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Esas libertades

Por Carlos Pérez García

Junio 28, 2025 03:00 a.m.

A

Poder, ¿para qué? Pregunta el historiador, y podemos ofrecer respuestas: tal vez, por el poder mismo, que luego genera diversos privilegios para los poderosos y todo tipo de abusos contra los que no lo tienen.

Enrique Krauze hace un recuento de los regímenes que en el siglo XX centralizaron un poder absoluto en distintos países: llegaron como “salvadores del pueblo” y terminaron convirtiéndose en sus verdugos, con fracasos que significaron grandes sufrimientos.

En México, ojo, las presidencias priistas no alcanzaron un poder absoluto como en Rusia (Lenin o Putin), Alemania (Hitler), China (Mao), Cuba (Castro) o Venezuela (Chávez). Acá hubo significativos avances y defectos en una supuesta democracia, de modo que a partir de la década de 1990 los ciudadanos fueron logrando mejoras que el régimen actual ha truncado.

Claro, el morenismo asume ahora un poder absoluto que las urnas no le concedieron, y tras tantas frustraciones es lógico que, para tratar de mantenerse en el poder, quieran evitar que la información les genere críticas. Sin embargo, el control político no da capacidad para gobernar y sacar adelante a la población; tampoco para evitar crisis y fracturas.

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Digamos, la prensa libre y los buenos jueces podrán salvar a España y Estados Unidos de sus populismos corruptos. Acá no debemos perder todo eso.

México ya tiene demasiados casos de acoso y represión a la prensa y la opinión ciudadana en las redes, que se han multiplicado estas semanas tanto a nivel federal como en los estados. Se percibe una estrategia de revancha y censura, mientras se esconden muertos y graves errores.

Al acumular poder se busca intimidar y silenciar por diferentes vías. Y viene la Ley Censura para que no se exhiba la corrupción ni la atroz herencia que se dejó en 2024.

Desde 2014, López Obrador recitaba: “Sería el colmo que censuraran el internet. Qué acaso no les basta el control omnímodo que ejercen sobre los medios de información”. Y en julio de 2017: “Al triunfo de MORENA se va a garantizar el derecho a disentir; nadie será espiado, censurado o reprimido. Habrá libertad de expresión”. Sucede justo lo contrario.

Pero si callaran a millones no cambiaría el futuro. El problema está en sus errores y las consecuencias que seguirán, no en las opiniones ciudadanas ni en los lorets que dicen la verdad, aunque traten de desacreditarlos.

En lo económico-social, los datos duros resultan muy claros. Vendrá un juicio final y un colapso de su proyecto, pero prefieren no darse por enterados y, en una economía estancada y endeudada, se les está acabando el dinero para comprar conciencias.

Tampoco les interesan las exigencias de libertad y derechos, con los costos políticos que eso les va a implicar. Sólo copian y superan lo peor del PRI, sin respetar su legado de instituciones.

Miren, al esconder y negar la realidad, o al acallar las opiniones y sugerencias, Sheinbaum se queda sin opciones ni correctivos… si acaso, hay un corolario: atraso y empobrecimiento. Terrible, en verdad. Y lo que falta.

Se necesita más inteligencia (“no les sobra”) para entender que buena parte de la crítica que les podamos hacer, sería muy útil para evitar o corregir errores graves, lo que traería mejores saldos.

Sin libertad de prensa va a ser más difícil que los mexicanos nos deshagamos de estas destructivas mafias delincuenciales. Con todo, la censura puede atajar o prohibir la verdad que fastidia al régimen, pero no la borra y las sociedades que resisten la mordaza terminan recuperando su voz.

Además, México había llegado a ser una sociedad relativamente moderna y abierta al mundo, que para bien y para mal se sitúa junto a Estados Unidos. En la vecindad, la globalidad y la comunidad internacional, no estamos solos.

¿Acabarán con la libertad de expresión? ¡No lo permitamos! Si sucede eso, será aún más difícil recuperar otras libertades y la misma democracia… Se verían más lejanos nuevos gobiernos que no fueran tan malos como el de López Obrador y su continuación con Sheinbaum.

* PARA “DESAPARECER” LA POBREZA el obradorismo opta por desaparecer el Coneval, otro importante organismo autónomo que la medía con precisión, evaluaba los programas sociales y sugería mejoras en las políticas públicas.

También quiere arrebatar a los ciudadanos lo que queda del INE, aparte de que busca acabar con la Suprema Corte que alcanzó a cumplir 200 años y con el último valladar de la sociedad contra el mal gobierno: la libertad de expresión.

cpgeneral@gmail.com

@cpgarcieral