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HAY TIRO

Por Juan José Rodríguez

Marzo 13, 2025 03:00 a.m.

A

Durante los últimos cuatro años el escenario político local ha estado ocupado por un solo actor protagónico que carga bajo el brazo la franquicia del partido Verde. Dicho de otra manera, este lapso ha sido el del pleno dominio del gallardismo; un período en el que para efectos prácticos el único que hacía política en San Luis era Ricardo Gallardo Cardona.

Este estado de cosas ha comenzado a cambiar, quizá lentamente pero con firmeza y con directrices nacionales, cuyo propósito estratégico puede enunciarse en breves palabras: Para el 2027 el gallardismo no será el único actor en este escenario.

En un Comprimido de nuestra columna anterior, dijimos lo siguiente: “Despacio, sin mucho ruido pero aplicadamente, las dos tenazas de la 4T -el gobierno federal y Morena- han comenzado a cerrarse en torno a Gallardo Cardona. Han aflorado algunos datos aislados pero reveladores: el relevo de delegados federales se está haciendo exclusivamente con cuadros morenistas sin aceptar la opinión del mandatario. Además, están acudiendo a los municipios brigadas tanto de Morena como de Bienestar, para ir haciendo el deslinde de los programas sociales federales de los estatales. Hace un par de días trascendió que en un municipio esos enviados le dijeron a la gente que las despensas son un derecho y no un apoyo…”.

A esto hay novedades que añadir. Recién comenzó a trabajar en estas tierras un despacho chilango de consultoría política, cuyo primer propósito es concluir en las próximas semanas un diagnóstico sobre la circunstancia actual que envuelve al morenismo potosino. Una especie de diagnóstico de fortalezas y debilidades. 

Simultáneamente, la dirigencia local de Morena ha reactivado y fortalecido su equipo de COTs (Coordinadores Operativos Territoriales), que es la estructura más básica de que dispone. Su reactivación está enfocada a una tarea principal: afiliar a los simpatizantes del partido para engrosar su padrón de militantes de manera efectiva y no simulada. Una vez cumplido el plazo de afiliaciones, las brigadas a cargo de los COTs tienen instrucciones de mantenerse en contacto permanente con sus promovidos, porque llegado el momento serán también activistas electorales.

Otro engranaje de la reforzada versión en San Luis de la 4T, que se pretende funcione como la otra tenaza de la pinza, es el relevo de los delegados federales en la entidad. Según la información actualizada: en total son 32 los cargos de ese tipo. A la fecha se han renovado 12 o 13; la veintena restante deberá estar completada a más tardar en mayo próximo, para tener todo ese aparato funcionando bajo una sola batuta.

La renovación de mandos en las delegaciones federales ha ido más lenta de lo previsto, porque se tiene que aplicar la regla de que sean morenistas efectivos, de preferencia militantes que hayan ocupado o sido candidatos a cargos de elección popular. Empatar ese currículum con alguna mínima capacidad para cumplir las tareas correspondientes no está resultando fácil. Pero lo cierto es que, por lo menos de aquí a que empiece el ciclo electoral 

de 2027, se dará prioridad a la identificación partidista y doctrinaria por sobre las calificaciones para 

la responsabilidad.

También como elemento importante de esa estrategia de reactivación morenista con claros propósitos electorales de corto plazo, aparece un elemento nuevo: la conformación de un organismo tipo redes de simpatizantes, pero con un enfoque más de sociedad civil. 

La idea no parece mala. Parte de la base de que hay exmilitantes de otros partidos, algunos que cumplieron tareas de dirigencia, fueron candidatos a diversos cargos, desempeñaron funciones en la administración pública o que son apartidistas de toda la vida, para quienes resulta un paso muy difícil irse a afiliar a un partido. El cambio de chaqueta nunca es bien visto. 

Pero como se trata de individuos con algún nivel de liderazgo en sus comunidades o grupos sociales, representan un capital valioso. “Hay quienes no representan más que su propio voto, pero hay muchos que te pueden acercar a otros, sean dos o veinte”. Todos son bienvenidos.

El difícil paso se puede hacer menos amargo si en lugar de incorporarse a un partido distinto -Morena en este caso- se afilian a un organismo de corte sociedad civil, que en este caso parece ser que se denominará “Redes RR”. No tenemos una explicación satisfactoria de la razón de las siglas, pero lo mismo pueden ser de Rita Ozalia Rodríguez que de Rosa Isela Rodríguez. 

Tenemos un dato adicional que conviene verificar más a fondo, pero de entrada resulta creíble, aunque su lógica no sea fácil de entender. Según esto, en algún momento de junio, ya renovados todos los mandos en las delegaciones federales y librado el compromiso de las elecciones judiciales, doña Rita Ozalia dejará la presidencia estatal de Morena para irse como superdelegada de Bienestar, con verdadero mando sobre el resto de los funcionarios de rango similar. 

Lo que por ahora no ha sido posible saber, pero tengan por seguro que no tarda mucho en saberse, es si tal desplazamiento la acerca o la aleja de la candidatura guinda a la gubernatura.

Por ahora, lo que sí queda muy claro es que en el escenario político potosino ya hay más de un protagonista.

DEL OTRO LADO

Nunca, en estos menesteres, es aconsejable forzar las interpretaciones. Pero los hechos siempre ofrecen pistas. Este sería un caso.

Las afiliaciones masivas y forzadas al PVEM en San Luis, iniciadas desde el año pasado con total desprecio a lo que dice la ley, han continuado con algo más de discreción en la mayoría de los municipios de las cuatro regiones. Lo notable, es que cada vez son menos productivas, menos exitosas.

Luego del escándalo provocado en noviembre por la descarada instalación de módulos de afiliación en las oficinas del Sistema Educativo Estatal Regular (SEER) en días y horas de trabajo, bajo los auspicios cínicos del indescriptible Chógono, la labor se trasladó discretamente al interior del estado. 

Tengo datos confiables de lo sucedido hace dos semanas en un municipio huasteco, cuyo nombre me reservo a petición de mis fuentes, por aquello de las represalias. Llegaron dos brigadas de afiliación con sus respectivos módulos. Previamente se instruyó a los aproximadamente 500 trabajadores del ayuntamiento (del Verde) que estuvieran listos para irse a afiliar o reafiliar, pero -ojo- que debían ir acompañados por lo menos de una persona más, con sus respectivas credenciales de elector. Ahí las expectativas eran de mil registros.

Luego, apoyados en trabajo promocional de la Secretaría de Desarrollo Social y Regional del estado, se convocó a los beneficiarios de programas sociales, tanto federales como estatales, que en conjunto suman poco más de 10 mil. Igual que a los trabajadores municipales, se les pidió que acudieran a hacer el trámite llevando por lo menos un acompañante.

Así, con ambos bloques, las expectativas eran de por lo menos 22 mil nuevos afiliados o reafiliados al Partido Verde Ecologista de México. Cuando me platicaron que no se habían cumplido las expectativas, yo pensé que quizá habían llegado a la mitad. Unos 10 mil me parecía un logro satisfactorio. La muy triste realidad es que no llegaron a los dos mil. Es decir, no consiguieron ni el 10 por ciento de la meta trazada.

Por las mismas fechas, en otro municipio, éste de la Zona Media, llegó un camión cargado de despensas del programa gallardista “Becas Alimentarias”. Se instaló en donde siempre y se dispuso a repartir las cinco mil que llevaba. No obstante la promoción previa de la propia Sedesore y del ayuntamiento también Verde, acudieron poco más de mil personas a recibir su caja. ¿Qué explica algo así? Quienes conocen los detalles me dicen que influyen varios factores: no se cumplen las entregas con la periodicidad comprometida; cuando van a ir a hacer el reparto avisan muy de última hora, generalmente el personal es déspota y maltrata a los beneficiarios, y en algunos casos la gente no va porque está molesta con el alcalde que trata de capitalizar el beneficio.

En tales condiciones, no parece haber razones para pensar que el descenso en el clientelismo gallardista sea resultado de afectaciones producidas por la nueva dinámica morenista, pero igual y no tardan mucho en confluir ambos factores.

COMPRIMIDO

Una vez más, en su columna Las Cúpulas del domingo pasado, el compañero Jaime Hernández nos ofrece una buena aproximación a las realidades de la deuda pública estatal bancarizada, es decir, la contraída con bancos o algún otro tipo de institución financiera, sea de corto o de largo plazo. Según los reportes de cuenta pública analizados por Jaime, el monto total es de 15 mil millones de pesos, en número cerrados. Retomo el asunto para insistir en un punto que no he logrado clarificar y que supongo mi colega tampoco. Si esos 15 mil millones son deuda con bancos, esto querría decir que otros pasivos gubernamentales, como los cinco mil millones que se deben a pensiones y los 500 millones a la Universidad, para no ir más lejos, no están considerados. Si esto es así, en términos reales la administración gallardista debe traer adeudos por encima de los 25 mil millones, o más.

Uno de los secretos peor guardados por estos días en la ciudad, es el mega proyecto de desarrollo urbano a realizarse sobre una muy amplia superficie al norte de la ciudad. Se habla de que aquello será de hecho una nueva ciudad, que a miles de viviendas de clase media y alta añadirá dos hospitales, el campus de una universidad privada de caché, escuelas de los diferentes niveles educativos, centros comerciales muy completos, un club deportivo de primera, y cosas por el estilo. Hasta donde se puede saber, el grueso de la urbanización descansará sobre tierras ejidales que han sido privatizadas. Una duda importante es qué tan bien las han pagado o qué tipo de asociación están ofreciendo sus desarrolladores a los modestos ejidatarios que casi siempre se pasan a cuchillo.

No obstante haber cesado todas sus apariciones en redes y medios a raíz de la repasada que le pusieron desde el gallardismo en un periódico de circulación nacional, Gerardo Sánchez Zumaya no quita el dedo del renglón, aunque ahora con métodos menos estridentes. Lo curioso es que según la hoja de ruta que se le conoce, se junta con toda clase de grupos y personas. Es decir, lo mismo le da que sean de dulce, de chile o de manteca. No deja de ser extraño, pero parece ser que desde sus niveles superiores le dijeron que no haga ruido.

Para las elecciones judiciales del próximo primero de junio, que nadie se extrañe si se aparece el fantasma de Stalin, por aquello de su célebre frase de que lo importante no es quienes voten sino quienes cuenten los votos. ¿A poco no?

Hasta el próximo jueves.