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ESE ESTILITO

Por Juan José Rodríguez

Junio 02, 2022 03:00 a.m.

Toda iniciativa para crear un nuevo municipio, aquí y en cualquier otra parte, debe de entrada responder algunas cuestiones básicas: ¿Es algo favorable para sus habitantes? ¿Abre la posibilidad de traerles algún beneficio? ¿Resuelve problemas o los genera? ¿Van a recibir mejores servicios municipales o seguirán igual? Si un acto de gobierno como ese no sirve para que a la población involucrada le vaya mejor, será un acto fallido.

Al día de hoy, cuando está sobre la mesa la posibilidad de que Villa de Pozos se convierta en municipio, no se conoce ningún estudio serio que dilucide sus ventajas y desventajas; no sabemos qué problemas se piensa resolver ni qué problemas se pueden suscitar; no tenemos idea de si hay una presión demográfica o de otra índole que haga necesario esa medida; nadie nos ha dicho si económicamente es algo positivo o no, como tampoco sabemos si decretar una nueva demarcación municipal resolverá alguna angustia social inaudible, histórica o de última hora.

No se falta a la verdad si se sostiene que, por ahora, no hay disponibles elementos de juicio suficientes para tener una idea clara sobre la lucidez o la estulticia de una iniciativa como esa. Si finalmente la propuesta se formaliza ante el Congreso y se cumplen los diversos ordenamientos legales, que incluyen una consulta popular, las autoridades deberán difundir información suficiente para que la gente, tanto los habitantes de Pozos como los del resto del municipio, pueda normar su criterio sobre 

el particular.

En espera de que el Ejecutivo, como promotor de la idea, el Congreso y el Ayuntamiento capitalino hagan publicas sus razones en un sentido u otro, me parece que hay algunos factores ya presentes en el escenario que son merecedores de consideración. 

Cito dos: el primero, que un muy alto porcentaje de los casi 150 mil habitantes ubicados dentro de la actual Delegación Municipal de Pozos son vecinos de fraccionamientos relativamente nuevos, que encontraron ahí la oportunidad de hacerse de una vivienda propia, pero que ni idea tienen de que están dentro de los límites de lo que sería el nuevo municipio. Es decir, no tienen ningún sentido de pertenencia ni parece que los atraiga mucho la idea de cambiar de jurisdicción municipal. El segundo: el trazo histórico de los límites de lo que hoy es esa delegación municipal, deberá ser analizado con mucho detenimiento, pues al parecer parte en dos a más de un parque industrial y, en algunos casos, divide terrenos de una misma empresa, con lo que una parte tendría que tributar en el Ayuntamiento de la Capital y la otra en el nuevo cuerpo edilicio.

Recuerdo ahora la famosa respuesta de Albert Camus cuando un periodista le preguntó qué haría para resolver los grandes problemas del mundo. “No aumentarlos”, dijo el insigne escritor.

En buena medida el interés, por lo menos mediático, que ha suscitado este asunto se debe al hecho de que por el momento y el contexto en que lo planteó públicamente el gobernador Gallardo Cardona, se percibió como un acto de enojo y castigo contra el alcalde Enrique Galindo Ceballos, por haber tenido la inconcebible osadía de disputarle los reflectores en el escenario de la política potosina.

No sé si ese sea realmente el origen de la iniciativa, pero dada la conocida patología gallardista de sufrir hasta lo indecible cada que alguien compite por el protagonismo político, tampoco es de dudarse. 

Aquí es necesario detenerse un poco: no es lo mismo crear un nuevo municipio para resolver problemas de la gente y procurar le vaya mejor que hacerlo por un afán vengativo, caprichudo, enfermizo, patético y francamente ridículo.

(Antes de que alguien salte para decirme que en realidad de lo que se trata es de “restituirle” su calidad de municipio a Pozos, que la perdió hace casi 75 años, diré que de esa antigua circunstancia solo se acuerdan los mayores de 80 años que sigan por aquí. Para todos los demás será algo nuevo).

DE VERDAD INTERESANTE

Hace un par de semanas, el politólogo Emilio Lezama publicó en El Universal un artículo de análisis titulado “AMLO saca lo peor en todos”, que me parece tiene méritos más que suficientes para impulsar su difusión. A continuación, un amplio extracto del mismo:

“Uno de los aspectos más interesantes del gobierno de AMLO es cómo la gente reacciona a él. AMLO construye su gobierno desde la emocionalidad y con ello logra sentar las bases de su narrativa. La emocionalidad funciona para sus objetivos porque construye un nivel de reacción más primario que le permite a un gobernante un manejo más fácil del debate público. Cuando el pensamiento y la racionalidad son inhibidos o puestos en un segundo plano, afloran las emociones y con ello una manera más reactiva y menos sopesada de la discusión. Esto es sumamente efectivo para su causa, los simpatizantes actúan ante él con fervor y militancia, y los opositores con encono y desesperación. La lucha política deja de darse en el campo de las ideas y se traslada al de 

las pasiones.

“En la realidad es muy difícil argumentar que el mandato de AMLO esté siendo muy distinto al de sus antecesores… Evidentemente, hay diferencias esenciales en la direccionalidad de las políticas públicas y esas diferencias pueden gustar más o menos a cada ciudadano, pero lo interesante es que la reacción ante estas acciones parece desproporcionada si la comparamos a la reacción a las políticas del pasado. La realidad no ha cambiado tanto como para justificar el cambio de la reacción pública ante lo que está sucediendo.

“Existe una noción arraigada de que vivimos o en el mejor gobierno de la historia o en el peor. Cada uno de los bandos ha construido su realidad y se la ha creído. En gran medida, esto es ocasionado por una tendencia mundial hacía la emocionalidad sobre la racionalidad y el provecho que han sacado algunos políticos de ello. AMLO no es el culpable del estado intelectual de las cosas, pero ha sabido aprovecharse de él.

“…Al mismo tiempo las redes sociales construyeron un ambiente que favorece la emocionalidad. Si no opinas a tiempo, no hay tiempo para opinar. Las redes se tratan de tendencias y de reacción a ellas. El razonamiento profundo y la racionalidad rara vez van de la mano con la inmediatez y la moda. Algunos políticos se han vuelto hábiles voceros de este nuevo mundo, y muchos ciudadanos han caído en la trampa de la emocionalidad.

“Es evidente que hay cosas que preocupan del mandato de AMLO. El desgaste a las instituciones no es sano para una democracia. Pero ese desgaste tampoco es nuevo, lo que es nuevo es que sea tan público. Lo que AMLO ha transformado es la forma de hacer política. AMLO juega sus cartas desde lo público, socializa su manera de actuar y de pensar para generar reacciones emocionales en el público. Esta constante socialización de sus acciones hace que se sientan más grandes y que nos lleguen de forma más emocional. El resultado es que todo se vuelve más presente y con ello más desgastante o emocionante según el lado de la ecuación del que se esté. 

“Hasta el momento, esto funciona a su favor. Sus votantes se han vuelto militantes y sus opositores enemigos. AMLO ha sentado las bases del juego, se juega desde la retórica y desde la emocionalidad y sus críticos han decidido actuar en consecuencia.

“Es interesante comprobar cómo AMLO ha afectado de manera tan profunda la psicología de millones de individuos. Gente que todos los días se siente afectada, positiva o negativamente, por las palabras del Presidente. Gente que se enoja o se emociona. Gente que se apasiona o desespera. Gente a la que el discurso presidencial la ha afectado en el sentir de su vida diaria aunque los parámetros de su vida realmente no hayan cambiado. Un lado habla de la gran transformación del país aunque su vida sigue más o menos igual, el otro habla del desplome y la venezolanización del país aunque su calidad de vida es la misma. Los mexicanos se han dejado afectar en un nivel psicológico y personal por el discurso de AMLO, se pelean con sus seres queridos, se enojan, se emocionan y con ello acaban sometiendo sus vidas al estado”. (Fin de la cita).

COMPRIMIDOS

Hace días apareció en el edificio de Seguridad Pública una placa de lo que parece ser bronce que dice lo siguiente: “LA CREACIÓN DE ESTA INSTITUCIÓN ES EN BASE A LA TENACIDAD, PERSEVERANCIA, Y COMPROMISO DE NUESTRO GOBERNADOR CONSTITUCIONAL LIC. JOSE RICARDO GALLARDO CARDONA GUARDIA CIVIL POTOSINA “SIRVIENDO A LA CIUDADANIA, POR LA PAZ, SEGURIDAD Y PROTECCION DE SAN LUIS POTOSI, CON RESPETO, EFICIENCIA, Y HONRADEZ DE LOS INTEGRANTES DE LA GUARDIA CIVIL POTOSINA. 16 DE MAYO DE 2022. SAN LUIS POTOSI, S.L.P.”.

Esta placa es una insuperable, palmaria y reiterada corroboración de que los potosinos padecemos un gobierno chafa. Para comenzar, la sintaxis que tan mal se les da: la forma correcta de expresión es CON BASE EN, no EN BASE A (la RAE dixit). Luego, según el decreto aprobado por el Congreso y según consta ya en nuestra Constitución, en la Ley Orgánica de la Administración Pública Estatal y en la Ley del Sistema de Seguridad Pública del Estado, lo que se creó en marzo pasado y se puso a funcionar hace dos semanas es una corporación llamada “Guardia Civil Estatal”. Eso de Potosina sabrá Dios quién lo inventó. Ha de haber sido Urban, que no destaca por su ilustración.

Pero lo mejor de todo es el poema homérico dedicado a nuestro ilustrísimo mandatario estatal tenaz, perseverante y comprometido (ni Marcelo), seguido de ese párrafo atroz de “SIRVIENDO A LA CIUDADANIA, POR LA PAZ, SEGURIDAD, etcétera. Y no conformes, uniformaron a la “nueva” corporación como guardas forestales. Insuperables, insuperables.

En círculos oficiales tiene días circulando la versión de que las cosas se le pusieron facilitas a la doctora Mónica Rangel para que recuperara su libertad y disfrutara de sus abundantes “ahorros” porque intervinieron a su favor instancias de tan buen nivel como la Secretaría de Gobernación y la dirigencia nacional de Morena. Si el doctor Lutzow, que no fue candidato de nadie a nada, consigue los mismos beneficios, esta especie se derrumbará como castillo de naipes. Lo cierto es que entre la justicia y el dinero, nuestras autoridades estatales se vieron muy centaveras.

Hay quienes se preguntan por qué súbitamente la Fiscalía General del Estado, a cargo de José Luis El Honorabilísimo Ruiz Contreras, decidió enfocar sus baterías contra el exgobernador Fernando Toranzo. Eso solo puede haberlo hecho por instrucciones superiores, y no hay que olvidar que Toranzo era gobernador cuando las autoridades federales le dieron bote al Pollo y lo mantuvieron casi un año tras las rejas.

Hasta el próximo jueves.