Fobos y Deimos
«Todos los ejércitos son iguales / la publicidad es fama / la artillería hace el mismo viejo ruido / el valor es atributo de los muchachos / los viejos soldados tienen los ojos cansados / todos los soldados escuchan las mismas viejas mentiras / los cadáveres siempre han atraído a las moscas», dice el poema de Ernest Hemingway.
Todas las guerras hablan de ambiciones personales, de demencias de unos cuantos en perjuicio de mucha gente. En todas mueren inocentes, acaso ingenuos que creen las mentiras de patriotismo o derecho divino que les endilgan sus dirigentes. Daños colaterales, sacrificios necesarios para “los de arriba”. Hoy, camuflageada por el show que ellos mismos arman, la guerra parece surgir por todas partes. Como escribe Tomás Calvillo, «Estamos a la deriva, / lo sabemos y lo callamos. / Ya nadie está a cargo del rumbo de la nave».
En la mitología romana, Marte era el dios de la guerra. El planeta rojo, como la sangre, lleva su nombre, y sus satélites son, como los hijos de Marte, Fobos y Deimos: Miedo y Terror. Se pelean y se alían sin importarles el costo de sus caprichos.
Ya Amnistía Internacional había advertido en mayo que “las fuerzas israelíes arrasaron por completo lo que quedaba de la localidad de Khuza’a», y con ello «la necesidad urgente de investigar al ejército israelí por los crímenes de guerra de destrucción arbitraria y castigo colectivo. […] También aporta nuevas pruebas del genocidio contra la población palestina que Israel lleva a cabo en la Franja de Gaza ocupada».
¡Sigue nuestro canal de WhatsApp para más noticias! Únete aquí
El presidente de Israel, Benjamin Netanyahu, ordenó este jueves bombardear objetivos militares en Teherán, la capital de Irán. Supuestamente fue para frenar un programa nuclear. “Ataque preventivo”, se excusó quien desde hace meses ordenó (con el visto bueno del gobierno gringo) el bloqueo y la matanza de cientos de niños, mujeres y hombres que solo buscaban sobrevivir a la guerra en la franja de Gaza. No se puede hablar de guerra cuando lo que se aprecia es masacre, genocidio.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, reconoció que estaba de acuerdo con su similar israelí: “Hay mucho más por llegar. Mucho más”. Avivó así el fuego desatado por la crisis interna en Los Ángeles y otras ciudades, ante la deportación masiva que realiza el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), acá conocido como “la Migra”.
La decisión del presidente Donald Trump de enviar marines y efectivos de la Guardia Nacional al área de Los Ángeles sirvió para calibrar la libertad o el servilismo de políticos de acá y de allá. Gavin Newsom, gobernador de California, le respondió a Trump que “no es el rey” y consiguió que un juez federal le devolviera el mando de la Guardia Nacional en su estado. Se le han unido los gobernadores de Nueva York, Illinois y Minnesota en esta resistencia.
Para Trump las protestas en Los Ángeles son “una invasión extranjera” que debe ser combatida por fuerzas federales, a quienes considera “héroes”: «Lo que presencian en California es un ataque en toda regla a la paz, el orden público y la soberanía nacional, perpetrado por alborotadores que portan banderas extranjeras con el objetivo de continuar una invasión extranjera de nuestro país».
Horas más tarde, Irán respondió bombardeando objetivos militares cercanos a Tel Aviv, Jerusalén y Teherán. La tarde de este viernes se dijo en redes que, como buen cobarde, Netanyahu habría huído a Grecia.
El “reloj del apocalipsis” estaba a 89 segundos de la medianoche en enero de 2025, lo que significa que estábamos más cerca que nunca del fin de la humanidad. ¿Cuánto cambiaría estos días?
Nos vamos, esperamos regresar, y leemos mientras el poema “En la tumba del soldado desconocido”, de Oscar Hahn:
«Con qué alegría marchan los hombres a la guerra
Con qué entusiasmo limpian y cargan sus fusiles
Con qué fervor cantan sus himnos de combate
Con qué ansiedad toman su puesto en la trinchera
Con qué inquietud oyen el ruido de las bombas
Con qué insistencia silban las balas en el aire
Con qué lentitud corre la sangre por su frente
Con qué estupor miran sus ojos el vacío
Con qué rigidez yacen sus cuerpos en el barro
Con qué premura son arrojados en la fosa
Con qué rapidez son olvidados para siempre.»
http://alexandroroque.blogspot.com
Correo: debajodelagua@gmail.com
no te pierdas estas noticias




