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“Guerra atómica” en ciernes

Por Alfonso Lastras Martínez

Enero 26, 2025 03:00 a.m.

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El discurso de inauguración del nuevo presidente de los Estados Unidos el pasado 20 de enero contiene un párrafo que provocó reacciones inesperadas. En esa ocasión el Presidente manifestó: “Los estadounidenses recorrieron miles de kilómetros a través de una tierra accidentada de naturaleza salvaje, cruzaron desiertos, escalaron montañas, se enfrentaron a peligros incalculables, conquistaron el salvaje oeste, acabaron con la esclavitud, rescataron a millones de la tiranía, sacaron a miles de millones de la pobreza, aprovecharon la electricidad, dividieron el átomo, lanzaron a la humanidad a los cielos y pusieron el universo del conocimiento humano en la palma de la mano”. Todo lo anterior es cierto en mayor o menor medida. No obstante, el punto relativo a la división del átomo provocó reacciones en el otro lado del mundo. De manera específica, en Nueva Zelanda. 

Pero vayamos por partes. Retrocedamos hasta las primeras décadas del siglo pasado, cuando el físico Ernest Rutherford, se encontraba realizando experimentos con átomos en su laboratorio de la Universidad de Manchester, en el Reino Unido. Rutherford es uno de los científicos más destacados del siglo XX. Nació en Brightwater, Nueva Zelanda, en 1871. Terminó sus estudios universitarios en ese país en 1894, después de los cuales se trasladó a la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, para continuar con sus investigaciones. Permaneció en Cambridge hasta 1989, cuando se trasladó a Montreal, Canadá, contratado como profesor en la Universidad McGill. No permaneció mucho tiempo en Montreal, y en 1907 regresó a Gran Bretaña, contratado como profesor en la Universidad de Manchester.

En Manchester hizo en 1911 el descubrimiento por el que es más conocido; a saber, que la mayor parte de la masa de un átomo está concentrada en un núcleo pequeño, alrededor del cual orbitan los electrones, de manera similar a como los planetas giran alrededor del Sol. Además, en Manchester hizo otro descubrimiento, el que un siglo más tarde ha provocado la reacción negativa de los neozelandeses con respecto a los comentarios del discurso inaugural del pasado 20 de enero. En este sentido, los neozelandeses reclaman para Rutherford el honor de haber sido el primero en la historia en dividir un átomo. 

En apoyo de las pretensiones de los neozelandeses, la historia nos dice que en 1917 Rutherford llevó a cabo en su laboratorio de la Universidad de Manchester experimentos en los que bombardeó átomos de nitrógeno con partículas alfa. Estas partículas eran lazadas contra los átomos de nitrógeno con una gran velocidad con el objeto de provocarles cambios mayores. En sus experimentos, Rutherford logró trasmutar el nitrógeno en oxígeno. Posteriormente, 

John Cockcroft y Ernest Walton, trabajando en el Laboratorio Cavendish de Cambridge, dirigido por Rutherford, lograron dividir átomos de litio bombardeándolos con partículas de alta energía.

No hay ninguna duda que la primera división artificial de un átomo se llevó a cabo en la Gran Bretaña y no en los Estados Unidos, en contra de lo que pudiera concluirse del discurso del 20 de enero. Por otro lado, fue en los Estados Unidos en donde primeramente se llevaron a cabo las primeras reacciones nucleares autosostenidas, con división de átomos, que posibilitaron el desarrollo de la energía nuclear en sus varias facetas. La ciencia en la que se basó dicho desarrollo, sin embargo, fue creada en universidades europeas.  

De un modo u otro, los neozelandeses se indignaron por la posibilidad de que le estuvieran escamoteando méritos a Ernest Rutherford, un héroe nacional cuya imagen incluso aparece en el billete de cien dólares neozelandeses. Particularmente indignado está el alcalde de Nelson, el pueblo neozelandés donde Rutherford hizo sus estudios preparatorios. En un mensaje que colocó en las redes sociales se puede leer: “Me sorprendió un poco que el nuevo presidente, en su discurso de toma de posesión sobre la grandeza de Estados Unidos, afirmara que hoy los estadounidenses “dividen el átomo”, cuando ese honor pertenece al hijo más famoso y favorito de Nelson, Sir Ernest Rutherford…Invitaré al embajador de los Estados Unidos en Nueva Zelanda (cuando lo designe el presidente) a Nelson para que visite el monumento a Lord Rutherford en Brightwater para que podamos mantener exacto el registro histórico sobre quién dividió el átomo por primera vez”.

Todo lo anterior nos permite vislumbrar la posibilidad de que se desate una “guerra atómica” entre Nueva Zelanda y los Estados Unidos. Crucemos los dedos para que el peligro se disipe.