Explicación poco sustentada

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De acuerdo con las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud, el número de nuevos casos de coronavirus -bautizado COVID-19- en China estaría disminuyendo. Así, el 22 de febrero se diagnosticaron 397 nuevos casos, en comparación con los más de tres mil casos diarios que llegaron a diagnosticarse en los primeros días de febrero. En contraposición, han aparecido brotes de la enfermedad en otros lugares del mundo cuyo rápido crecimiento preocupa a los expertos, particularmente en Corea del Sur, Irán e Italia. En Corea del Sur se reportaron el 22 de febrero 142 nuevas infecciones, con lo que el número total de casos de coronavirus en ese país se elevó a 346. La mayor parte de las nuevas infecciones ocurrieron en la ciudad de Daegu, de dos y medio millones de habitantes, al sur de la capital Seúl.

Según los especialistas, el coronavirus tiene su origen en fauna silvestre -posiblemente murciélagos- y de ahí habría sido trasmitido por un intermediario a los humanos. Aunque no hay una certeza, un mercado de la ciudad de Wuhan en el que se venden animales vivos, ha sido señalado como el posible punto de origen de la epidemia. 

Algunos medios, por otro lado, han dado a la opinión experta diversas interpretaciones. El periódico británico Daily Mail, por ejemplo, contribuyó a hacer famosa a una joven china al publicar un video en el que aparece en un restaurante sofisticado dando una mordida al ala de un murciélago -al que sostiene con un par de palillos chinos-. Según el Daily Mail, el animal consumido por la joven aparentemente era parte de un plato con sopa de murciélago colocado en el centro de la mesa. 

Al lado de los puntos de vista de los especialistas, se han dado también diversos rumores y “teorías de conspiración” con respecto al origen el coronavirus -o sea, explicaciones que van en contra de la explicación oficial, o la que es asumida por la mayoría-. Una teoría de conspiración sostiene que el coronavirus no tiene un origen natural, sino que fue desarrollado en un laboratorio de la Academia de Ciencias de China que tiene su asiento en la ciudad de Wuhan. Dicho laboratorio trabaja con organismos patógenos, en particular con el coronavirus de Wuhan, mismo que habría sido dispersado por un error entre la población. Dicha opinión ha sido sostenida incluso por un destacado científico español, según informó el periódico El País. 

Tom Cotton, senador republicano por el estado norteamericano de Arkansas, hace también eco de la posibilidad de que el coronavirus -que sería parte de un programa de desarrollo de armas químicas por parte del gobierno chino- hubiese efectivamente escapado del laboratorio de Wuhan. En palabras de Cotton, según el periódico New York Times, “No tenemos evidencia de que esa enfermedad se originara ahí, pero dada, para empezar, la duplicidad y deshonestidad de China, necesitamos cuando menos hacer la pregunta y ver que es lo nos dice la evidencia, y China en estos momentos no está proporcionando ninguna evidencia en absoluto”. 

El laboratorio de Wuhan, por su parte, niega cualquier participación en la epidemia de coronavirus y en este respecto es apoyado por un grupo de especialistas quienes publicaron un escrito esta semana en la prestigiada revista médica “The Lancet”, en el que condenan los rumores acerca de un origen artificial de coronavirus y expresan su apoyo a los científicos, médicos y trabajadores de la salud chinos que están luchando en contra de la epidemia. Los autores del comunicado son científicos de áreas de la salud adscritos a universidad e instituciones científicas de los Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Australia, Holanda, Malasia y Hong Kong.

En su escrito, los especialistas expresan que “han observado que los científicos, profesionales de la salud pública y médicos profesionales chinos, han trabajado de manera diligente y efectiva para rápidamente identificar el patógeno que está detrás de este brote, poner en marcha medidas significativas para reducir su impacto, y compartir sus resultados de manera transparente con la comunidad global de la salud. Su esfuerzo ha sido notable”.

Los especialistas también afirman que: “La rápida, abierta, y transparente comunicación de los datos de los científicos chinos sobre este brote, está ahora amenazada por los rumores y desinformación acerca de sus orígenes. Estamos todos de acuerdo en condenar enérgicamente las teorías de conspiración que sugieren que el COVID-19 no tiene un origen natural. Científicos de múltiples países han publicado y analizado genomas del agente causativo, y de manera abrumadora concluyen que este coronavirus se originó en la vida silvestre, como ha sido el caso de otros patógenos emergentes. Las teorías de conspiración no hacen sino crear miedo, rumores y prejuicios, que ponen en peligro nuestra colaboración global en la lucha en contra este virus”. 

Dado el consenso científico, es entonces improbable que el COVID-19 sea un virus artificial, parte de un programa secreto del gobierno chino, que haya escapado de un laboratorio. No tendrían tampoco sustento las historias acerca de los peligros de disfrutar de una sopa de murciélago, pues, según los especialistas, el coronavirus no habría pasado directamente de estos animales a los humanos, sino que lo habría hecho a través de un animal intermediario, todavía no identificado. Podría usted entonces proceder con entera confianza.

Teorías de conspiración aparte, lo que sí resulta impactante es el rápido desarrollo que están teniendo algunos brotes de coronavirus, independientes de la epidemia en China, como el que está en curso en Corea del Sur. Brotes que esperemos se mantengan suficientemente alejados de nuestro país.