I.- ¡Cien mil muertos ! (hasta ahora) II.- El regreso del general
I.- Apenas se da a conocer la terrible y trágica cifra de las más de cien mil muertes por Covid19 que oficialmente se han reconocido y que muy probablemente ascienden a 203,000, por ser este último número, el excedente de las ocurridas en promedio, en el mismo lapso de la pandemia durante los cinco años anteriores. No obstante las 70,000 muertes violentas que se han registrado durante su gobierno, eludiendo sus responsabilidades y obligaciones, y a pesar de la devastación y sufrimientos que causó su orden de desviar las inundaciones hacia algunos de los poblados más pobres de Tabasco, se da tiempo para las inútiles farsas mañaneras y para frivolidades por su afición al béisbol.
No ha dado el presidente López Obrador hasta el momento, alguna señal de sensibilidad y compasión frente al pesar de tantas familias mexicanas que están sufriendo la pérdida de un familiar, un amigo, un ser querido, como tampoco ha querido reconocer que sus estrategias contra la inseguridad y la pandemia son un rotundo fracaso. Se ha negado tercamente a cambiar hacia la aplicación masiva de pruebas que permitan detectar a tiempo a las personas contagiadas para iniciar de inmediato su tratamiento y aislarlas, que es la única forma eficaz reconocida en todo el mundo para eliminar o disminuir los contagios. Solo admite que se examinen las que forman parte de su círculo cercano,
Su estrategia actual de cuidar tan solo que existan camas de hospital y respiradores suficientes, es un completo fracaso, costosísimo en vidas humanas. Pero eso sí, se ha “ahorrado” muchísimos millones para su campaña de austeridad, que es una austeridad criminal. Se ha llegado a la necia explicación de que hacer pruebas, cuesta mucho dinero, al mismo tiempo que se derrochan cientos de miles de millones de pesos en sus llamados “programas sociales”, que no cuentan ni siquiera con un padrón de beneficiarios que permitiera cotejar o verificar que realmente se entregan, o en los elefantes blancos, y barriles sin fondo del Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas.
Si quien detenta el poder y el control del presupuesto público, se muestra insensible al dolor, y a la muerte, es inevitable que ya haya iniciado su caída y es probable su desgracia política y social, porque ni siquiera se percata de su desvarío, de su error. Su soberbia solo lo deja ver y oír a quienes lo adulan, quienes puntualmente asisten cada mañana a escuchar sus evidentes mentiras, como las de sugerir no usar cubre bocas ni dejar de asistir a lugares concurridos. Se recrea en la escucha de sí mismo y en las falacias y espejismos de sus encuestas de opinión.
Y lo peor de todo ello, es que ya se anuncia que, para marzo o abril, si no se reconoce el fracaso y se cambia de estrategia, en pocos meses habremos de llegar a la cifra oficial de 150,000, quedando todavía un gran trecho, mientras continúe este gobierno, para que los mexicanos podamos tener un medio eficaz de evitar los contagios y el acceso a medicamentos o vacunas que permitan parar esta fatídica historia de muertes y sufrimiento.
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II.- El regreso del general Cienfuegos a México, por la decisión del gobierno norteamericano de “re tirar” los cargos, cuando el fiscal norteamericano que seguía su proceso, por órdenes del único que podía darlas, lo remitió vía aérea, en forma repentina y envió un expediente al gobierno mexicano de casi mil hojas que configuraban cuatro cargos por delitos graves para la legislación de aquél país, abre un montón de interrogantes que es poco probable que este gobierno desastroso y opaco que tenemos, podrá aclarar para el conocimiento de los mexicanos:
Aquí van algunas, solo algunas; podrían ser muchas más.
¿A cambio de qué concedió Trump este regreso? ¿Sería solo para corresponder a AMLO la no felicitación a Biden? ¿Es creíble la versión de que será a cambio de que México le entregue a un delincuente de 2ª importancia? ¿Conoceremos los ciudadanos mexicanos los delitos que le imputó la fiscalía en EUA? ¿Existe la menor posibilidad de que el gobierno norteamericano le haya inventado delitos a Cienfuegos? ¿O, será más bien que lo consideró un elemento muy estratégico para seguir apoyando el paso de droga a través de la frontera? ¿De ser así con qué pruebas? ¿Se le abrirá proceso penal al general con las pruebas que aportó el gobierno de EUA? ¿O se dejará pasar el tiempo, para apostar al olvido del asunto y dejar en plena libertad al general, tal vez para que reanude sus “actividades”?
Continúan: ¿Qué otros militares de alto rango participaban o conocían las “tareas” ocultas que realizaba el general? ¿Se investigará a fondo el señalamiento de los padres de Ayotzinapa que piensan que en la desaparición de sus hijos participó activamente el ejército, con el conocimiento de Cienfuegos? ¿Podremos conocer alguna vez porqué el ejército se negó a permitir que ingresaran al cuartel militar de la región los investigadores extranjeros que lo solicitaban?
Y... ¿Qué actitud tomará el ejército después de la humillante detención de uno de sus más altos representantes y por el hecho de que este gobierno no estaba ni enterado y en un principio haya validado las acusaciones? . . .
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