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El fin

Por José Santos Zavala

Enero 26, 2022 03:00 a.m.

Según Christopher J L Murray, director del Instituto de Evaluación y Métricas de la Salud de la Universidad de Washington, el “Covid-19 seguirá, pero el fin de la pandemia está cerca”; en su artículo publicado el 19 de enero de 2022 en The Lancet, plantea que para finales marzo la mitad de la población mundial se habrá contagiado de la variante ómicron del SARS-CoV-2, de los cuales entre un 80 y 90 % serán asintomáticos; en los contagiados los síntomas serán muy leves, por lo cual no requerirán hospitalización.

El autor de articulo plantea que persiste el riesgo de un aumento en el número total de fallecidos con respecto a diciembre de 2021; la tasa de letalidad será mucho menor, aunque la tasa de contagio es mucho más alta; en la mayor parte de los países del mundo el pico de contagios será entre la tercera semana de enero y la segunda de febrero; por ello se requiere tomar las medidas de sana distancia en estos días, porque de lo contario la cuarta ola de contagios se podría prolongar por más tiempo.

Según Murray, el virus no va a desaparecer, pero lo más probable es que el COVID-19 se convierta en un virus respiratorio de tipo estacional que podrá ser controlado con vacunas y tratamientos ya existentes, sin tener que tomar medidas de política pública extremas, como la cuarentena y el cierre de los espacios públicos; así mismo, plantea que seguramente aparecerán más variantes del SARS-CoV-2 más letales que ómicron, aunque con cuidado personal y campañas de vacunación se lograra controlar los contagios.

Los tiempos de incertidumbre generado por la pandemia están por terminar, sin embargo sus consecuencias han sido de magnitudes aun incalculables; los sistemas de salud del mundo no se han recuperado; la economía permanece estancada, la sociedad ha transformado sus formas de interacción y no se ha recuperado de las enfermedades emocionales surgidas en plena pandemia; los gobiernos solo han implementado acciones de corto plazo, pero están pendientes las políticas públicas que atiendan las fallas estructurales del Estado y la administración pública.

La pandemia puso en evidencia el deterioro de salud de la población generado por su estilo de vida; si no se logra modificar su comportamiento de consumo, el incremento de las tasas de mortalidad se elevara en los próximos años, aun sin la presencia del virus; no habrá sistema de salud que soporte el incremento de la demanda de los servicios de salud; es urgente implementar políticas públicas de salud preventivas, que detengan las enfermedades crónico degenerativas, el punto de partida es generar conciencia y responsabilidad en la sociedad.

En lo económico, la producción de bienes y servicios ira en aumento, pero el gran reto es incrementar la productividad y la calidad de los empleo, no se pueden lograr altas tasas de crecimiento sin que estas se vean reflejadas en la calidad de vida de los trabajadores; el argumento de que incrementar los salarios genera inflación ha dejado de ser efectivo; es urgente tomar medidas de política pública que mejoren la seguridad social de la población; generar empleos no es suficiente, se requiere que estos permitan elevar la calidad de vida de la sociedad.

Con la pandemia la educación se deterioró, no se han calculado los efectos generados en el aprendizaje ni cuánto tiempo se llevara recuperarse; los modelos pedagógicos no funcionaron del todo; buena parte de la sociedad no tuvo acceso a la tecnología para tomar las clases en línea, los espacios de las viviendas no tuvieron las condiciones para lograr una transmisión de conocimiento efectivo; la generación de conocimiento social se detuvo, los recursos se suspendieron, las técnicas de recolección de datos fueron insuficientes para generar evidencia, el déficit y las consecuencias son muy altos.

Los gobiernos y sus estructuras administrativas no estuvieron a la altura de las demandas sociales generadas por la pandemia; en su mayoría no hubo una transformación estructural que modificara la calidad de sus servicios; evidencio un personal deteriorado en su salud, sin conocimiento de la tecnología, con procedimientos inadecuados a una era donde predomina la tecnología; sus retos son enormes, se tiene que renovar en sus estructuras y procesos de gobierno, de lo contario el déficit de credibilidad social será sin precedentes en los próximos años.

En síntesis, la pandemia llega a su fin, aunque el Covid seguirá presente en la vida de los seres humanos; se viene una época que demanda cambios estructurales profundos; la nueva era requiere una sociedad responsable de su salud, una economía con responsabilidad social, un sistema de educación renovado en métodos y procesos de enseñanza; pero sobre todo se requiere un gobierno renovado en sus estructuras y procesos de gobierno, que resuelva las necesidades de la sociedad de manera efectiva. Próxima colaboración: 09 de febrero de 2022.

@jszslp