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Expresidentes

Por Carlos Pérez García

Mayo 03, 2025 03:00 a.m.

A

Se ve muy presionada y hasta herida de peligro, sobre todo en las mañaneras al defender a su superior ante planteamientos tan serios como los que ha hecho el expresidente Ernesto Zedillo. La verdad, nunca pensé que un mandatario de hace un cuarto de siglo, pudiera desestabilizar así a Claudia Sheinbaum y exhibir la pésima gestión de López Obrador.

Me parece extremadamente desigual la comparación de los sexenios de Zedillo y del malhadado jefe de la actual presidenta. De hecho, aunque ella tiene sus mañas y su popularidad, no dispone de la capacidad ni los elementos para debatir con quien tuvo un desempeño bastante bueno. Miren, la bronca hoy es entre estos dos expresidentes; la actual sólo se desgasta al tratar de defender a uno, por lo que continúa sacrificando su sexenio.

Son contrastantes los sexenios 1994-2000 y 2018-2024. El primero sobresale por logros o avances significativos, y el segundo por terribles fracasos que hacen retroceder al país. Esto se aprecia aún más en tres áreas cruciales, que se confirman ahora en los temas y contraataques.

1.- Democracia. - Fue muy importante la reforma electoral de Zedillo: autonomía del INE al darle un presidente surgido de sus propios consejeros y el esquema que financió a los partidos de oposición y prohibió el apoyo del gobierno al partido oficial. Esto le encantó a López Obrador en el PRD y se dice que así nació la democracia mexicana. En 1997 Cuauhtémoc Cárdenas fue electo en el DF y en el 2000 se reconoció el primer triunfo de un candidato de la oposición a la Presidencia e inició el único período de alternancia democrática de partidos en el poder de nuestra historia (2000 a 2018). Ahora el obradorismo va en la dirección contraria: han sometido al INE y a la mayoría de sus consejeros, con una presidenta cercana al régimen y la intención de anular esa alternancia para eternizarse en el poder, ya sin la transición a la democracia. Además polarizó, concentró, desmanteló, manipuló, militarizó…

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2.- Justicia. - Otra reforma fundamental de EZ fue la judicial, que significó un avance al eliminar el nombramiento presidencial de los ministros de la Suprema Corte que designaban a magistrados y jueces, para los cuales se estableció la carrera judicial. En adición a tantos amaños aquí, con AMLO y Sheinbaum se ha dado una contrarreforma judicial que es un retroceso al sustituir a juzgadores que creen en la ley con otros controlados por el régimen.

3.- Economía. - Zedillo no es infalible y, con todo, ella mantiene su negativa a entender lo que es la economía y la realidad mexicana… incluso en contra de organismos internacionales como el FMI. En el sexenio de EZ el crecimiento promedio fue mucho mayor que en el que acaba de terminar: 3.4% anual frente a 0.9%. En la deuda pública, el contraste se da entre el que menos y el que más la incrementó (hasta 49.7% del PIB), aunque prometió lo contrario. Ahora dice que desde el extranjero los técnicos no entienden que ‘México ya se transformó y se acabó la corrupción’.

Para el obradorismo, la mejor defensa es el ataque. Pero, claro, están menos dispuestos que EZ a aclarar o auditar cualquier cosa.

Aunque muy adverso a una de las partes, éste podría haber sido un debate de gran interés para muchos. Sin embargo, ante los razonamientos puntuales del expresidente priista, las reacciones fueron de ataques, insultos, calumnias, descalificaciones y distractores, sin datos duros ni intentos de analizar o convencer.

Se refleja así el debilitamiento de la titular del poder Ejecutivo, a la vez que se ven más grandes Zedillo y aquel priismo de hace tres décadas. Veremos qué viene para México y su endeble gobierno, aunque ella se jacte de ser muy popular.

* EN LA COLUMNA ANTERIOR especifiqué las “herencias malditas” del sexenio de AMLO, al comentar de los individuos que han acreditado en los hechos su peligrosidad y ahora se ven protegidos por su jefe real, no tanto de los problemas recibidos de una administración previa, como lo había concebido el actual gobernador de San Luis Potosí.

Me señalan, no obstante, que en este caso sería otra la verdadera herencia que dejaron los dos anteriores mandatarios, Fernando Toranzo y Juan Manuel Carreras. Aparte de puntos tan visibles como el de la corrupción en el sector Salud o en el sistema estatal de Pensiones, aquí el legado maligno vendría a ser el propio gobernador populista Ricardo Gallardo, aunque resulte tan popular como todos los demagogos regaladores.

cpgeneral@gmail.com

@cpgarcieral