de negar el registro como candidato número uno de la lista petista a Héctor Serrano Cortés, nos deja con sentimientos encontrados. Es verdad que se cumplió el propósito central de evitar un fraude descarado, pero se hizo por un descuido del interesado y no por la razón más obvia, clara y contundente: que mintió e hizo chapuzas para “acreditar” su residencia efectiva de por lo menos tres años en esta entidad. Semejante patraña en primera instancia el Ceepac la convalidó, se la zampó y ni gestos hizo.

Esa posibilidad de nuestro órgano electoral de cohonestar engaños en perjuicio de la ciudadanía es motivo de gran preocupación, pero sobre todo debe ser resorte para que en cuanto entren en funciones una nueva legislatura y un nuevo titular del Poder Ejecutivo se comience a trabajar con seriedad y dedicación en lo que llamaría -aunque la palabrita no me gusta mucho- una reconceptualización del Ceepac. 

Dicho de otra forma, trabajar en una amplia labor tanto legislativa y normativa, así como de autocrítica y de revisión de la verdadera misión del propio Consejo, para que en el futuro no puedan ya no digamos concretarse sino ni siquiera intentarse engaños tan ofensivos.

Un poco de contexto: nuestra Constitución dice que para ser diputado local, si no se es potosino por nacimiento, se debe acreditar una residencia efectiva de por lo menos tres años anteriores al día de la elección, contados a partir del momento en que se haya adquirido la condición de vecino de la entidad. Dispone también que no pueden ser candidatos a ese cargo quienes sean, entre otras cosas, diputados federales, salvo que se separen del cargo 90 días antes de la elección.

Según se desprende de lo dicho durante la sesión dominical, en su solicitud de registro Serrano Cortés presentó una constancia de residencia expedida (¡por quién más!) por el secretario del Ayuntamiento de Soledad, Ernesto Barajas Ábrego, quien ha desempeñado ese cargo en las administraciones gallardistas en esta capital y el vecino municipio.

Desde un principio diferentes voces advirtieron que era imposible que Serrano tuviera residencia efectiva de tres años en cualquier punto del territorio potosino porque hace menos de ese plazo tuvo que acreditar que residía en la Ciudad de México, para poder ser candidato del PRD (que muy pronto abandonó) a diputado federal plurinominal por aquella circunscripción.

Pese a la obviedad de la mentira, el Ceepac -tal cual se dijo en la multicitada sesión- se la creyó (para ahorrarse trabajo y para no abandonar su zona de confort amueblada con pura buena fe) y admitió como válida la fraudulenta constancia expedida por el ayuntamiento soledense.

Nuestro órgano electoral no se sumergió completo en el descrédito porque encontró otra razón para negar el registro y “bajar” a Serrano Cortés: que no solicitó licencia para separarse de su cargo de diputado dentro de los 90 días anteriores a la elección (7 de marzo a más tardar). En la sesión dominical se dijo que la secretaría ejecutiva del Ceepac tenía siete certificaciones de que por lo menos hasta el día 18 continuaba desempeñándose como integrante de la Cámara de Diputados.

UNA HIPÓTESIS

¿Cómo fue posible que nuestro otrora prestigioso Ceepac (con un origen tan honroso y modélico) rechazara el uso de la razón, la lógica y la ley y se tragara el embuste de la residencia? 

Tengo una hipótesis: porque lamentablemente sigue siendo rehén de la doctrina heredada de  Rodolfo Aguilar Gallegos, según la cual el papel que le toca desempeñar al Ceepac es el de ser “facilitador” de la tarea de los partidos y sus candidatos, en un marco de buena fe.

Las costuras de este ecosistema conceptual quedaron expuestas en la sesión dominical, a través de varias intervenciones de Consejeros y de representantes de los partidos y del Congreso.

Hay un momento particularmente revelador, cuando a propósito de por qué se había tenido como acreditada la residencia de Serrano Cortés con la constancia de Soledad, el Consejero Marco Iván Vargas (quien no es abogado) pide la palabra y procede a dar lectura a una jurisprudencia (supongo que del TEPJF) según la cual la autoridad administrativa electoral (como lo es el Ceepac) puede aceptar ese tipo de documentos sin imponer -así lo entendí- mayores exigencia de veracidad, autenticidad y apego a la ley. Para reforzar el punto, indica que va a leer otra “tesis jurisprudencial”. En las pocas líneas que leyó, se le escuchó decir que en el caso de las constancias de residencia, éstas deberían ser valoradas “en razón de los elementos que las sustentan”. Deduzco que se dio cuenta de que acababa de enmendarse la plana él mismo en menos de 30 segundos y suspendió la lectura.

(El Consejo Electoral subió a su página de internet el acta íntegra de la sesión del domingo hasta ayer a media tarde, con casi un centenar de hojas dedicadas al caso del PT. Por eso algunos pasajes del evento los cito de memoria). 

En otro momento de la sesión, el representante del PVEM, el exdiputado J. Guadalupe Torres Sánchez, pide la palabra y suelta su docta argumentación defensiva: Los años de residencia que Héctor Serrano Cortés hubo de acreditar ante las autoridades electorales de la Ciudad de México previo a las elecciones del 2018 contaban “hacia atrás”, de suerte que “el candidato (Serrano) pudo cambiar su residencia a San Luis Potosí un día después de esas elecciones”. Todavía debe estarse sobando el doloroso coscorrón que le propino el representante del PES, Jesús Ricardo Barba, quien tranquilamente le recordó a Torres Sánchez que los comicios de hace tres años fueron el domingo primero de julio, por lo que aún si fuera cierto que HSC cambió de residencia un día después, aún le estarían faltando 29 días para completar los tres años. Se hizo el silencio.

Antes de que se diera por concluida la discusión sobre la lista del PT, el diputado Rubén Guajardo, representante del Congreso, solicitó que en la versión final del dictamen se incluyeran las intervenciones que objetaban la supuesta residencia de Serrano Cortés. Luego, la consejera Zelandia Borquez Estrada, abogada y sin duda una de las más experimentadas, advirtió que en realidad, tomando en consideración no solo los artículos 46 y 47 de nuestra Constitución sino también el 22, el frustrado candidato petista debería acreditar cinco y no tres años de residir en San Luis Potosí. Su planteamiento motivó que también a posteriori se diera por no acreditado el requisito de la residencia.

De todo esto resalta algo más que debe ser dicho: Sin su alianza, amistad, cercanía, complicidad, sociedad o lo que sea que tenga con Ricardo Gallardo Cardona, Héctor Serrano Cortés no es absolutamente nadie, no representa absolutamente nada en la política potosina. Lo cual inevitablemente conduce a la conclusión de que para El Pollo son más importantes sus aliados o canchanchanes que sus electores. Porque está claro, Serrano trató (y quizá lo siga intentando) de vernos la cara de sus pendejos solo por el impulso y la complicidad de Gallardo. ¿Así nos llevamos? Diría Pérez Reverte, “Esa gentuza”.

Algún día habrá que tratar de responder la gran pregunta: ¿Por qué nos pasan estas cosas? Me refiero a por qué a cualquier chango de repente se le hace fácil venir a decirnos que va a ser nuestro representante (eso y no otra cosa son los diputados) porque le dieron ganas y ya en Ciudad Valles habrá reuniones del Gobierno estatal, dependencias federales y alcaldes. ¿Tan jodidos o tan dejados nos vemos? 

Concluyo este apartado con una nota alentadora. Sin echar campanas a vuelo ni adelantar vísperas, es antidepresivo saber que desde el lunes pasado nuestra Fiscalía Especializada en Delitos Electorales, a cargo del competente abogado Javier Montalvo Pérez,  abrió una carpeta de investigación en torno a la constancia de residencia expedida a Serrano Cortés. Como bien me dijo alguien: en estos asuntos delinque tanto quien pide como quien expide. Ya veremos hasta dónde llega la indagatoria.