ESTO YA ES PREOCUPANTE
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Adiós Florencio, que haya paz.
Amadeo y Campana, un fuerte y condolido abrazo.
Si en un primer momento los desaciertos y torpezas de la administración gallardista movían a risa, ahora, ante su recurrencia, variedad y mayores alcances, deben ser motivo de preocupación. Sobre todo, cuando se hace obvio que los responsables superiores de la buena marcha del gobierno no tienen claro el panorama debido a una cierta confusión mental. La experiencia colectiva con los yerros gubernamentales va dejando atrás la expresión burlona y cediéndole paso a la intranquilidad. No parece factible que una administración tan errática conduzca la nave del estado a buen puerto.
Antes de entrar al detalle con la última metedura de pata, que ha tenido además la pesarosa virtud de mostrar un mandatario estatal apresurado, confundido, poco veraz y desinformado, conviene un breve recuento de lo sucedido en estos primeros cuatro meses del gallardismo en el poder.
Preocupante en sí misma y origen de la mayoría de los yerros posteriores, está la integración del gabinete. No menos de media docena de los cargos más relevantes fueron puestos en manos de personajes con malos antecedentes y sin calificaciones para la encomienda: La Fiscalía General del Estado, las secretarías General de Gobierno, de Finanzas, de Ecología, de Educación y de Desarrollo Social.
Luego, en áreas estratégicas para hacer negocios y asegurarse impunidad, se ubicó a toda una legión extranjera experta en “moches” y licitaciones a modo: Dirección General de Adquisiciones, Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del Estado, Junta Estatal de Caminos, Contraloría General del Estado y otras más.
Otros nombramientos cuestionados por simplemente ser absurdos: la Dirección del Archivo Histórico del Estado (primer a vez) y las direcciones de los museos; las Secretarías de Cultura y la de Desarrollo Agropecuario, así como varios cargos de menor jerarquía.
Con un equipo donde (hasta ayer miércoles a media tarde) lo que abundan son malhechores, improvisados, incompetentes, forasteros expertos en el saqueo y pagos de extraños compromisos, a nadie deben sorprender tantas y tan frecuentes meteduras de pata. Van desde bodrios jurídicos y el chupirul gigante de Fundadores que no encendía y se hizo jorobado, hasta los anuncios espectaculares promoviendo proyectos potosinos ilustrados con indígenas oaxaqueñas o esos otros en los que se inventan idiomas de pueblos originarios.
EL MáS RECIENTE
El viernes pasado se publicó en el Periódico Oficial del Estado (convertido en el cesto de basura de nuestros desatinos burocráticos) un “Programa Estatal de Infraestructura” que según descubrió y documentó sólidamente nuestro compañero Jaime Hernández, buena parte de cuyo contenido había sido plagiado. Párrafos enteros se “hurtaron” de un plan similar publicado por el Gobierno de Sinaloa hace cinco años; otros se extrajeron del Plan Estatal de Desarrollo 2015-2021 de la administración de Juan Manuel Carreras, y otros se piratearon del “Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018”, del gobierno de Enrique Peña Nieto. La Wikipedia de Internet también contribuyó con amplios segmentos.
El carácter de plagio, copia burda y apropiamiento indebido de textos ajenos, del documento gallardista fue claramente demostrado por Jaime, y nadie hasta hoy ha sostenido lo contrario. Se trata, pues, de un documento oficial, consagrado como tal con su publicación en el POE, hijo del latrocinio intelectual torpe y desaseado.
El mismo día de la publicación del muy profesional trabajo de Jaime Hernández (domingo 23), antes que el secretario de Finanzas, el General de Gobierno o cualquier otro funcionario pertinente diera la cara, saltó a la palestra -vía redes sociales- el gobernador Ricardo Gallardo Cardona, para sostener afirmaciones que no venían al caso.
En esencia, el mandatario salió a decir que la publicación del “Plan Estatal de Infraestructura” debía hacerse por una indicación de la Auditoría Superior del Estado, que tenía sus orígenes en el penúltimo año (2020) de la administración que encabezó Juan Manuel Carreras López. Asumiendo que esa versión sea correcta, es obvio que nada tiene que ver con el fondo del asunto: Se denunció que es un documento plagiado, mal hecho, vergonzoso, indigno de un gobierno que se respete, no que se publicó por error o por mandato divino.
Permítanme enfatizar: Gallardo Cardona sale a justificar la publicación desfasada en tiempo argumentando que era por indicación de la ASE, derivada de una omisión carrerista, pero lo que nunca responde es por qué el documento fue plagiado y se difundió como propio.
Para mayor contradicción en los hechos, luego de pretender justificar el latrocinio intelectual con el mandato de la ASE, Gallardo ordena el cese fulminante de Cutberto Mario Tenorio, hasta el lunes director general de Planeación y Presupuesto en la Secretaría de Finanzas y responsable de la formulación del documento cuestionado. Si todo estuvo bien, si únicamente se dio cumplimiento a una indicación de la ASE ¿por qué entonces el despido punitivo de Tenorio? No hay lógica.
La otra cuestión, no menos importante, que pone en evidencia este affaire, es lo arraigado del hábito gallardista de gobernar como si no tuviera gabinete, equipo, colaboradores. Cada vez son más frecuentes sus saltos al vacío. Para no ir más lejos, en este bochornoso caso el primer responsable es el inútil secretario de Finanzas. Podrá decir que él no hizo el documento pero sí debió supervisar su formulación y la versión final. Luego, y por enésima ocasión, queda claro que el General de Gobierno se preocupa de todo menos de cubrirle las espaldas a su patrón. El Periódico oficial -lo decimos una vez más- depende de Uñas Largas. Y si bien no le alcanza el tiempo para ver al detalle qué se va a publicar, debe tener ahí gente competente que revise las cosas y lo alerte sobre cualquier riesgo. El POE no puede alterar los documentos que le envían para su publicación, pero sí puede devolverlos a sus autores para que corrijan lo necesario; desde faltas de ortografía hasta plagios descarados.
Pero al final del día, lo más fascinante de todo esto es que tiene como telón de fondo un surrealismo deslumbrante. No se puede planear ni programar el pasado. Todo lo relativo a planeación, programación o planificación es ineludiblemente relativo al futuro. ¿Qué caso tiene hacer plagios y demás desfiguros para un documento que por estar referido al pasado es de suyo inútil, inaplicable, inviable?
DEBERES INELUDIBLES
es guste o no, toda autoridad, sea institucional o personal, tiene un compromiso irrenunciable con la pedagogía social. Es contrario a la esencia de la vida comunitaria que quienes detentan puestos de poder maleduquen a la gente. Estamos hablando de eso que en lenguaje coloquial se conoce como “Predicar con el ejemplo”.
Un policía no debe orinar en la vía pública, un maestro no puede llegar al aula cayéndose de borracho, un médico del IMSS no puede atender a sus pacientes cigarrillo en mano y una institución pública no puede escribir con faltas de ortografía. Menos si no es por ignorancia sino, como diría mi abuelita, por “facetos y modalosos”.
Me explico: la grafía incorrecta de Polisía se la impuso el Ayuntamiento a sus flamantes patrullas por razones de imagen. Y todas las cuestiones de imagen, particularmente en el sector público, tienen sus raíces más profundas en la frivolidad. La mejor imagen institucional del universo no es una obra de beneficio colectivo, no es un programa social, no es tampoco eso que ahora se llama una política pública. Es, en estricto sentido, algo vinculado al ego de quienes la ordenan.
Lo sabemos bien: las imágenes institucionales -logotipos, combinaciones de colores, eslóganes, tipografía, etcétera- que cuestan mucho dinero, duran lo mismo que un suspiro. Cada cambio de administración se van por el caño.
Se trata de uno de esos casos de imitación extralógica: las identidades corporativas tienen su origen en el sector privado, donde un diseño atractivo puede atraer más clientes, más ventas, más utilidades. En el sector público, no veo a contribuyentes apresurándose a pagar porque el nuevo logo de la Secretaría de Finanzas es más sugerente o a consumidores poniéndose al corriente porque los sedujo el nuevo eslogan del Interapas. Si acaso, en los partidos políticos tienen algún sentido para atraer votantes.
Pero el desatino va más allá. Si de algo están urgidas nuestras corporaciones policíacas, aparte de más elementos, mejor equipamiento, mayor capacitación y mejores sueldos, es del aprecio social, del respeto de la gente.
Me cuesta trabajo imaginar a los chavos banda o a pandilleros violentos mostrando mayor respeto ante un agente que desciende de una patrulla rotulada con evidentes faltas de ortografía. Y ya no insistiré en lo que dijo el Rector: ¿Y la confusión de nuestros niños?
He leído las diferentes publicaciones sobre el nuevo modelo policíaco que se busca implantar en esta capital. Hay cosas novedosas e interesantes. Ojalá el éxito corone este esfuerzo. Nos beneficiará a todos.
COMPRIMIDOS
La seguridad de nuestro gremio va a mejorar notablemente cuando desde Palacio Nacional dejen de satanizar esta atribulada profesión. Esa práctica, inmersa en la lógica de polarización extrema, crea una atmósfera propicia para los crímenes contra periodistas.
Ya no es folletín por entregas, ya es un thriller que ni Hitchcock. Me refiero a los tan anunciado como pospuestos cambios en el gabinete gallardista, de los cuales incluso los ya dados por hecho no se han formalizado. Un día son remociones, al siguiente se habla de enroques y luego todo lo contrario.
Cada que algún medio nacional de peso, como ocurrió con Proceso el domingo pasado, retoma los pendientes judiciales del clan Gallardo, el nerviosismo se apodera de sus integrantes. Hay a quienes les parece raro habida cuenta de que ya están en el poder, pero se les olvidan dos cosas importantes: la FGR se ha negado a decretar el NO ejercicio de la acción penal (por lo cual todas las carpetas abiertas siguen activas), y de todo el nutrido grupo solamente es uno el que tiene fuero.
Entiendo que sigue en pie la idea de convertir en asilo y albergue infantil la otrora Casa de Gobierno. Con lo que vale ahí el metro cuadrado de terreno y la finca misma, y tomando en cuenta la inversión necesaria para su reacondicionamiento ¿No sería más práctico y menos caro venderla y construir desde sus cimientos las nuevas instalaciones en otra parte de la ciudad? Hay veces que la demagogia sale cara.
Hasta el próximo jueves.