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Familia y escuela Capítulo 104: Ingenio, creatividad e innovación

Por Gustavo Ibarra Hurtado

Marzo 30, 2022 03:00 a.m.

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En esto que he dado en llamar: “educación lineal”, como aquella forma en que familias, escuelas, medios de comunicación y otras, transmiten conocimientos, costumbres, actitudes y formas de ser y actuar como si fuera una fórmula o pasos a seguir, mediante los que una persona obtiene “el éxito en la vida”.

Se tiene un formato preestablecido, como si las diferentes realidades que existen estuvieran esperándonos y adaptándose a nosotros; en este sentido, se actúa con total soberbia al esperar a que los acontecimientos se resuelvan y ocurran siempre a nuestro favor, como si bastara con que hayamos seguido al pie de la letra esa “fórmula” llamada educación.

De igual manera, educar linealmente, reduce a las personas que pasan por este proceso a simples objetos emisores, receptores y reproductores de lo que se enseña o se adiestra, omitiendo las características específicas de cada individuo, las que, dicho sea de paso, nos hacen únicos y diferentes.

“…como papás esperamos que nuestros hijos cumplan con todas las reglas que la sociedad y nosotros les establecemos, que sepan comportarse, obedecer, estudiar, trabajar y lograr un sustento, tener familia y todas las comodidades posibles; entonces habremos cumplido” 

“…te doy la clase, estudias y luego en un examen repites lo mismo que te dije o que menciona el autor del libro; si lo haces exactamente igual, obtienes un número representativo de tu calificación y si éste es mayor a seis, has aprobado; si obtienes un diez, serás excelente”

Estas formas educativas son tan “metálicas” y “frías” como si insertáramos un chip en algún robot o programáramos una computadora, pues con ello buscaríamos el mismo fin, incluso con mejores y más fieles resultados.

Resulta entonces evidente que, en el proceso educativo, ya no es suficiente el solo aplicar los pasos preestablecidos tradicionalmente en familias y escuelas; se debe dar la seguridad de que lo obtenido apenas es una base y que, para motivo de sortear de la mejor manera posible todas las condiciones y vicisitudes de las distintas realidades que invariablemente se presentarán, deberán tener y aplicar herramientas que, en conjunto con las características de cada persona y su contexto particular, les sean útiles para elaborar y seguir sus propios métodos.

Algunas de las herramientas que resultan ser muy útiles en el marco de una educación integral, sin duda que el fomentar el ingenio, la creatividad y la innovación son excelentes opciones. 

De origen, con estas herramientas se rompe con la generación de “robots” y fórmulas mágicas, para dar paso a la actitud de siempre estar alerta y aplicar, de manera situada y contextual, la solución o proceso a seguir en cada circunstancia.

El ser ingenioso, de acuerdo con algunos diccionarios, remite a esa capacidad de hacer frente a todo tipo de dificultad práctica, reorganizando el mundo circundante, con la característica de imaginar o inventar cosas empleando con inteligencia y habilidad los conocimientos que posee y los medios de que dispone.

Por su parte, la creatividad ha sido ligada directamente al ingenio, sobre todo como esa parte operativa y de llevar al éxito lo que se genere; este binomio, al combinarse, concreta esa fase en donde se es un creador, pero con la inteligencia y habilidad para que esto sea útil y pertinente, es decir, que tenga esa aplicación práctica.

Resultado de esa combinación, se puede ver reflejado en algo innovador, es decir, en la creación de manera ingeniosa de elementos que sean diferentes a los ya existentes, precisamente acorde con las distintas realidades con las que indefectiblemente nos tocará lidiar.

Ya algunas familias han apostado por “ir más allá”, generando paulatinamente en sus integrantes la confianza para, el ya no solamente aplicar las mismas fórmulas y soluciones, sino el fomentar libremente su creatividad e ingenio para generarlas de manera innovadora, adaptándolas a las situaciones que se vayan presentando.

Por su parte, ya en algunas escuelas, particularmente de origen privado, desde los niveles educativos básicos hasta los superiores han ofrecido asignaturas, materias o actividades transversales que fomentan esas habilidades, para ellos no resulta extraño el escuchar: “…me toca la materia de creatividad” “…en este mes estamos llevando el taller de proyectos de innovación” “…en mi universidad todas las clases que llevamos tienen una etapa para desarrollar ideas ingeniosas” 

Desde luego que la educación lineal trabaja y funciona sobre cosas seguras; sin embargo, para todo lo demás, aquello que es incierto e impredecible, es decir, enseñar y aprender “para la vida”, se hace necesaria una formación integral.

Se entiende que resulta cómodo y hasta cierto punto lógico, el transitar por caminos educativos seguros, que ofrezcan una solidez científica y objetiva; sin embargo, el devenir cotidiano está compuesto de múltiples elementos, de los cuales la única seguridad que se tiene de ellos es que no se sabe cuándo, cómo, ni cuáles ocurrirán.

Por lo tanto, el reto consiste en atender a lo que en algún momento Edgar Morin mencionó: “…la educación del futuro debe volver sobre las incertidumbres ligadas al conocimiento…”.

Comentarios: gibarra@uaslp.mx