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In-D: Medios cubren a Paul Di´Anno, tarde, pero sin sueño

Por Daniel Tristán

Octubre 23, 2024 11:39 a.m.

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Durante el tiempo que he tenido la oportunidad de contar con un espacio en medios de comunicación me ha tocado externar mi opinión sobre el fallecimiento de múltiples personalidades de todos los ámbitos. Desde la política, el deporte, las artes, etc. Amable lector, el párrafo que compartiré a continuación lo escribí después del fallecimiento de Diego Armando Maradona, y se ha convertido en un párrafo al cuál recurro cada vez que una figura pública muere. Dice así:

"El fallecimiento de una figura pública divide a la sociedad en dos. Primero están aquellos que tienden a poner en un pedestal al difunto en cuestión, elevándolo a categoría de semidiós. Por el otro lado están aquellos detractores que se quejan a diestra y siniestra de las exageradas alabanzas dirigidas hacia el personaje cuyo desenlace ha sido fatal. Ambas posturas tienden a ser extremistas y se niegan a buscar un punto medio, un equilibrio de opiniones. Las redes sociales se congestionan de comentarios a favor y en contra de aquél célebre difunto. Se lanzan a destajo halagos y duras críticas hacia el sujeto. La muerte de un famoso, sobre todo si esta sucede de manera inesperada, polariza a la población, misma que se da la licencia de poder opinar acerca de la vida de un ser humano al que, probablemente, no tuvo la oportunidad de ver de cerca en toda su vida.

¿Quiénes somos para juzgar la existencia de un ser humano completamente ajeno a nosotros? ¿Con qué derecho podemos decir si una celebridad tomó decisiones correctas o incorrectas? Tendríamos que comenzar a dosificar nuestros deseos de protagonismo y nuestro ego desbordado que cree ser el dueño absoluto de la verdad. Somos libres de pensar y opinar lo que se nos dé la gana. Podemos admirar, odiar o sentir indiferencia por una celebridad, pero también debemos comprender que el mundo no necesita nuestro juicio al respecto".

Una vez más me toca abordar el fallecimiento de una celebridad, en este caso una de esas personas que jamás recibieron la atención merecida por parte de los medios de comunicación. Murió Paul Di´Anno, vocalista original de la banda Iron Maiden. Con Paul, el grupo británico grabó sus primeros dos discos: "Iron Maiden" y "Killers". Estos dos clásicos los catapultaron al estrellato, pero, para el tercer álbum la relación entre Iron Maiden y Paul llegó a su fin. Fue así que comenzó el pesado peregrinar musical de Di´Anno, quien se dedicó a girar por el mundo con una y otra banda mientras caía en un espiral de autodestrucción.

En 2013 tuve la oportunidad de compartir el escenario con Paul, quien visitó México haciendo promoción para su proyecto solista. Fui testigo de cómo el público aficionado al metal en nuestro país se volcó hacia él dándole un recibimiento que tal vez ni el propio Paul esperaba. Pero también fui testigo de cómo la mayoría de los medios de comunicación ignoraban quién era Di´Anno. Cuando la encargada de prensa de la gira hizo llegar el boletín invitando a tales medios de comunicación a la rueda de prensa la respuesta general por parte de estos fue uniforme: ¿Rueda de prensa de Paul qué?

Evidente la enorme mayoría de los medios de comunicación no atendieron el boletín de prensa y las sillas fueron ocupadas solamente por medios especializados en metal y uno que otro periodista que a falta de material buscaba llevar la nota a redacción, fuera la que fuera. Hoy todos esos medios que ignoraron la carrera de Paul Di´Anno y que dieron una negativa rotunda al llamado para la conferencia de prensa han publicado la nota de su fallecimiento. "Muere el vocalista original de la mítica banda Iron Maiden" dicen todos los encabezados. Tal vez hubiera sido mucho más útil la atención y cobertura por parte de los medios en aquella promoción para el concierto de Paul. A final de cuentas las cosas siempre toman su sitio. Todos los medios de comunicación terminaron por tener la nota sobre Paul Di´Anno. Solo que un poco tarde, la rueda de prensa fue hace once años.